😱Una llegada inesperada😱

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Dicen que las mejores cosas llegan por sorpresa.
Será eso lo que habrá sucedido?

Estaba en classe como cualquier otra jornada aburrida y eterna de instituto. Todo era como de costumbre. Las puertas del instituto se abrían a las 8 en punto esperando a la llegada de los alumnos cansados y apurados por llegar a la hora.
Como siempre llevaba el uniforme de la escuela. Ese tan horrible de falda de cuadros verdes y medias negras que no servía de nada contra el frío invierno que se avecinaba.
Era la primera en llegar al aula. Algo que era bastante inusual.
Ya que siempre llegaba junto a mis compañeros. Empezé a dudar de si me había equivocado de hora. Incluso se me pasó por la cabeza la idea de que tal vez era sábado. Aunque no lo creais, ese absurdo despiste no sería raro viniendo de mi.
La gente que me conoce dice que siempre tengo la cabeza en las nubes.
Así que opté por asomarme por la ventana para ver si veía a alguna cara conocida. Y efectivamente, a los pocos segundos apareció mi mejor amiga junto a mi grupo de amigas de toda la vida y otros tantos compañeros. Pero todos ellos se dirijieron en dirección contraria a nuestra clase. Me quedé algo extrañada. Fué entonces cuando confirmé mi sospecha. Hoy teniamos el acta de bienvenida de inicio de curso. Ese estúpido ritual de reunir a todos los alumnos en el gimnasio para dar la bienvenida al nuevo curso que nos esperaba por delante. Lo haciamos cada año y cada año me parecía una completa estúpidez. Era aburrido oír el mismo discurso hipócrita y cargado de positivismo todos los años:
- "Esperamos que aprovecheis este nuevo curso que comienza. Vuestros professores haran todo lo possible por ayudaros en vuestros estudios. Buena suerte!"
Si claro, y que más. Pensaba yo.
De verdad era necessario hacerlo?
Cada año era igual, y aunque no podía quejarme de mis notas (excepto por las de mates) el instituto no era el mejor del mundo precisamente. Tenía la impresión de que los professores estaban amargados. Bueno no era una impresión, lo estaban! Podías verlos literalmente entrar al aula con cara de pocos amigos. Con una montaña de exámenes en una mano y un café en la otra (seguramente para no dormirse en su propia classe) y probablemente pensando:
-Otro dia mas lidiando con estos insoportables adolescentes. Cuando empezarán las vacaciones?!
A decir verdad yo pensaba exactamente lo mismo.
-Cuando llegarán las vacaciones!
Pero era demasiado pronto para pensar en eso. Apenas acababa de empezar el curso. Pero no tenia tiempo para deprimirme. Debia bajar al gimnasio enseguida. Si me daba prisa, con suerte llegaría a tiempo. Así que decidida recojí mi mochila y mis cosas y me dirijí hacia la puerta para salir. Pero en ese instante algo pasó como un destello por delante de mis ojos y noté como resbalaba hacía atrás y caía de culo contra el suelo. Pasé de estar de pié a verme de un momento a otro en el suelo. Había chocado con algo. Pero no sabía que. Había salido con tantas prisas que ni si quiera lo había visto.
Me quede en el suelo estremeciendome de dolor.
Definitavemente el dia no empezaba bien. Además de llegar tarde y tener que tragarme esa estúpida ceremonia ahora me encontraba en el suelo. Que más puede salir mal hoy? Pensé para mis adentros mientras me frotaba la espalda adolorida.
-Estás bien? Me dijó una voz amablemente.
-Si. Dijé, aunque por mi expressión de dolor era evidente que no.
Dirijí mi mirada hacía arriba y vi una mano extendida. La agarré y me impulse para levantarme.
-Lo siento.
Cuando me incorporé para ver quien era el culpable de mi caida me quedé en estado de shock. No sé como no me desmaye y caí al suelo otra vez.
Un chico me miraba con una amplia y perfecta sonrisa en su rostro.
Por lo alto que era intuí que era mayor que yo. Pero lo que más me llamó la atención fué su pelo rojo fuego que destacaba sobre su blanca piel de porcelana. Sostenía mi mochila entre sus manos.
-Seguro que estás bien? Dijó disculpandose mientras me extendía la mochila y se acercaba a mi.
Mi cuerpo tardó en reaccionar, pero conseguí apartarle la mirada de encima y agarrarla.
-Si,g-gracias. Conseguí responder.
-Perdona por la caida.
-No te preocupes. Dijé con la más possible naturalidad fingiendo que no acababa de hacer el ridiculo.
-Sabes dónde se celebra el acta de inicio de curso?
-En el gimnasio.
-Oh vaya, no sé dónde está. Me incorporo como profesor sustituto hoy, soy nuevo, así que te importaría indicarme el camino?
Yo? Lo hago encantada! Pensé. Pero tan solo me limité a responder con un simple si. Le guié hasta el ascensor que nos llevaría hasta el gimnasio. Esos minutos ahí dentro junto a él se me hicieron eternos. El tan solo se limitaba a sonreir y a explicarme que se acababa de mudar y le habian asignado este colegio. Comenzó a preguntarme cosas sobre el instituto, y yo tan solo le respondía con monosílabos. Cada vez que le miraba cuando me hablaba me ponía nerviosa sin saber por qué. Bueno si sabía por que, era imposible no fijarse en el, tenía una belleza deslumbrante. Algo que no tardaron en confirmarme mis amigas. En cuanto me vieron salir del ascensor y el professor se despidió de mi con un "gracias" vinieron hacía mi corriendo.
-Quien es?! Preguntaron todas a la vez acaparando mi espacio vital.
Nada de que te ha pasado, o donde estabas. Que buenas amigas tienes, pensé.
-És un profe sustituto.
-Como se llama?
-No lo sé.
Realmente no sabía si me habia dicho su nombre, ni si quiera estaba concentrada en lo que decia. Lo estaba más en no mirarle directamente a la cara.
Afortunadamente todas esas preguntas fueron interrumpidas cuando el director del Instituto dió inicio a la ceremonia. Todos los professores se reunieron a su alrededor, haciendo que todos los alumnos fijarán su mirada en él.
Al parecer no era la única a la que le sorprendia esa inesperada llegada.








Mi professor de matemáticasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora