III~

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Nota: Este escrito pertenece a Naty aka Selector18 perdón por tardarme tanto!! Lo siento. Pero aquí tienes, con todo el fluff y la miel que tanto querías.

Advertencia: extremadamente fluff, lee bajo tu propio riesgo.

‹‹Galbi››

«Que se busquen jóvenes vírgenes y hermosas para el rey. Que nombre el rey para cada provincia de su reino delegados que reúnan a todas esas jóvenes hermosas en el harem de la ciudad de [...]. Que sean puestas bajo el cuidado de Diavel, el encargado de las mujeres del rey, y que se les dé un tratamiento de belleza. Y que se convierta en reina la joven que más le guste al rey.» Esta propuesta le agradó al rey, y ordenó que así se hiciera.

— Ya casi no se nota — dice Alice examinando la mano de la joven con detenimiento —Si usa el aceite que el sacerdote ha preparado, pronto no le quedará más que una pequeña cicatriz.

La muchacha resguarda la mano contra su pecho tras examinarla. Se ve una fea línea roja que resalta de modo alarmante en su piel blanca, Asuna no entiende como su rubia acompañante no hace alusión a lo horrible que se ve. Quizás la culpa que siente la obliga a no mencionar palabra.

—Gracias Alice.

—No tiene que agradecer... —la escolta dejo de hablar al advertir la súbita presencia de alguien tras su espalda. Se pone muy recta antes de ponerse de pie.

Asuna también lo advierte, toma las mantas y se cubre lo mejor que puede. Realmente no viste ligero, pero no puede evitar hacerlo cada vez que él prorrumpe en su habitación.

El recién llegado contempla con aburrimiento a Alice, y es la señal inequívoca para que esta se marche silenciosamente, dejando a los dos soberanos dentro de la alcoba.

—¿Seguirás por mucho tiempo sin probar bocado? —pregunta viéndola fijo.

Se refiere a su decisión de negarse a compartir la mesa con él.

—No tengo apetito.

Aunque se esperaba esa respuesta no puede evitar la oleada de malhumor que hizo que su rostro se convierta en una máscara de seriedad. Apreta la mandíbula de tal forma que un músculo empieza a latirle en la mejilla.

—Si quieres continuar con tu ayuno infinito no tengo inconveniente —Pero... —su mirada se endurece —Que no llegue a mis oídos que has estado rondando las cocinas del palacio mendigando una hogaza de pan, porque ay de la doncella que se atreva a desobedecer mis órdenes.

—No tiene que amenazarme, entiendo muy bien lo que me está diciendo, señor.

¡La muy insolente no duda en sostenerle la mirada! ¡Lo está retando con toda deliberación! Lo peor es que ese hecho en vez de desagradarle, a Kazuto le parece fascinante.

Y ahí está otra vez esa sensación de vértigo en su estómago. Es tan contradictorio... como ese fuego desafiante que late en las hermosas pupilas ambarinas.

Se han quedado viendo fijo por algunos segundos, y la valentía de su reina al sostenerle la vista pese al rubor de sus mejillas, le deja entrever otro rasgo interesante de su carácter rebelde.

—De todas formas en veinte minutos debes estar conmigo en la sala del trono.

Sin esperar respuesta Kazuto se retira. Su rostro no esconde la sonrisa ladeada que adorna sus labios.

Galbi #Kiriasuweek2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora