Capitulo 4

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Mia


Lo único que deseaba en estos momentos era un gran plato de comida, no importa lo que fuera, solo que se tratara de algo comestible.

Ya era domingo y lo que podría haber sido un día relajante a lado de mi hijo se convirtió en un día más de trabajo.

Me había levantado a las siete de la mañana, y apenas dieron las dos de la tarde salí de la oficina. Kian se había quedado en casa de Erick por lo que maneje hacia allá.

Mientras me pare en un semaforo y cambiaba de canción en mi celular donde sonaba en el auto, vi como una pareja feliz junto con un niño más pequeño que Kian, cruzaban el paso peatonal.

Los tres se veían muy feliz, la chica parecía haber realizado su sueño y el hombre tenía rostro de no creer lo que tenía.

No pude evitar pensar en lo que pudimos ser.

Mi hijo merecía tener un papá.

A pesar de tener cinco años, Kian es muy listo. Desde que fue pequeño yo le explicaba cada cosa que ponía en duda, incluso cuando vio por primera vez a una embarazada y se asusto tuve que decirle lo que tenía dentro, por que mi hijo creyó que la mujer había engordado y no pudo evitar decirlo. Claro está que con tanta hormona la mujer se puso a llorar, debo decir que me dio un poco de gracia, y algo de pena.

Por lo que desde entonces le explicaba todo. Incluso la situación de su padre.

No me vi capaz de decirle que no tenía papá, por que claro que lo tenía. Recuerdo que mencioné algo sobre que su papá se había perdido antes de que el naciera, creí que sería mejor ser sincera. Me hice muchas ideas en la cabeza pero todas caminaban hacia la esperanza de que su padre regresará, lo cual parecía más desilucionante.

No le explique mucho y el tampoco preguntó cómo pensé, dejó el tema en paz. Pues siempre en los festivales a quien le dedicaba alguna canción hacia una figura paterna era a su abuelo.

Kian jamás se sintió mal por festejarle a su abuelo como papá a pesar de ver que sus amigos si. Y es algo que temo, cuando este grande se ponga más triste por no tener a quien dedicarle algún poema, los niños pueden llegar a ser crueles.

El semaforo se puso en verde y cuando arranque perdí de vista a la feliz familia.

Llegué a la casa de Erick y quien me ha río fue su linda prometida, Lucy.

-¡Hey! Pasa dulzura-dijo haciéndose a un lado. Me saque el abrigo y lo colgué por ahí en la entrada.

-Hola Lucy, ¿donde esta mi hijo?

-Están arriba en el cuarto de Soffia viendo alguna pelicula-dijo cerrando la puerta. Entonces un olor delicioso llegó a mis fosas nasales-Estoy cocinando una receta italiana, espero que te guste.

-De seguro me va a encantar-dije siguiéndola a la cocina. Ella se encargo de seguir rebanando una cebolla.-¿Y que tal con la boda?

-Estoy demasiado nerviosa-me confesó- En dos meses me caso y ni siquiera tengo mi vestido de novia-soltó una risa nerviosa, y con algo de miedo.

-Tranquila, lo encontrarás.

-Eso espero, en tres semanas tengo una cita en una boutique en donde escogeremos los vestidos de la dama de honor, me gustaría que hicieras un espacio en tu agenda para que nos acompañaras.

El Policía. -EN PAUSA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora