Soulmates ||CHRISERICK||

L

«El departamento era grande, espacioso y sabía que con el tiempo podría llegar a ser acogedor. Escogió su cuarto cerca de la ventana que daba vista a la calle y desde ahí se lograba escuchar un chico cantando, con una linda voz debía admitir.

Sonrió dejando su mochila recargada a la pared, mientras él se recostaba en el suelo, pues su cama aún no llegaba.

La voz era tan relajante que se hubiera dormido si no hubiese sido por ese pequeño niño que entro corriendo a su nueva habitación como si fuera un tren, tan ruidoso.

- ¡Thiago!

- ¡Erick!

- Ay, pequeño. Ven - lo animo a acercarse, este hizo caso. Se sentó cruzando las piernas mientras miraba atento a su tío.

- ¿Que paso?

- Shh - posó su dedo índice en sus labios, veía a su alrededor. A los ojos del niño parecía que se aseguraba que no hubiera nadie para contarle el mas grande secreto de todos.

La habitación quedó en un silencio sorprendente, lo único que se escuchaba era la voz del chico cantando y la guitarra.

- ¿Que paso, tío? - volvió a preguntar Thiago, en un susurro.

- Nada, solo quería silencio y funcionó - sonrió mostrando toda su dentadura. Thiago se puso serio. Después tuvo una idea para desquitarse y sonrió con malicia -. ¿Que planeas, niño?

- ¡MAAAAMÁAAAAAAAAA! - grito Thiago sorprendiendo a Erick, quien alarmado pidió que no hiciera ruido. Como no tenía éxito alguno en callarlo, mirando a su alrededor trataba de encontrar algo que lo distrajera, hasta que recordó la panadería.

- Thiago, si ya no gritas te compró un pan, el que tu quieras.

- AHHH...ahhh eso si me gusta - sonrió. Al ponerse de pie se aseguró que su tío fuera detrás suyo. Iba tomando la mano del mas grande cuando se cruzaron con la hermana de Erick.

- ¿Thiago estaba gritando?

- No - contestó Erick saliéndole un gallito. Thiago sonrió.

- Vamos por un pan, ¿quieres uno?

- Si, por favor. Un cuernito relleno de chocolate.

- Si, mami. Ya escuchaste tío. ¡Camina!

Al estar afuera del edificio Erick logro ver de reojo a los causantes de tan hermosa música, pues eran dos chicos, uno tocaba la guitarra y el otro cantaba. Pero por la prisa de su sobrino no logró verlos bien.

- ¡Yo quiero esta dona! ¡OH! Y este pan, ¡y este!

- Yo solo dije uno - Thiago lo miró alzando su pequeña ceja.

- ¿Seguro que solo quieres comprarme uno? - Erick suspiró derrotado. La mirada de advertencia del pequeño le dio mala espina, así que ¿para que arriesgarse?

- Si quieres vete adelantando. Quiero ver este concierto en vivo.

- Cantan muy bien, ¿cierto? - Erick se limito a asentir -. ¿Y si cantas con ellos? Te he escuchado cantar mientras te bañas y cantas igual de hermoso o incluso mejor que ellos.

- No exageres, niño. Mejor ve a llevarle el pan a tu mamá - Thiago hizo un puchero. Con un pequeño plan en mente camino despacio.