*Narra Maddy*
Estábamos en Roma, una ciudad increíble que nunca pude conocer y es que me encantaba todo de ese maldito país, sus comidas, su idioma, sus calles y su gente, y es que Italia sería un lugar perfecto para poder vivir.
Mientras era pequeña, aprendí Italiano, y mientras me comunicaba con su gente para comprar o pedir Malú me miraba llena de lujuria y me repetía lo sexy que estaba hablando Italiano, yo sólo sonreía y me volvi a pequeña, no podía creerme como una mujer como ella estaba con alguien como yo, pero supongo que mis miedos e inseguridades no me dejaban avanzar para ser plenamente feliz.
Pasamos unos días maravilloso en Roma y nuestro siguiente destino fue Paris, en el que me encontré a toda la gente que queria, mi madre y mi hermana, José con Adriana y Sofía, su madre. Creía que no podría ser más feliz hasta que Malú y sus sorpresas lo volvieron a hacer, me volvió a dejar sin palabras y es que entrábamos a Disneyland y Sofía y Lucía correteaban ilusionadas por sus jardines.
Esa noche Malú y yo paseamos solas, contagiandonos de la ciudad del amor. Después de tantos días con Lucia necesitábamos tiempo para desconectar, para que nuestros ojos siguieran brillando y hablar mil cosas.
- ¿Te ha gustado?
+ Me ha gustado Nueva York de tu mano, a Mexico y sus comidas, Bali y sus playas, Roma y su gente, Paris y su magia. Pero lo que más me ha gustado has sido tu - la beso- Enserio, mil gracias por todo esto, Lucia es tan feliz contigo.
- ¿Y tú?¿Tu eres feliz conmigo?
+ Mira Malú, me siento la mujer más afortunada contigo, fue una suerte que te pararas a escucharme y que yo tan sinvergüenza te invitara a comer. Creo que has sido la mejor casualidad de mi vida, que estoy feliz, feliz de saber que tienes 30 lunares en tu espalda, que puedo dibujarlos cada noche y cada mañana, soy feliz sabiendo que te gusta el café con leche, la pasta y la pizza. Soy feliz imaginándome de viejecita contigo y te amo Malú, estoy enamorada de ti.
