*Narra Malú*
Después de uno de los momentos más bonitos que había vivido nunca, hicimos el desayuno y entre risas y besos esperamos a que bajara Lucía para terminar de desayunar.
Nuestro vuelo salía en tres horas y ellas seguían sin saber nada, había hecho las maletas en secreto y ya estaban en el coche, con la excusa de que toda la ropa que faltaba estaba lavándose.
Terminaron de prepararse porque las dije que teníamos que irnos, y realmente no se quien era más pesada, si Maddy o Lucía, y es que hasta en eso eran iguales. Pusimos la radio y cantamos y bailamos hasta que llegamos al aeropuerto.
+ ¿Qué hacemos aquí?
- Es una sorpresa, no te pongas pesada porque la enana y tú estáis de vacaciones y yo me las he cogido.
Parece que se conformó, por lo que le di la mano y la bese. Después de haber facturado y que la niña fuera saltando por todo el aeropuerto, tapé los ojos a Maddy y cruzamos la puerta de embarque, íbamos a Bali, pero antes pasaríamos unos días en Nueva York, de ahí volaríamos a México y estaríamos un par de días, y de ahí hasta Bali para pasar dos semanas increíbles.
Para volver iríamos de Bali a Roma, y después de estar allí un par de días, mi madre, mi hermano, Adriana, Sofía, la hermana de Maddy, y mi suegra nos esperarían en París, para pasar unos días maravillosos, y con entrada a Disney. Serían unas vacaciones tremendamente increíbles.
Nos montamos en el avión, Lucía en la ventana, yo a su lado y Maddy al mío. Lucía ya sabía donde íbamos pero estaba guardando el secreto divinamente. Hicimos buen equipo enseguida, y Maddy nos miraba embobada, ambas vivíamos en un sueño.
*Narra Maddy*
No tenía ni idea de donde íbamos, pero la prometí que me dejaría llevar y no pondría pegas en todo el viaje, que tampoco sabía cuanto duraría. Me relajé en el avión mientras escuchaba a Lucía y a Malú hablar y reírse a carcajadas, asique decidí hacerles una foto preciosa. Ambas tenían una mano en la ventana mientras se reían muertas de risa. Guarde el móvil y me uní a sus risas.
Llegamos, estábamos en Nueva York, la sonreí agradecida y salimos con nuestras manos cogidas, mientras Lucía corría. Mientras esperábamos las maletas subí la foto a Instagram:
<< Da igual el tiempo que pase, las circunstancias o la distancia. Siempre nos querremos como el primer día. Gracias por tu sorpresas, y nuestros viajes sorpresa. Con vosotras me iría hasta el infinito y mas allá>>