La escuela estaba decorada con la nieve que ha caído del cielo, los árboles tenían luces por todos lados, en el fondo de oia todo el álbum navideño.
Los niños con diferentes disfraces corrían por todos lados, las mamás como locas y los papás con cámaras en sus manos detrás de ellos.
Mi bebé se encontraba con su maestra y sus compañeritos, me había tocado traerlo más temprano para que se preparan juntos. ¡Ni siquiera sabía cómo era su traje! Mi curiosidad estaba al tope.
Caminamos siguiendo un camino guiado por flechas decorativas, llegamos hacia un enorme patio donde estaba habilitado un escenario con muchas luces y decorado lo más navideño posible.
Había un monto de sillas en filas muy bien ordenadas, varias de ellas ya ocupadas por familias.
Alrededor de las sillas había puestos de comida, chocolate caliente y algunos juegitos sencillos.
—Allá esta tu papá—dijo Darrell, tomándome de la mano y guiándome hacia mí padre.
La verdad es que mi consciencia no está tranquila, de una forma le había sido infiel a Darrell con mi ex, también padre de mi hijo, mi alma no podía descansar.
Después de aquella noche con James, mi novio me quiso recibir muy cariñoso pero simplemente me negué, no podía ni besarlo ni abrazarlo como antes.
Mis malas acciones estaban presentes en mi mente, no me dejaban dormir.
—Hola señor Evans—saludo Darrell. Mi padre ya estaba acomodado en una de las sillas. Cuando nos vio se levantó con una sonrisa.
—Hola, ¿llevan rato aquí?
—No, acabamos de estacionar el auto, hay muchas personas—dijo Darrell.
—Así es, espero sirva de algo y disminuya el frio, son las once y quiero una cobija— ambos rieron.
—Si, la temperatura está muy baja, ahora mismo nos encontramos a - 2°C, y tenemos que soportarlo.
—Ya quiero que sea verano—sonrió mi papá.
—Traeré chocolate, ¿gusta?
—Por favor, Darrell.
—¿Y tú, amor?—me miró con atención, no había dicho ninguna palabra.
—Si, gracias.
Darrell asintió, me beso la mejilla y se fue dejándome sola con mi papá. En cuanto a él, me miró con mucha curiosidad.
—Hija, te noto extraña, ¿que sucede?
—Nada.
Papá sonrió, me jalo de mi mano y abrazo, besando mi frente.
—Soy tu padre, a mi no me mientas—se separó de mi. Aun así no dije nada.
¿Como iba a decirle que me bese con el papá de su nieto? ¿Como decirle que fui infiel al hijo de uno de sus socios y super amigo? No se puede.
—Bueno, sea lo que sea, arreglalo.
—Es que es eso, no se que hacer—se me salio decir, finalmente aceptando que si sucede algo. Pero una de las razones por las que amo mas a papá es que entendió que no podía decirle y simplemente trato de aconsejarme como pudo.
—Haz lo que te dicta el corazón, lo que crees que te haga sentir bien, y ya está.
—No es tan fácil—suspiré.
—Si lo es, pero nos gusta complicarnos la vida—besó mi mejilla, justo cuando nos encontramos a Erick y a Lucy.
Ambos nos sonrieron y nos saludaron con un abrazo acogedor.
