Los días pasaban de manera lenta, Axl al parecer era el único que estaba quedando en aquella familia tan rota llamada Guns n' Roses. Extrañaba a su amigo Izzy, la única persona que lograba entenderlo ya no estaba más, y se lamentaba al saber que ni siquiera tenía como contactarlo. Recordaba con melancolía aquellos momentos juntos en la adolescencia, se podría decir que Izzy era el único que sabía algo de su pasado, y tan solo una parte de él.
Se frotó la cien, deshaciendose de aquellos pensamientos que solo le recordaban a su pasado, de vez en cuando se sentía abrumado por ellos, y justo ahora debía trabajar como para sobrecargar su mente.
Debía despejarse.
Suspiró ya agotado después de dos horas de trabajo, observando el lujoso piano frente a él, instantaneamente su cabeza recordó al jóven Kurt Cobain, sí, aquél infantil cantante quién una vez había destrozado su piano antes de un show. Increíblemente recordar aquello no le molestaba, se lo merecía por llegar tarde a todos los recitales, aunque claro, Cobain seguía siendo un maldito resentido, él y su novia drogadicta. Él mismo aceptó serlo aquél día en los premios mtv, cuando ambos cantantes charlaron por una hora entera en un vestidor a pesar de su evidente enemistad.
Axl no quería admitir que luego de aquella charla se sintió comprendido, tanto así, que no le molestaría volver a hablar una tarde entera con él.
"Lamento haber destrozado tu piano esa vez, fue ídea de Courtney, y Dios...estaba tan drogado." Había comentado con una risa desganada. Axl aceptó la disculpa con las cejas alzadas, el piano no era de él por suerte, pero sí que le había jodido el show.
"Ya que nos estamos disculpando, lamento haberte dicho drogadicto frente a la prensa" Expresó Axl, Kurt volvió a reír, pero esta vez con un toque de gracia bastante alejado de la ironía. Le dijo que también lo hubiera dicho de sí mismo, que daba igual porque sabía que realmente era adicto y no iba a negarlo. Rose encontraba eso admirable de su parte, aceptar sus errores y vivir constantemente con ellos. Recordaba a su amigo Steven quién nunca aceptó depender de las drogas, o como Izzy nunca aceptó la soledad que sentía dentro de la banda, e incluso Slash quién nunca aceptó vivir el día a día dependiendo del alcohol. Fue entonces que aquella melancolía volvió a inundar su ser.
Axl recostó su cabeza contra el piano evitando tocar las teclas, y cerró los ojos reteniendo en su interior las fuertes ganas de golpear todo. Sabía que su pequeña familia estaba muriendo lentamente, y no podía hacer nada para detenerlo más que vivir con sus propios errores, tal y como lo hacía Cobain al otro lado de la ciudad.
Levantó la cabeza sobresaltado al sentir a Slash ingresar al estudio con una botella de whiskey. Rodó los ojos cuando este se sentó a su lado desprendiendo un fuerte olor a alcohol que inundó sus fosas nasales.
El guitarrista contaba con melancolía como su novia lo había dejado, y como había terminado en un bar de cuarta con el corazón roto. Axl solo pudo reír y expresarle algunos consejos de aquellos que ni el mismo seguía. Slash lo agradeció con una sonrisa llena de desgano, como si sus neuronas no funcionaran correctamente para usar sus músculos faciales. Pronto se quedó dormido en el sofá a su lado sin antes decirle al cantante que el manager de la banda lo había enviado a avisar que harían una fiesta privada con el fin de celebrar los premios mtv.
Axl resopló, eso solo podía significar otra noche de fama, alcohol y posiblemente drogas. Volvió a mirar el piano con los ronquidos de Slash de fondo, y entonces se dio cuenta de lo mucho que había cambiado como persona. Años atrás se veía así mismo completamente ebrio entrando a discotecas donde seguramente terminaba moliendo a alguien a golpes. Se sintió tranquilo al recordar que no había tenido un ataque de ira en más de seis meses, aquello le hacía ver que podía mejorar un poco. Ya no tenía que ver a su terapeuta debido a sus complicaciones con la banda, y se sentía regularmente bien con ello.
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𝐏𝐎𝐄𝐓𝐑𝐘. kurtaxl
Fanfiction𝔨𝔲𝔯𝔱 𝔠𝔬𝔟𝔞𝔦𝔫, 𝔞𝔵𝔩 𝔯𝔬𝔰𝔢 Dos cantantes dejan su enemistad de lado porque descubren que tienen más cosas común de lo que imaginaban. ✎ historia en pausa. contiene advertencias.