-Te avisé Erica, pero no es mi culpa que estés en las nubes pensando en Jimin.
-Estoy segurísima de que no me dijiste nada! Pero hey, yo encantada de ir a ver a mi Chimomen, ya hacia mucho tiempo que no le visitábamos. Se le hechaba de menos.
-Lo que tú digas... Y supongo que, entonces, tampoco te acordarás de que hoy venia mi amigo a recogernos para ir hacia el bar, cierto?
-Amigo? Qué amigo? ~Pregunté extrañada sin saber a quién se refería exactamente.
-El que te dijé que conocí en el negocio de mi família.
-Aahh... ese amigo.
-No tienes ni idea, verdad? ~preguntó desconfiada.
-Que sii, que ya me acuerdo. ~le aseguré de forma insistente.
-Está bien. ~Dijó no muy convencida.
-De todos modos, comportate vale? Él puede parecer algo serio al principio, pero és buena gente y aunque no lo muestre a menudo, tiene sentido del humor.
-No soy una niña pequeña a la que se deba estar vigilando. Sé comportarme debidamente aunque no lo parezca.
Solo me altero con los asiáticos y lo sabes, el resto del tiempo soy completamente normal.
-Pues entonces vamos apañadas...
-Que dijisté?
-Nada, nada... Mira -exclamó cambiando de tema- es ese, el que está apoyado en la pared.
Seguí su mirada deteniéndola en un misterioso chico de aura oscura que reposaba todo el peso de su cuerpo en aquella pared. Su semblante era serio, llevaba un cubrebocas el cúal comenzó a retirar al ver que nos aproximábamos hacia él. Debido a su cara parcialmente cubierta y la distancia que nos separaba no había podido distinguir correctamente su rostro pero se notaba que era algo peculiar.
A medida que nos acercábamos noté algo extraño. No puede ser, acaso él también es...?-Hola. Dijó el chico de forma simple y desinteresada en un tono amable y cordial.
Si... lo és, es asiático. Confirme para mi misma en el interior de mi subconsciente, sin darme cuenta de que me habia quedado observando sus rasgos detenidamente y analizando su cara sin pronunciar palabra alguna. Debió ser muy evidente que me habia quedado casi hipnotizada por su presencia porqué el chico me miró extrañado y soltó:
-¿Acaso tengo monos en la cara? ~Preguntó de manera irónica, mostrandose (como era normal) algo incómodo por mi atenta mirada.
Sus palabras me alertaron y reaccioné rápidamente tratando de remediar mis actos.
-No, por supuesto que no!! ~Aclaré al momento sonriendo para quitarle tensión al asunto.
A los segundos, como si su pregunta me hubiera devuelto a la realidad de golpe, me acordé de un asunto demasiaso importante que no podia dejar pasar.
-Psst, Jijonenca... ~la llamé agarrándola del brazo y atrayéndola hacia mi para poder hablarle al oído.
-1. Porqué no me avisas de que tienes un amigo asiático tan guapo y 2. Debo ir a pedirle las llaves de clase a Jimin para ir a buscar una cosa, és sumamente importante! ~solté de forma tan rápida que dudo que hubiera entendido una sola palabra.-Yah! Sólo cállate y ve a pedirle las benditas llaves a Jimin. ~exclamó contestando solo a la segunda parte de mi mensaje algo irritada.
Tras su respuesta, me alejé regresando sobre mis anteriores pasos y adentrándome de nuevo en el interior del edificio.
-Mierda, porqué eres tan torpe Erica?! Me cuestioné a mi misma, reprochándome. Y es que, para variar, me había dejado el cuaderno de matemáticas dentro del cajón. Y debía regresar si o si a por el ya que teníamos asignados varios ejercicios de estadística. No era algo raro que me pasase esto. Más de una vez sucedió que me descuidará material en clase y Jijonenca siempre debia acompañarme o esperar por mi afuera del instituto. No quería hacer-la esperar a ella y a su amigo, pero no hacer los deberes de matemáticas teniendo cómo professor a Jimin, definitivamente no era una possibilidad dentro de mis planes.
Ahora que (oficialmente) se había ofrecido a darme clases de repaso no podía comenzar siendo una mala alumna que no hace sus tareas. Quería darle, si era posible, una buena impresión.
Acceleré mi paso hacia la sala de professores buscando con la mirada una sedosa y brillante cabellera roja.
Al momento pude visualizar entre los pasillos aquel tono rojizo tan llamativo y fácil de localizar a simple vista. Se encontraba a punto de cerrar con llave el aula, cúando me acerqué a él rápidamente súplicandole que me dejará entrar a la clase para cojer mi cuaderno.
-Claro, ten. ~Dijó de forma angelical extendiéndome las llaves con sus deditos, manteniendo contacto entre nuestras manos por dos escasos segundos. -No tardes mucho y procura regresar las llaves a la sala de professores, está bien? ~me pidió amablemente mostrandome su usual sonrisa irresistible.
-Por supuesto, muchas gracias! ~agradecí sinceramente
-No es nada, no tardes mucho. Nos vemos mañana, cuídate. ~se despidió con un elegante movimiento con la mano mientras seguía su camino hacia el exterior del instituto.
-Aw -suspiro- verdadermante es todo un ángel. ¿Que he hecho yo para merecer semejante profesor? Me
pregunté, mientras seguía rebuscando entre los papeles del interior del cajón hasta dar con lo que quería: mi cuaderno de problemas. Una vez cumplida mi misión salí apresuradamente del edificio (ya que no quería hacer esperar más a mis acompañantes) encontrándome con una curiosa escena. Jimin cruzando un par de palabras con Jijonenca y acto seguido alejándose.
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Mi professor de matemáticas
Teen FictionErica és una chica de instituto, como cualquier otra. Con una vida normal y corriente. Con un grupo de amigas que le apoya... Que podría cambiar?