O3

1.2K 162 27
                                    

"Fuimos, somos y seremos un caos"





La charla fue bastante larga, pero la música aún retumbaba con fuerza dentro del salón, por suerte unas grandes ventanas reducían el ruido y el jardín estaba en silencio. Era ese silencio intermedio, entre las risas de fondo, las voces sosegadas y las pequeñas chispas en el borde de los cigarrillos.

Ambos iban por el segundo, las cenizas se desvanecian el borde de sus dedos, porque estaban tan concentrados en el otro que eran consumidos por el fuego antes que por su labios.

Pronto, cerca de las tres de la madrugada -y con el alcohol necesario en su organismo para decir ciertas incoherencias- Kurt le preguntaba el porqué de su nombre artístico.

"A menos que tus padres sean especiales, nunca supe tú verdadero nombre" Axl negó con una sonrisa ladina, ¿Para que desenterrar lo que fue en el pasado?

"Axl es la persona que soy ahora"

Kurt levantó las cejas, bueno...Él siempre se consideró el mismo Kurt, aquél chico aburrido y demacrado, fumando marihuana y escuchando música en tiempos libres, pero ¿Quién fue Axl?. Su cabeza daba vueltas y las dudas florecían. Pero claro, solo era el alcohol que reactivaba sus neuronas.

Era casi madrugada cuando ambos adultos se despedían, era algo incómodo dejar de hablar luego de haberlo hecho toda la noche. Ya no quedaban muchos cigarillos en sus cajetillas y las latas de cerveza reposaban en el césped donde habían estado.

Relajados y con la vista algo distorsionada, sus últimas palabras abandonaron sus labios resecos por el tábaco. Axl acomodó su cabello cuando Kurt se dió la vuelta para caminar hasta el vehículo de su banda, casi sacaba otro cigarrillo hasta que se dio cuenta de que hace varias horas sus manos habían dejado de temblar.

Caminaban en direción contraria hasta que Axl se dió la vuelta y dijo:

"Es William" pensé que todos ya lo sabían, pensó.

Kurt giró su cabeza, le regaló una pequeña sonrisa y siguió caminando en su propia dirección. El pelirrojo hizo lo mismo, mientras en su cabeza pensaba que todos conocían Axl, pero nadie conocía a William. Así eran las cosas, y siempre debían ser así, pero por alguna razón algo lo impulsaba a abrirse con Kurt, aquello lo extrañaba considerablemente.

Quizás otro día se volverían a encontrar para hablar nuevamente sobre lo dura que era la vida, o quizás sobre música y tipos de cerveza.

•°•°•

La noche lucía esplendida cuando Cobain llegaba a su hogar a pequeños tambaleos adormilados. Con difícultad introdujo la llave en la cerradura y cuando por fin lo hizo se dio cuenta de que la sorpresa que lo esperaba no era la más grata.

"¡Hasta que llegas, malnacido!" Con cada utensilio desparramado en el suelo, Courtney yacía en el borde de sofá con las pupílas levemente dilatas y con el cabello alborotado "¿Quieres un poco?" Su voz chillona y algo constipada lo irritaba, en serio la quería, pero odiaba aquella situación en la que estaba metida.

No iba a mentir, los pinchazos de la semana pasada aún ardian en su piel. Pero estos días se había sentido tranquilo, su estomago no dolía, su cabeza no ardía ante cada pensamiento, y no tenía ganas de volver a ese imparable martirio.

"Deja eso" Ordenó con la voz cansada, Court lanzó una debil carcajada mientras sus ojos rojos giraban con ironía.

"Dejé un poquito para tí, amor" Se dejó caer en el sofá como si su cuerpo no le perteneciera, con el brazo siendo estrujado con aquél objeto de reluciente cuero. Su casual vestido amarillo lucía opaco y tan apagado como ella, estaba tan pálida que sus labios rojos resaltaban de manera fatigante.

Los ojos de Kurt ardían a más no poder, una parte de él deseaba sentarse a su lado y olvidar el mundo una vez más. Pero otra le pedía a gritos abandonar el lugar y mejorar aunque sea un poco su ya ajetreada vida.

Entonces se negó, usó su más grande fuerza de voluntad y gritó tan fuerte que Courtney logró levantarse del sofá y gritarle de vuela. Se avecinó una pelea como nunca, el rubio solo quería que aquella relación acabara, hasta una buena dosis era menos tóxica que la misma.

"Así que fuiste a ese lugar lleno de lujos y me dejaste aquí tirada. Era mi única compañía ¿Qué esperabas?" Kurt solo escuchaba incoherencias y risas que le martillaban la cabeza. Suspiró ya agotado, era obvio que ella no dejaría la casa, así que agarró un par de objetos con algo de brusquedad, tiró todas sus pertenencias dentro de una desgastada mochila y salió de ahí lo más rápido posible.

Courtney con las fuerzas por el suelo lo tomó del brazo, Kurt no se resistió y giró con los ojos apagados. Ella se acercó y depositó un casto beso en sus labios el cuál no fue correspondido. Él solo la miró y acarició su mejilla con suavidad, entregandole así la última pizca de amor que sentía por ella. Luego solo dejó a casa sin la más remota ídea de donde ir, y con unas profundas ganas de drogar su cerebro.

Caminó por las frías calles cuando una ídea cruzó su mente, lo único que lo relajaba era crear arte por más insignificante que sea, y era lo único que planeaba hacer antes de caer dormido aquella noche.

Metió las manos a sus bolsillos en busca de calor, cuando sintió el borde de un papel rozar sus dedos. Lo sacó con leve curiosidad para observar la boleta de una botilleria cercana, la volteó y descubrió un número telefónico anotado allí con una lápicera roja muy desgastada, entonces notó que justo arriba marcaba "Axl R."

Kurt sonrió para sus adentros -a pesar de su despavorable situación- y guardó nuevamente la boleta en su jeans.

𝐏𝐎𝐄𝐓𝐑𝐘. kurtaxlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora