Capítulo IV

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Un neutrofilo y una eritrocito estaban sentados en una banca cercana a los pulmones.

Parecian ser amigo muy íntimos, pues la pelirroja hablaba toda entusiasmada, mientras el albino la miraba prestando toda la atención  al mismo tiempo que comia su helado.

Lo que ninguno se dio cuenta es que otro neutrofilo estaba patrullando por alli, y al verlos simplemente penso" mas te vale contarme que esta pasando 4989, o te ira mal", y sin mas se fue de nuevo al estomago donde estaba pasando el tiempo últimamente.

-No me digas que te hizo algo malo ese ogro- dijo poniéndose serio el joven neutrofilo

- Para nada, de echo asi empezó todo, veras...

Flash back

En la puerta de los ganglios linfáticos estaban paradas dos celulas, una muy avergonzada y temerosa de lo que diria y otra impaciente por una respuesta.

-Y bien, te quedaras allí todo el dia o que- respondió el soldado

-No, no, bueno es que queria saber... Si usted aceptó en tomar algo conmigo, porque lo hizo, o fue todo una broma? - dijo sonrojada la eritrocito mientras lo miraba a los ojos.

- Ohhh.. Vaya ya entiendo... Mira niña, no son mi tipo los eritrocitos, se que soy tremendamente atractivo.. - dijo el varón alzando el pecho todo orgulloso, logrando que la pelirroja termine del mismo color que su cabello

-NO.. NO... es decir, no digo que no sea apuesto... Esto yo... Yo solo quería saber si me esta tomando por una tonta, y creo q si, asi q mejor me voy y nunca mas vuelvo por aca

- Espera niña..

- no no tranquilo se que fui una tonta ya me voy, regresaré a trabajar

- espera calmate no dije q..

- no hace falta yo debo ir a hacer las entregas, quiza las celulas esten esperando, sabe de camino vi a un compañero que fue regañado por una celula por llegar tarde

- hey callate no me dejas expli...

- quiza a mi tambien me regañen, aunque no lo hicieron antes quiza sea hoy...

- QUE TE CALLES DIJE! - grito el rubio para poder calmar a la chica- divagas mucho cuando estas nerviosa y no dejas hablar a los demás

-Lo siento, yo no queria enfurecerlo mas- hablo mientras bajaba la cabeza y disminuia el tono de voz- yo solo quería tomar algo y hablar, queria saber porque acepto tomar algo conmigo y porque me dio la razón cuando le dije que los eritrocitos también somos valientes.- despues de decir eso solo escucho un suspiro

- Bien vamos- respondió tranquilo el linfocito sorprendiendo a la damita- vamos a un lugar cerca a los pulmones hay una pequeña y tranquila plaza, quiero un chocolate caliente, no me gusta el té- dijo emprendiendo camino hacia dicho lugar.

-S.. si señor-dijo mas entusiasmada, mientras caminada mas rapido para alcanzarlo.

Después de una corta caminata, ambas células llegaron a la plaza mencionada, era un lugar pequeño tranquilo y ligeramente transitado.
Tenía una rotonda con 4 asientos a su alrededor y cerca de una pared estaba una máquina dispensadora de líquidos y otra de bocadillos.

-Vaya, es un lugar muy lindo, creo q nunca pase por acá- dijo la pelirroja encantada con el lugar.

- O quizá si pasaste, pero eres tan despistada que no te diste cuenta- dijo el uniformado haciendo que la eritrocito ria nerviosa mientras una gota de sudor pasaba por su frente.

- Bueno señor, ire por su chocolate enseguida vuelvo

Mientras AE3803 iba por el chocolate caliente del rubio y por un helado de glucosa para ella, el mayor la observaba desde una de las bancas, nunca se habia puesto a mirarla tan detenidamente, de veia pequeña, inocente y ¿femenina?, no era como la morocha con la que solia pelear cada vez que se encontraban.

La desconfianza del inocente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora