D O C E

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Da Igual.

Y sin importar la ira, la rabia o la tristeza, mis besos seguían esperando a tus labios con ansias, porque así como bajá el agua la ribera, mi ojos sueltan todo lo que mi corazón sueña.

Y a un lado del bosque, de los matorrales, los ríos y los lagos; en mi larga imaginación estabas tu, tan infinita como un sentimiento que no acaba, esperando la luz del día para no tener que sofocarme a la sombra de la ira.

Rubén Pino.

La dimensión de tus ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora