Posar para una revista... conocida (por así decirlo) era un privilegio que no podía rechazar.
La carrera de Zen estaba empezando a despegar, y cualquier tipo de oportunidad debía ser aprovechada.
Aunque... vaya, eso sí que no se lo esperaba.
Las condiciones de las fotografías eran un secreto bajo llave. Ni siquiera el propio actor estaba seguro de lo que iba a encontrarse. Si bien, el planteamiento inicial de la misma era, cuanto menos, interesante, rompedor, empoderante... y él quería formar parte de tal proyecto.
A pesar de que lo que vio en un primer momento le hizo tragar saliva para intentar evitar el nudo que empezaba a formarse en su garganta.
Tacones, gasas, lencería y... una orejas de conejo.
El director artístico apareció cargado de bocetos que simulaban el tipo de imágenes que querían conseguir, partiendo de una sensualidad madura y sofisticada para terminar con una imagen dulce y de cierta inocencia.
- Te lo volveré a preguntar sin ningún tipo de compromiso ¿Quieres seguir con esto?
¿Realmente quería? ¿Sería aquello perjudicial para su carrera o más bien todo lo contrario?
- Empezaremos por el conjunto más discreto, por así decirlo, tú mismo decides donde están tus límites. De verdad, no queremos que esta sea una experiencia desagradable en la que hagas algo que no quieres. No es el tipo de mensaje que queremos transmitir.
El mensaje.
Durante mucho tiempo había sido discriminado por su familia. Por ser diferente, por tener un corazón apasionado y querer subirse a un escenario. Por ese pelo de plata y ojos de rubí.
Si él lo había pasado mal por algo tan tonto, no quería ni pensar en las personas cuyos supuestos defectos iban más allá.
- No, estoy encantado de poder participar. Lo haré, adelante.
Cada cual era perfecto a su manera. Ser distinto no implica un defecto.
La alegría del equipo fue suficiente para terminar de convencerlo.
- Sabía que habíamos acertado contigo. ¡Vamos! ¡Maquillaje! ¡Id preparando el mono blanco! ¡Vamos a dejarlos a todos con la boca abierta!
* * * * *
Ella lo estaba esperando en el set.
Su primera juez. Posiblemente, el más importante para él.
El repiqueteo de los tacones la hizo levantar la mirada.
Y su rostro demudó en sorpresa.
Después en sonrisa.
Y de sus labios dejó escapar un silbido.
- Creo que eres la conejita más sexy que he visto nunca, Zenny.
Lo había visto maquillado unas cuantas veces pero nunca así. Las sombras de ojos resaltaban el color de sus pupilas, enmarcadas por unas pestañas que parecían extenderse hasta las estrellas. Sus labios, teñidos de carmesí, tenían la forma de un corazón y brillaban con destellos de oro.
Seguro que sabían a fresa y fuego.
Vestía un mono de color blanco, complementado con una pajarita deshecha y tacones del mismo color. No sabía de qué material estaba hecho, pero a pesar de cubrir prácticamente todo su cuerpo, distinguía la tensión de sus músculos, cada movimiento en su espalda.
ESTÁS LEYENDO
Mystic Messenger [One Shots]
FanficAquí quiero recopilar algunos relatos breves centrados en los distintos personajes de Mystic Messenger enfrentándose a todo sitio de situaciones: desde el romanticismo más azucarado a otros momentos con un toque más intenso. Mystic Messenger y sus p...