Mnemósine.

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"¿Con quién hablo?" Una voz masculina se escuchó al otro lado de la línea, SungJong y ShinYeong estaban con el altavoz, sentados entre todos los papeles tirados por el piso de la oficina. Habían pasado una semana horrible desde que ella llegó con la información que les hizo desarmar todos los archivos y buscar periódicos viejos.

"¿Tan rápido te olvidaste de mí? Que mal hyung eres". Le reprochó el joven jefe de policía, hubo una pequeña pausa por parte de la persona en el teléfono que empezaba a reír.

"Jongie". Dijo este al fin, se escuchaba alegre. "¿Qué necesitas?"

"Estaba revisando unos archivos porque investigo un caso". Habló el menor, ahora se escuchaba más serio. "Y es bastante extraño, siento que tal vez hay algo que se me escapa. El caso lo cerraste tú, me gustaría saber un poco más".

"Me temo que tendrás que ser más específico, Jongie, trabajé mucho tiempo en Sokevic".

"¿El caso de la muerte de Lee Soo Man?" SungJong respondió sin titubiar, como no hubo una respuesta inmediata de parte de Howon, siguió hablando. "Aquí sólo dice que fue por sobredosis, pero me gustaría saber si hay algún otro detalle".

"Bueno, no". Habló el hombre al otro lado, su voz parecía extraña, como si hiciera un esfuerzo enorme por recordar. "En realidad no recuerdo mucho ese caso, Jongie, fue hace bastante tiempo. Puse todos los detalles en el archivo. Lamento no poder ayudarte más".

"Descuida, gracias de todos modos".

Con un poco de decepción, SungJong colgó el teléfono. Él y ShingYeon se miraron en silencio, hasta ahora, todo el tema de la investigación parecía un callejón sin salida.

*

3:30 am.

Dara despertó en medio de la noche, cansada, agitada por una pesadilla. Sentía el peso de sus párpados queriendo obligarla a dormir de nuevo, pero no quería hacerlo. Cada vez que cerraba los ojos, volvía a ver la imagen de... ese hombre asqueroso. El sólo pensar en él, le hacía sentirse sucia, impotente.

Hoy se cumplían 10 años de su muerte. Le frustaba tanto el hecho de que su cuerpo no le permitiera olvidarlo. Ya habían pasado diez años desde que aquel calvario había terminado, pero su fantasma aún seguía persiguiéndola.

Dio vueltas en la cama, llevándose ambas manos a los ojos, quería llorar, le dolía la cabeza. Y en su mente, seguía dando vueltas la imagen de ese imbécil tocándola de más.

Fue tan difícil, era tan difícil el buscar formas de salir adelante y olvidar. Sabía muy bien lo que todos opinaban de ella, hasta cierto punto se había dicho que no importaba porque nadie sabía el calvario que había tenido que pasar. Hacía todo en su poder para darle a ese lugar todo lo que el anterior alcalde le quitó con sus negocios sucios y aún así, era criticada y llamada corrupta.

Pero no importa, se dijo. Seguiría haciendo todo en su poder para poder retribuirle al pueblo.

5:55 am.

Aún no conseguía volver a dormir, no tenía caso intentarlo, esta vez sólo se levantaría a preparar algo de café y comida. De todos modos, quedaban 5 minutos para que su alarma sonase.

La mujer en cuestión se levantó finalmente, se aseó, se arregló y se dirigió a la cocina. Justo cuando esta estaba en su camino hacia la cocina, de  la habitación de su hijo apareció una figura que no esperaba encontrar a esa hora del día, y mucho menos en su casa.

Ella y JongIn se observaron unos largos e incómodos segundos, el tipo estaba esperando algún reproche o incluso una pregunta, pero la mujer estaba tan agotada que simplemente sacudió su rostro y murmuró algo parecido a "yo no vi nada" y siguió su camino.

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