19 de Enero del 2017
—No puedo creer que haya crecido tanto—dijo Sara mirando mi estómago.
Sus ojos no se apartan de ahí.
—Es muy grande—admití acariciando mi pancita de siete meses.
—Aun así, te ves muy sexy con todo y panzota—se burlo mirando el precio de unos zapatos unisex—¡Dios me haces la vida difícil!
Enarque la ceja, me habían dado ganas de comprale cosas a mi bebe por lo que venimos a una tienda bastante grande para la maternidad.
—No puedo creer que no quieras saber que será tu bebe.
—Quiero que sea sorpresa.
—No seas ridícula, ¿acaso quieres esperar dos meses más para saber que es?
—Si.
Rodó los ojos, haciéndome sonreír. La verdad es que en la tarde tenía mi cita con la obstetricia para saber el sexo de mi bebe, le llegaría a dar la sorpresa a todos.
—De verdad quiero comprar vestidos pero entonces si tu bebe es niño será un desperdicio de dinero.
—Puedes donarlo—dije acercándome a la ropa de niño.
—Eso ya lo hago.
Mi plan era comprar un trajecito de niño y de niña, y al saber lo que sería lo en volvería y se lo daría a mi papá para que lo abriera en frente de todos y revelar lo que es mi bebe.
—Los precios son muy altos—se quejo mi amiga a unos metros, la verdad es que coincidía con ella.
Todo relacionado a los bebés y los niños son muy costosos.
—Me encanta este—dije admirando un trajecito marinero.
—Es bellisimo—dijo Sara refiriéndose a un vestido de princesa.
Ella decidió comprarlo.
Me dirigí a lo que más necesitaría, pañales. Cuando llegue a la sección me fui por los más pequeños, entonces me sorprendí de ver a alguien mirando una caja de chupones.
Summer, aquella amiga que se metió con mi ex.
—¿Summ?—pregunte sorprendida. Ella se sobresalto al verme.
Inmediatamente dirigí mi mirada a su vientre plano.
Dejó de inmediato los chupones y comenzó a actuar nerviosa, sus ojos estaban llorosos, rojos e hinchados.
—¿Qué te sucede?—pregunté acercándome a ella. Summer me sonrió incomoda.
—Nada—se limpio los ojos. Entonces su mirada se dirigió a mi panza— Wow, escuché que estabas embarazada pero creí que era puro chisme.
—Ves que no—sonreí mirando a Sara detrás de mi, quien se encontraba distraída con los peluches para bebés, muy lejos de nosotras.
—¿Como estas?—preguntó nerviosa.
—Muy embarazada—le hice reír—¿Y tu?
—Tambien—dije y se arrepintió de inmediato — Digo... bien.
Asentí.
Esto es incomodo.
La última vez que la vi fue aquella noche en que la descubrí teniendo sexo con Henry. Hace muchísimo tiempo ya.
