✖ Golpear ''jugando'' ✖

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Era increible lo mucho que el menor deseaba simplemente dormir esos días, es como si aquél pequeño lapso de tiempo pudiera devolverle unos momentos del pasado que tanto extrañaba, los que inclusive daría la vida por revivirlos. Gracias a el cielo, el joven se encontraba en ese estado que tanto adoraba, incluso con una expresión pacifica, la cual no tenía en sus momentos de lucidez aquellos meses, donde moría poco a poco. A pesar de que el día ya estaba iluminando, todo el cuerpo del chico se sentía pesado, totalmente sumido en ese profundo sueño, como si no quisiera despertar en un buen tiempo y cuando se levantará ese Kedamono de siempre volviera y fuera solo su mente tratando de matarle.

La tensión en aquel ambiente para el híbrido era demasiada, a pesar de ver la tranquilidad de su novio, sentía que podría cortar el pesado aire con un par de tijeras, simplemente no aguantaba esa situación, por lo que siguiendo sus primeros impulsos simplemente dio un golpe no muy fuerte en el estomago del contrario, aunque fue lo suficientemente impactante para despertarlo de una vez por todas, algo exaltado por aquel impacto en su vientre y aquel repentino cambio de estado.

—¿¡Que rayos!?—
Musitó colocando ambas manos en la zona afectada. Él solo soltó una leve carcajada, a la vez que el más alto sollozaba haciéndolo enojar un tanto.

—No fue la gran cosa, deja de lloriquiar.—
Se quejó ante las pequeñas demostraciones de dolor que tuvo el ajeno. Estas no pararon, y entre el no saber que hacer y el momento solo atinó a volver a golpear con uno de sus codos el tan fragil cuerpo del más joven, este nuevamente se quejó de forma más suave del dolor depositado en aquel golpe en su pecho, perdiendo el aire acumulado en sus pulmones en esos precisos momentos.
—Oh vamos, no puedes aguantar siquiera un par de juegos estúpidos, para ver llorar de manera tan asquerosa a alguien mejor voy a ver a un montón de niños de cinco, o menos.—
No recibió respuesta, como si incluso pudiera dudar de la existencia del contrario, el cual sentía como si lentamente un fuego consumiera aquellas zonas que le golpearon anteriormente.
—No hay caso, seguro ellos son menos escandalosos que tú.—
Se levantó de aquella cama, no sin antes dar un último impacto al hombro del chico.

Él se quedó con un sabor horrible en su boca, no por dolor, de hecho él aguantaba cosas peores, sino por sentir como su valor caía a pasos agigantados. Apretó sus puños y decidió levantarse, en parte entendía lo mal que estaba eso, recordaba las palabras de Eepop, Onomadek y todos sus amigos, ¿Por qué simplemente sentía que no podía alejarse del lado de su amado? Por más que lo odiara, no podía.
Soltó un quejido al levantarse y solo fue a lavar su cara para posteriormente ir a comer algo y seguir su vida como si nada hubiese pasado, de todos modos debía hacer más cosas. Lo superaría.

Era un supuesto juego, una pequeña parte del asunto, pero todo eso tarde o temprano serían parte de una grieta que no se reparará con nada, ni nadie.

Violentómetro [Popee the performer] [Popkeda]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora