H8shi | +5 años

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—Estoy listo

—Yo también —SoonYoung sonrió contemplando a un tímido MingHao que lo esperaba en la orilla de su cama

Se acercó a pasos muy lentos ya que cuando quería avanzar, su corazón se agitaba más y más al punto de cortarse su respiración. Estaba nervioso, ambos lo estaban y no por lo que estaban a segundos de hacer, tanto SoonYoung como MingHao lo querían así

—¿Ya te dije que estoy listo? —Musitó SoonYoung rozando los labios del menor

—Entonces ¿Por qué no has comenzado? —Rió llevando sus manos a la nuca de su pareja, alguien debía tomar la iniciativa

—Quiero pero es que estoy muy ansioso, ya quiero que suceda, ya quiero tenerlo con nosotros, ya quiero conocerlo

—Yo también —MingHao profundizó el beso al tiempo que colaba una mano por debajo de la ropa de SoonYoung —No pasará si nos quedamos mirándonos

Pero aunque haya pasado veces antes, ésta era mágica. Sus cuerpos se conocían tan bien que ya sabían los puntos a tocar y las veces que eran necesarias para que la habitación se llenara de jadeos y gruñidos

SoonYoung tocó su cintura a la vez que besaba el pecho de MingHao, repasaba su piel con suaves estímulos que hacía con la yema de sus dedos —No sabes cuánto te quiero —Susurró ascendiendo su camino de besos hasta llegar a su mentón

MingHao echó su cabeza hacia atrás en el momento exacto en que el intruso en su interior daba paso hasta llegar a su punto dulce de una sola vez. Sonrió abrazando más fuerte la espalda del mayor, se aferró a ella ayudándose a impulsarse también, la arañó, la apretó y la acarició. SoonYoung podía llevarlo a la locura con muy poco

Y ese poco se refería a su cautivante mirada, amaba esos ojos rasgados, aquellos que le demostraban amor, respeto, deseo, protección y ganas de agrandar la familia. Amaba su sonrisa, que le decía que todo estaba bien, amaba su tacto y su calor

MingHao gimió más alto con la última embestida recibida, entre jadeos sostuvo el cuerpo rendido que SoonYoung dejó caer sobre el suyo. Se quedaron así por unos minutos hasta que de pronto sintió cómo el mayor se erguía lentamente buscando sus ojos, los observó mirando más allá del brillo que se veía en sus pupilas

—Tu cabello está tan desordenado, Hao —Habló tratando de peinarlo con dulzura

—Tu sonrisa boba no se borra —MingHao tocó sus labios rojos e hinchados —Aún no salgas de mi

—Aún no quiero salir de ti —El tiempo parecía no transcurrir cuando se miraban, sólo había amor y ternura en el aire —Estoy muy seguro de esto

—También yo, lo hemos hecho bien con Ouji, le dimos tiempo al tiempo, además que ambos queremos que así sea

—Esta vez, lo deseo con todas mis fuerzas

Desde el momento en que quisieron darse otra oportunidad, cada decisión era tomada con sumo cuidado, pensando siempre en los pro y contrae aunque, aquella tenía muchos pro ya que eran sus corazones quienes la tomaban

—Papá Hao ¿Tu pancita puede crecer todavía más?

—Puede, aún quedan tres meses de espera

—¿Por qué?

El tiempo pasó pero para Ouji de ahora un poco más de cinco años, parecía no ser así. La idea de tener un hermanito en casa lo emocionaba al punto de preguntar repetitivamente si el bebé ya estaba por llegar, y como si fuera poco se encontraba en la terrible fase de los "Por qué"

Esta vez, fue decisión de ambos concebir un hijo, determinaron que era tiempo suficientes para ya no temer y dejar de esperar. Ouji era un niño feliz bajo su crianza, además querían darse la oportunidad de tenerse como compañía durante el proceso, ya que el embarazo anterior, las circunstancias fueron muy distintas

Test Positivo (SEVENTEEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora