Errores.

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Como cada noche, el bar Shark estaba bastante lleno, algo que la gente normal encontraría un poco extraño considerando el hecho de que más de la mitad de la población era moralista y farisaico.

Era un lugar bastante vivo, tenía buena música, tragos a un valor accesible, ofrecía todos los vicios de una noche que un alma en sufrimiento pudiese desear. Aunque el motivo de que aquel bar fuese tan popular, se debía en parte a la bartender: Blair.

Muchos de los que habían llegado con sus problemas a llorar en la barra en la que ella atendía salían con un propósito nuevo. Se decía que ella sabía escuchar y aconsejar, pero no es lo único que se hablaba sobre ella. Todos sabían que la que mejor conocía el pueblo y los secretos de este y su gente. O al menos eso era lo que ShinYeong había escuchado, y era el motivo de que se encontrase ahí.

"¿Día difícil?" Habló la bartender, su voz era casi hipnótica, tenía un acento atractivo. ShinYeong supuso que ella era Blair, después de todo, era la única mujer trabajando en la barra.

"He tenido mejores". ShinYeong admitió, entre la investigación con SungJong y su trabajo de infiltrada en el periódico, sentía que iba a explotar, pero eso no era lo que venía a hacer a ese bar. "¿Qué sabes de Sandara Park?"

La pregunta tomó por sorpresa a Blair, pero no dejó que se mostrara en su rostro. Por el contrario, le sonrió mientras colocaba un vaso con vodka frente a la chica.

"Que directa". Blair se acomodó frente a la fémina, que ahora se sentía más intimidada que al inicio de la conversación. "No eres la primera que quiere saber sobre nuestra adorada alcaldesa".

"¿Quién..?"

"No es importante". Le interrumpió, en vista de que la chica no tocaba el vaso, lo tomó ella y dio un sorbo, guiñándole. "Sólo es una mujer complicada con un trabajo difícil. Pero tú, que definitivamente escondes algo, creo que te gustaría saber más sobre otra persona".

Si hace un minuto ShinYeong se sentía intimidada, ahora se sentía bastante conmocionada, no sabía cómo reaccionar a las palabras de la mujer frente a ella.

"No tengo tiempo para policías que trabajan como chismosas en un diario de cuarta". Blair puso sus manos en la barra, mirando intensamente a ShinYeong, que estaba boquiabierta y cada vez se sentía peor. "Te voy a dar un consejo porque eres bonita".

Con un segundo de silencio, Blair acarició la mejilla ajena. ShinYeong sintió cómo sus largas uñas rozaban su piel, provocándole un ligero espasmo. Trataba de mantener sus ojos fijos en la bartender, pero el pánico era mayor que ella, era una sensación que no había sentido jamás. Estaba paralizada.

"Ten cuidado con la gente para la que trabajas, estos pueblerinos hipócritas son más siniestros de lo que piensas. Y créeme, Sandara Park no es la persona de la que debes cuidarte".

ShinYeong se alejó de la barra, totalmente atónita, y un tanto perturbada. Se encaminó rápidamente a la salida con pasos apresurados, sus tacones apenas resonando en el suelo con todo el ruido del lugar. Chocó con varias personas en el trayecto, y en un mal movimiento tropezó con sus zapatos. ShinYeong creyó que iba a caer, pero, por suerte (quizás no tanta) un alto chico pelinegro la salvó de caer en plena pista de baile y de ser pisoteada por todos en el club. Él sostuvo su cintura con su brazo derecho, mientras que en la mano del otro brazo tenía un vaso, suponía que con licor.

"Gracias, yo..." La fémina alzó la vista solo para encontrarse con un rostro bien proporcionado, unos ojos achocolatados y una mirada profunda y atrapante. "Lo siento..." Terminó por decir, totalmente embobada por el guapo y escultural chico.

SokevicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora