Miramos todos en todas direcciones, incapaces de encontrar a los desaparecidos. Salimos al lobby y vimos la puerta principal abierta, deducimos que habían abandonado la mansión.
Volteé hacia mi derecha y un poco hacia arriba para buscar el rostro de Jin. Él me miró también y me sonrió, inclinando un poco la cabeza.
Tomó mi mano y nos indicó a todos que lo siguiéramos.
Caminamos sobre un escondido sendero en medio de los árboles y arbustos, con pasos largos y cuidadosos para no caer. Íbamos en dirección a la parte del bosque que aún no habíamos tenido oportunidad de explorar. Jin y yo de la mano, Jimin y Taehyung agarrados del brazo y Jungkook al final. Todos íbamos en silencio, de manera que podíamos escuchar claramente el sonido de los animales nocturnos haciéndonos compañía. Recorrimos unos 100 metros antes de llegar al lugar que Jin quería mostrarnos.
Se trataba de una hondonada maravillosa, rodeada de altos árboles. La luna del cielo y los cientos de estrellas que la acompañaban, se reflejaban en un estanque plateado en medio. Flores silvestres, blancas y violetas, crecían a la orilla del agua, decorándolo con sus corolas. Hoseok y el guía estaban ahí, sentados con manos entrelazadas y labios juntos.
Sin darme cuenta, había empezado a apretar más fuerte la mano de Jin, él lo notó y volvió a sonreírme con ternura. Parece que mi asombro no pasó desapercibido.
— ¡Sabía que estarían aquí! — le gritó a los dos enamorados. Éstos, sorprendidos, se separaron rápidamente y se mostraron un poco avergonzados.
— ¿C-Como... — balbuceó Namjoon, nervioso.
— Siempre venías aquí cuando querías escapar de nosotros — le aclaró, bajando con nosotros hacia donde estaban ellos —. Nunca te lo dije porque habrías encontrado otro escondite.
— ¿Qué hacen aquí? — les preguntó Jimin-ssi mientras se sentaba a su lado. Le seguimos el resto, quedando todos juntos a la orilla del estanque —. Se perdieron la diversión.
Nos reímos ante la ironía de sus palabras. Incluso Jungkook, que parecía estar ahora mucho más tranquilo que antes. Sea resignación o perdón, me alegra que esos dos hayan terminado sus disputas.
A nuestra risa le siguió un largo silencio sereno. Nos dedicamos unos segundos a contemplar el hermoso paisaje, a escuchar las hojas de los árboles sacudidos al viento, a disfrutar la agradable atmósfera nocturna.
Miré alrededor. Las manos de Namjoon y Hoseok seguían entrelazadas; Jimin tenía la cabeza recargada en el hombro de Taehyung; Jungkook estaba hipnotizado por las estrellas.
Mi mano, apoyada sobre el suelo, sintió en el dorso la mano de la persona a mi lado. Alcé la vista y me encontré nuevamente con el rostro de Jin. Sus ojos negros, amables, vertían sobre mí todo su amor, podía sentirlo. Nunca creí en el amor a primera vista y aún así, aquí me encuentro.
Mi mirada se desvió un poco y cayó sobre su boca. Un par de triángulos blancos se destacaban en medio de los labios rosados. El reflejo de la luz de la luna en ellos disparó a mi mente un doloroso pensamiento.
— ¿Qué estamos haciendo? — pregunté con tristeza al aire, para los otros —. Mírense: teniendo romances con seres inmortales, con ermitaños guardabosques... Parece un mal chiste. ¿Cómo demonios vamos a hacer que esto funcione?
Hoseok, Taehyung, Namjoon y Jimin bajaron la cabeza, reflexionando. Se vieron entre ellos con expresiones de miedo y decepción, como si les hubiera anunciado el fin del mundo.
Jin soltó un suspiro de irritación. Se levantó y se puso de frente a mí.
— Eso no importa, Yoongi — dijo, en desacuerdo —. Ya te lo he dicho: lo que pase en el futuro no importa, concéntrate en esta noche, en la mañana si quieres, pero no pierdas el tiempo pensando en lo que pasará en años.
Hizo una pausa, miró al cielo y soltó una risa que, si he de ser sincero, me asustó un poco.
— Los humanos son tan extraños — pronunció —. Viven tan poco y no parecen darse cuenta. Rechazan oportunidades, van despacio, odian los riesgos y los cambios... Y para cuando se dan cuenta, es demasiado tarde, su alma se ha vuelto tan gris que prefieren quedarse sentados, pudriéndose entre su propia miseria.
No podía evitar sentirme un poco ofendido, pero tampoco podía negar que había algo de razón en lo que decía.
— Si los humanos simplemente se atrevieran a abrir su mente un poco y seguir su corazón, no tendrían que buscar felicidad porque vendría naturalmente a ellos — cada palabra de Jin era como una bala que atravesaba mi alma —. Quiero estar contigo, Yoongi. No te conozco, y no me conoces. Todo dicta que no podemos estar juntos. Pero... — me tomó ambas manos y tiró de ellas para levantarme del suelo —, pero siento algo muy dentro de mí que me dice que eres tú, y sé que tú lo sientes también, me lo has demostrado.
Su mirada era tan intensa que parecía que había fuego en los ojos. Intenté apartar la vista, ver a otro lado para anular su poder, pero...
— Mírame, Yoongi — ordenó —. Mírame y escucha lo que digo. Hay mil y una razones por las que deberías huir de mí en este instante, Jungkook podría enumerarlas todas. Pero una, una sola razón hace falta para que te quedes conmigo un poco más. Y esa razón es que te amo.
Su discurso era lo último que faltaba para caer por completo en él. Ya no tenía excusas, ya no era una vaga atracción lo que sentía, sino un sentimiento más profundo clavado en mi interior. ¿Cómo responder a eso? Con palabras, imposible. ¿Qué hacer? ¿De qué manera hacerle ver que su mensaje fue recibido?
Este beso fue diferente al primero. Antes, era un instinto, un acto sin sentido ni consciencia, que surgió de nada más que un impulso carnal. Ahora, en cambio, era una decisión, una declaración hecha a corazón abierto en la que entregaba mis sentimientos sinceros, ahora resueltos.
Ante los aplausos de Jimin, quien mostraba entusiasmo a cada movimiento de su amo, nos separamos un momento. Con la felicidad bien pintada en su sonrisa, Jin tomó la palabra:
— Es entonces que me animo a preguntarte, Yoongi. ¿Serías mío?
FIN
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Bangpire || YoonJin / NamSeok / Vmin
FanfictionBangtan + Vampiros = Bangpire "- Y es entonces que me animo a preguntarle: ¿Sería usted mío? - ¡Aléjate de mí, maldito demonio!" Cuatro inocentes y lindos mortales en un campamento: la perfecta presa fácil de un par de vampiros ridículamente atract...