Capítulo O

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El día de la tragedia

Mayo 21
12:39 de la noche
39 minutos después del cumpleaños número 9 de la heredera Ryoku.

A regañadientes me encontraba en el asiento trasero.

—Prometieron que este año si celebraríamos mi cumpleaños.—

Hablé molesta mirando por la ventana viendo la carrera de gotas que se estrellaban en el cristal.

—__________ ya hablamos de esto, lo celebraremos en cuento lleguemos a casa de nuevo, primero tenemos que hacer un pequeño viaje, podremos comprar tu regalo cuando lleguemos.—

Hablo mi madre desde el asiento del copiloto, que aunque con palabras dulces, su voz siempre era monótona, nos encontrábamos en camino al aeropuerto de Tokio.

Todos los viajes, siempre eran por su tonto trabajo, y aunque no tuviesen demasiado tiempo para mi, en mis cumpleaños me permitían acompañarlos.

—Pero mi cumpleaños fue ayer.— refunfuñé.

—Te propongo algo...—

Hablo mi padre viéndome por el retrovisor.

—Si te portas muy bien en esta viaje, aparte de tu regalo, te ayudaré personalmente a buscar tu don.—

Sonrío mi padre.

Cosa que hizo que me emocionase, la molestia se esfumó, y si, aún no he manifestado mi don, mi padre dice que no tardará en aparecer, cosa que me hace imaginar que tan genial podré ser.

—¡Está bien!—

Salte de mi asiento, parándome en medio de los asientos de mis padres.

—Ojalá sea como el tuyo mamá, sería genial poder controlar las plantas.—

Sacudí mis dedos como lo hacía ella.

—O como el tuyo papá, podría construir un castillo de acero, con esa cosa extraña que puedes sacar de la tierra.—

Hice como si elevará algo con mi mente y mis brazos estirados.

—Se llama acero ______, y no sólo podría ser de acero, si aprendes, podrías sacar diamantes de la tierra.—

Rió mi padre ante mi entusiasmo.

—________, siéntate, es peligroso ir parada de esa manera.—

Mi madre colocó su mano sobre mi cabeza, siempre lo hacía cuando corregía algo de mi, a veces sospechaba que planeaba hacer crecer plantas en mi cabeza para poder controlar mi mente.

Emocionada, regrese a mi asiento colocándome el cinturón de seguridad.

[...]

Somnolienta note que aún no llegábamos, estaba por cerrar los ojos de nuevo peor las palabras de mis padres me detuvieron.

— Sara, deja que lo intente, no puedo romper sus sueños así.—

La voz de mi padre sonaba más apagada que de costumbre.

I'll be my own hero || Bakugou x ________Donde viven las historias. Descúbrelo ahora