JiHan | +5 años

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Mantener el orden en un hogar con tres pequeños revoltosos niños, era una tarea difícil. Los cojines casi siempre estaban en el suelo, la comida quedaba a medio comer, las luchas por querer usar los juguetes, las constantes peleas por querer individualismo y atención

—Papá Han, mira lo que estoy haciendo —Decía JaeMin mientras daba fuertes saltos frente a JeongHan

—Que lindo, amor —JeongHan en cambio, intentaba ordenar un poco el desastre de la habitación y a la vez asegurarse que su pequeño no se lastimara

—Papá Hannie, mira lo que pinté —Era el turno de SunHee para ser escuchada

—Es hermoso —Tomó el dibujo poniéndolo sobre la pila de ropa que acababa de recoger —Lo pondré junto a los otros

JeongHan a veces se sentía cansado pues una vez que sus bebés aprendieron a caminar, hablar y pedir, se volvió todo aún más caótico multiplicado mil veces por tres

—Papá Han ¿Te gustó?

—Papá Hannie ¿Hago otro?

—Papá Han

—Papá Hannie

—Hannie ¿Has visto las cucharas? —Y por si fuera poco, si JiSoo no lograba encontrar algo por su cuenta, era igual de agobiante que sus hijos

—JaeMin, tus saltos me encantan pero no lo hagas mucho o te cansarás. SunHee, tus dibujos son hermosos, sigue practicando tu estilo. JiSoo, las cucharas están en el lavaplatos junto a los vasos de los niños —JeongHan era un ángel para todos

—Gracias, papá Han

—Gracias, papá Hannie

—Gracias, amor

JeongHan se quedó pensando, había escuchado tres agradecimiento...Uno, dos, tres... Si, tres —¿ByunJi, dónde estás? —Faltaba uno —¿ByunJi?

—¡Papá Han! —Oyó una dulce vocecita que lo llamaba. Lo encontró sentado en su cama con sus manitos cruzadas y con los cordones de sus zapatos desatados —Estoy aquí, papá Han

—Amor ¿Qué haces ahí? —Se acercó a él. De sus hijos, ByunJi era el más tranquilo e individual

—Te estoy esperando —Habló el pequeño haciendo un tierno puchero —Dijiste que me ayudarías a amarrar mis zapatos, es que yo todavía no sé

Era cierto pero JeongHan tenía tantas tareas pendientes en su cabeza que una cosa llevó a otra y a otra que terminó por olvidarse de ByunJi. Sus tres pequeños eran demasido distintos, como padre los conocía muy bien, sabía de sus mañas, lo que no les gustaba, sus alergias, sus comidas favoritas y sus tiempos para ser independientes. La memoria de JeongHan era un infinito espacio de almacenamiento en donde cada día archivaba cosas nuevas

—ByunJi, lo siento —Se acercó tomando sus pequeños pies —¿Perdonas a papá Han por ser tan torpe? —Le decía mientras tomaba los cordones de sus zapatos

—Papá Han, no eres torpe —Sonrió levantando sus hombros de forma adorable —Sabes muchas cosas, quiero ser como tú —JeongHan en realidad era su ejemplo a seguir, lo admiraba tanto que habían veces que trataba de aprender por sí solo con tal de parecerse a él y también poder ayudar

—Primero formas dos orejas grandes de conejo —Sonrió mostrándole la acción —Las juntas para que se saluden, las cruzas, las enrollas y las tiras —Era fácil, sólo que ByunJi lo hacía en ordenes distintos —Listo

—Gracias papá Han —El pequeño lo abrazó soltando una risita. Ver a sus niños felices le recargaba su tanque de energía

Aunque, esa energía disminuía al segundo de ver el desorden hecho en la misma habitación que acababa de ordenar minutos atrás

Test Positivo (SEVENTEEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora