Nota: Este escrito pertenece a Naty aka Selector18 perdón por tardarme tanto!! Lo siento. Pero aquí tienes, con todo el fluff y la miel que tanto querías.
Advertencia: extremadamente fluff, lee bajo tu propio riesgo.‹‹Galbi››
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«Que se busquen jóvenes vírgenes y hermosas para el rey. Que nombre el rey para cada provincia de su reino delegados que reúnan a todas esas jóvenes hermosas en el harem de la ciudad de [...]. Que sean puestas bajo el cuidado de Diavel, el encargado de las mujeres del rey, y que se les dé un tratamiento de belleza. Y que se convierta en reina la joven que más le guste al rey.» Esta propuesta le agradó al rey, y ordenó que así se hiciera.
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Me derrito. Me derrito...
Es su último pensamiento consciente. De pronto se siente febril, y agitada como si algo le quitara el aliento. Pero no es algo, sino alguien. Y ese alguien la sujeta con firmeza contra su cuerpo y ella se permite suspirar de un modo que la avergüenza. Su voz sale rota y desesperada entre los besos que apenas la dejan respirar.
No sabe en qué momento ha dejado de cubrirse a si misma, y se aprieta inconscientemente contra el rey, deseando saciar una necesidad acuciante que nace de lo profundo de sus entrañas. De alguna forma desea fundirse a él, sentir su piel así como siente la suave seda de su traje real contra sus pechos desnudos.
En su mente nace un grito de censura, pero así como aparece rápidamente lo acalla. ¿Aquello está mal? No puede pensar que esa sensación que la incendia tan deliciosamente sea mala...
En tanto debate con su mente, las manos del rey han descendido por su columna, quitando los seguros del vestido, descubriendo esa parte de la espalda que pierde su nombre. Le roza la suave curva desnuda con la yema de los dedos y siente que algo se enciende en su bajo vientre haciéndola arquear desesperada contra él, cuya posesión sobre ella se hace más intensa.
Nunca nadie la ha tocado de esa forma y otra vez siente una inquietud que por un segundo nubla todo lo que ese hombre le hace sentir.
La boca masculina libera sus labios y se dirige por su cuello, vuelve a aferrarse a él y esconde la faz en su cuello, todo el cuerpo de rey se siente firme y cálido... le da gusto aferrarse a él porque es lo único estable cuando todo empieza a girar a su alrededor.
—Preciosa...
Escucha la voz del monarca y le cuesta reconocerlo en esa nueva faceta; cuando antes lo ha escuchado furioso, burlón, pero ahora... suena afectado, ronco. Y en cierta medida hasta tierno.
—Sabía que no ibas a negarte a mí... —le suelta contra su hombro —E independientemente de quien te haya tenido antes... no habrá parte de ti que no sea mía cuando este día acabe...
Basta un solo segundo para que esas palabras se hicieran luz en su mente alejando las brumas de esas sensaciones que la enceguecen. Se queda rígida contra él, dándose cuenta por fin de lo que pasa, de su aspecto vergonzoso... de estar casi desnuda y apretada contra él... como una vulgar prostituta...
Justamente las palabras del rey ilustran una mentira que había olvidado. El joven la cree una bailarina; aquella mujer que sabe encantar al hombre con movimientos rítmicos y sensuales, y que por sobre todo es experta en el arte del amor...
El pánico la recorre. Y para estas alturas que se ha quedado tan quieta junto a él, Kazuto parece advertir su cambio. La mira fijamente desde su altura, su respiración tan rota como la de ella.