Us {Shawn Mendes Fan Fiction}*

10.

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—Daré mi primer concierto pronto.—La emoción y el nerviosismo de Shawn no pasan desapercibidos. Su mano izquierda recorre mi espalda con cariño y su mano derecha juguetea con algunos mechones de mi cabello.—Quiero que Mía y tú estén ahí.

—Ahí estaremos.—Le observo sonreír un poco antes de bostezar y comenzar a recostarse conmigo en su pecho, cierra sus ojos y se dispone a dormir. No me muevo de mi sitio hasta saber que no despertará y es ahí cuando decido levantarme, vestirme y hacer un par de llamadas.

—¿Rosie?.—La preocupada voz de su madre me estremece un poco y me causa cierto gusto saber que pronto dejaran de sentirse tristes. Ellos no lo merecen.

—Lo encontré. Está bien pero él los necesita muchísimo.

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—¡Rosie! ¿Donde te metiste?.—No le respondo a mi hermano por buscar a mi pequeña. En cuanto lo nota vuelve a hablarme.—Sigue durmiendo. Se ha portado muy bien. ¿Donde estabas?

—Estuve con Shawn. No planeaba pasar la noche ahí pero...

—Algo te enganchó, ¿Cierto?.—Río ante su doble sentido y golpeo su hombro.—¿Han arreglado lo suyo?

—No sé si deba volver con él. Esta saliendo adelante y jura que cambiará pero nada me asegura que él no volverá a dejarme o que lo nuestro vuelva a ser lo misma que antes.

—Tienes razón pero creo que una segunda oportunidad no debe ser negada y menos a un chico que por tanto tiempo te cuidó y procuró. Lo merece aunque haya sido un idiota por la manera de terminar las cosas.

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—Oh, mi bebita. Te extrañé tanto.—Shawn besa con muchísimo amor la cabeza de nuestra bebé y le abraza con mucho cariño. Está contentísimo con el hecho de tener a nuestra hija entre sus brazos.—Estás tan grande y tan bonita. Nunca volveré a alejarme. Lo prometo.

—He llamado a tus padres. Vendrán a verte esta tarde.—Retira su mirada de la mía algo avergonzado y solo vuelve a enfocarse en la pequeña.

—De acuerdo. Rosie, No les has dicho en que estado me encontraste, ¿Cierto?

—¿Quieres que te mienta o quieres la verdad?

—Me tratas como un adicto cuando no lo soy.—Alza un poco la voz en mi contra.

—Sé que no lo eres solo no quiero que esto se salga de tus manos. No entiendo cómo fue que iniciaste con esto sí nunca te interesó.

—Te extrañaba muchísimo pero sabía que no podía volver solo porque quisiese porque no era nada justo para ti entonces​ comencé a buscar consuelo en otras actividades. Nunca con otras chicas, lo prometo.—Bien, saber eso me tranquiliza un poco.—Solo comencé a beber un par de cervezas a la semana y pronto se volvió un hábito diario. La hierba llegó hace un par de semanas en una fiesta, solo la he probado un par de veces. Termino refugiandome en cigarrillos convencionales. No soy un adicto, linda. Pero sé que necesito ayuda.

—Y vamos a hacerlo. Te lo prometemos.

—¿Vendrán conmigo?.

—Por ahora no. Solo te visitaremos más seguido.—Él me dedica una pequeña sonrisa muy sincera y besa mi mejilla​.

—Prometo que voy a recuperarlas. No seré el mismo patán que antes.

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