Us {Shawn Mendes Fan Fiction}*

14.

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  Rosie's Point of View.

—Estas haciendo lo correcto, Rosie. Este cambio será bueno para Mía y para ti.—Han pasado cerca de dos semanas desde que Shawn y yo hemos roto definitivamente. Lo último que sé de él es que pronto iniciará su primera gira promocional y finalmente ha seguido adelante. Charlie ha estado insistiendo en irnos de esta ciudad y comenzar de cero en otro sitio. Aún me duele un poco dejar todo atrás pero si el ha seguido, ¿Porque yo tendría que quedarme varada?.

—Le rompí el corazón.

—Él también ha roto el tuyo, hermana. Tendrás una nueva vida, conocerás personas nuevas y seguirás adelante. Eres muy fuerte.

—¿Mamá y papá lo saben?

—Claro que no. Ellos piensan que he decidido dejar de vivir bajo su techo así que no harán preguntas.

—Bien. Entonces creo que es hora de irnos.

Nuestro nuevo lugar es tranquilo y realmente bonito. No nos toma mucho tiempo adaptarnos a una nueva rutina y conseguir empleos para sustentarnos. He tomado la decisión de ingresar a mi hija al primer grado maternal. No hace más que colorear garabatos y jugar pero noto cambios en su intelecto en poco tiempo. Sé que será muy inteligente. Después de seis meses conozco a alguien más. Y es realmente agradable y dulce pero comenzar una nueva relación amorosa no esta en mis planes ahora. No cuando el sentimiento hacia mi primer amor sigue presente.

Es muy tarde cuando una llamada termina por quebrar mi cabeza. Es Shawn. Su voz suena muy profunda y lenta haciéndome saber que algo no anda bien. Creo que ir a verlo no sería un error.

—¿A dónde vas, Rosie?

—Iré a ver a Shawn. No, no me digas nada Charlie. Necesito saber que está bien.

—Vete antes que me arrepienta de dejarte ir. Cuidare de Mía.

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Espero detrás de su puerta durante más de media hora pero no obtengo respuesta alguna. Trato de llamarle una y otra vez pero parece ser una pérdida de tiempo. Recuerdo perfectamente donde esconde su llave de repuesto así que no dudo ni un solo segundo en tomarla e ingresar a su hogar.

Simplemente no logro comprender cómo ha llegado a este triste punto. Está sucio y muy delgado. Sus ojeras son muy oscuras y desprende un olor desagradable. Su brazo derecho adornado con un par de tatuajes luce hinchado y presenta pequeñas costras alrededor de la piel interna de sus codos.

—¡Shawn! ¿Que has hecho?

—Ayudame. No puedo yo solo con esto. Te necesito.—No tiene idea de cuánto me duele su llanto. ¿Que demonios ha hecho?.—No me dejes morir.

—Te ayudaré. Ven conmigo.

Solloza cada cierto tiempo mientras me encargo de lavar su sucio cabello en la bañera. Froto con cuidado su piel con una esponja llena de su dulce y adictiva loción, acaricio su mejilla con cuidado tratando de secar las lágrimas que no dejan de salir. Nunca le he visto tan vulnerable. Está completamente destruido y me temo que parte de la culpa la tengo yo. Solo le visto con un par de boxers y le adentro en su cama, éste tiembla violentamente mientras le cubro con algunas cobijas. Sus ojos algo enrojecidos comienzan a cerrarse y su respiración está volviéndose lenta. Está teniendo una sobredosis.

—Tienes que ir a un hospital.

—No me dejes solo.

—No lo voy a hacer. Te lo prometo.—Acaricio su cabello y trato de mantenerle despierto mientras pido ayuda pero no parece funcionar. No quiero que nada malo le pase.—Quedate conmigo, por favor. Piensa en Mía, ella necesita a su papá. No puedes abandonarnos.

Me mira con súplica una vez que los paramédicos de han encargado de montarlo en una camilla. Beso sus desordenados y aún húmedos rizos, doy una ligera caricia a sus labios y le dejo ir.  Él no está bien. Tengo muchísimo miedo de perderlo.

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—No debí dejarlo, Charlie. Estoy perdiendolo.—Mi hermano me mira con cierta tristeza mientras me mira mecer a mi hija. A este punto no tenemos idea alguna si ella perderá a su padre esta noche.

—No ha sido tu culpa. Él sabía lo que estaba consumiendo y no midió las consecuencias de su estupidez.

—He sido demasiado dura con él. Yo sabía que él era débil y no me importó. No quiero que muera.

—No morirá. No precipites nada, Rosie. Ese chico parece estar hecho de acero. Saldrá de esto.

Pasan más de nueve horas antes que los médicos me permitan verlo. Entro a su habitación​ y me siento a su lado por lo que parecen horas, sus manos están heladas y su rostro muestra serenidad. La serenidad que no ha tenido en meses.

—¿Rosie?, ¿Estoy vivo?

—Si, estás vivo.—Río un poco ante su pregunta.—¿Te sientes mejor?

—Salvaste mi vida. Gracias.

—¿En qué demonios estabas pensando al consumir esas porquerías? Oh, Shawn. Te juro que si no estuvieses aquí te pondría una paliza ahora mismo. ¿Quien te ha dado eso?

—¿Podemos hablar de ello después? Necesito tu ayuda. Quiero cambiar.

—Bien.

—¿Me ayudarás? ¿A pesar de todo lo que te he hecho sufrir? Oh, Rosie. Eres más de lo que merezco.

—Prométeme que no volverás a hacer esto y buscarás ayuda. Por Mía y por mí. Sé que lo nuestro no funcionó pero eso no significa que te desee el mal. Siempre voy a adorarte.

—¿Y volverías conmigo?

—No, Shawn. No por ahora.

—¿Entonces aún tengo una oportunidad?

—Ya veremos. Primero tenemos que hacer algo por tu adicción, ¿Estás dispuesto a entrar por tu voluntad a rehabilitación?

—Haré lo que sea. Solo quiero volver a lo que antes eramos.—Solo me limito a acariciar su cabello y hacerle compañía mientras descansa. Y por un pequeño momento pensé en todo lo que hemos dejado pasar. ¿Siempre estaremos destinados a esto?

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Dedicado a