Us {Shawn Mendes Fan Fiction}*

04.

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—Dime que sucede, amor. Solo así puedo ayudarte​ a sanar tu dolor.

—No es dolor, Shawn. Solo estaba algo emocional. Vi una película que pasaban en el televisor y me ha puesto los sentimientos a flor de piel. Estoy bien.

—Rosie. ¿Eres feliz conmigo?

—No tienes idea de qué tan feliz me haces. Te adoro y no quisiera vivir la experiencia de vivir con alguien más que contigo.—Besa mis labios tratando de convencerme sobre sus sentimientos pero sigo teniendo mis dudas.—¿Mañana iré al médico?

—Si, linda. He pedido el día libre para poder llevarte. Quiero ver a mi princesa.—Ella sonríe y besa mi nariz antes de levantarse dispuesta a preparar un par de sándwiches para la cena.

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—¿Se ha dejado ver esta ocasión?.—Sostengo la mano de mi chica como siempre lo hago. Ella me sonríe tratando de calmar mis nervios y voltea su mirada hacia el monitor.

—Si, Rosie. ¿Quieren saber que será?.—Solo asentimos y dejamos que la doctora haga su trabajo. Presiona un par de botones y congela la imagen para poder darnos una descripción de la imagen.—Será una niña, tendrán una hermosa bebé que juzgando su tamaño llegará un poco antes de lo previsto. Te agendaré una cita dentro de un mes.

No digo nada durante el resto de la cita porque no soy capaz de mencionar palabra alguna. Pero, en cuanto estamos solos dentro de casa, solo puedo caer de rodillas frente a ella con mis sentimientos completamente revueltos y llorar como niño abrazado a su vientre. Es lo único que puedo hacer para demostrar todo lo que siento. Nunca me he sentido tan enamorado como ahora me siento.

—Mi pequeña bebé. No tienes idea de como espero tu llegada. Quiero abrazarte y nunca dejarte ir. Gracias por esto, Rosie.—Se arrodilla frente a mí y seca mis lágrimas con amor. Besa mis labios y se aferra a mi cuerpo.

Siento que lo tengo todo a pesar de no tener nada.

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—Feliz cumpleaños, dulzura.—Mi mujer se posa sobre mis muslos para despertarme con una gran ola de besos.

Sostiene en sus manos un pequeño pastelillo con una vela sobre el. Pido mi deseo, dejó aquella golosina de lado y tomo a mi chica de las caderas para dejarla debajo de mi cuerpo.

—¿Me darás mi regalo de cumpleaños, linda?

—Uhm, no lo sé. ¿Que esperas de regalo?.

De esa manera comenzamos con lo que sería una mañana muy amorosa. Últimamente hacerle el amor es tremendamente más placentero que antes y creo que nuestros sentimientos tienen mucho que ver con ello.

—¿Vendrás a cenar?.

—No, linda. De hecho, hoy tendrás un día algo ocupado.—Solo me mira extrañada y se sienta en la cama con su espalda en la cabecera.—He dejado un poco de nuestro ahorros sobre el anaquel y le he dicho a mamá que venga por ti a las tres. Hoy buscarán cosas para nuestra bebé.

—Tú madre y yo ya nos hemos encargado de su ropa y...

—Ella necesita una cuna en donde dormir y un cochecito para que puedas llevarla contigo sin problemas. Necesita mamilas, una cobijita muy calientita y muchos pañales. Debemos prepararnos con tiempo.—Le veo sonreír y acercarse a mi para dejar un beso en mis labios.—Y por la noche estaremos en casa de mamá para celebrar mi cumpleaños, no se cumple dieciocho todos los días.

—No tienes idea de qué tan agradecida estoy contigo, Shawn. ¿Te he dicho que te amo muchísimo?

—No más de lo que yo lo hago.—Digo socarronamente y vuelvo a besarle. Beso su ya crecido vientre un par de veces dándome el tiempo de sentir la insistente interacción que mi niña trata de tener con nosotros a través de un par de golpeteos.

Estoy completamente enamorado de mis chicas.

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Mi cena de cumpleaños es muchísimo mejor que los años pasados. El tan solo charlar mientras disfrutamos de un pequeño pastel casero es magnífico. Mamá y papá nos cuentan su historia de amor mientras, a lo largo de la historia, nos dan consejos para tener una relación tan bonita y duradera como la de ellos.

Durante un tiempo pude notar ciertas miradas cómplices entres las tres personas frente a mí. Papá se levanta de su silla y desaparece por un par de minutos. Rosie también se levanta de su silla y se posa detrás de mí para después cubrir mis ojos con sus manos.

—¿Que haces?

—Solo calla, amor.

—Ya puedes descubrir sus ojos, Rosie.—En cuanto lo hace observo frente a mí a papá sosteniendo mi instrumento favorito entre sus manos. No puedo creerlo.

—Oh, no debieron...

—Siempre recordaremos como fue que vendiste tu primer guitarra cuando me quedé sin empleo. Ese mismo día me he propuesto a recompensarte, nos ha llevado más tiempo del que pensamos pero lo hemos logrado. Te lo has ganado.

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—Cielo.—Solo hago un pequeño ruido con la garganta para confirmar que le escucho a pesar de mi cansancio.—La bebé no me deja dormir. Me está pateando durísimo.

Paso mis manos por aquella redonda barriga y comienza a brindarle un pequeño masaje pero solo consigo que aquellos golpes se vuelvan más constantes.

—No es hora de jugar, pequeña. Mamá y papá necesitan dormir un poco.

Me levanto algo molesto de la cama, tomo aquel instrumento que ha llegado a mis manos hace unas horas y comienzo con el suave arpegio de una muy famosa canción de Elvis Presley. Canto muy suavemente mientras observo a Rosie propinarle caricias a su vientre hasta caer completamente dormida. Deja la guitarra de lado y toco su vientre, ya no hay movimientos así que asumo que mis chicas ya se han quedado dormidas.

Vuelvo a preguntarme si soy lo suficiente para ellas. Ahora sé que lo soy.

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Dedicado a