XXII

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Hyung no se da cuenta por su posición de noble, pero yo he tenido más contacto con humanos y conozco su comportamiento. Por eso, sé que un matrimonio a tan poco tiempo de haberse conocido es un verdadero disparate para el humano promedio de siglo XXI. Puede que hyung haya logrado tener un poco de tiempo a solas con Yoongi-ssi, pero no va a servir de nada si de repente saltan sus amigos a buscarlo. Es por eso que he adoptado la tarea de ganar tiempo para él, y ahora que mis otros dos compañeros están fuera, debo esforzarme al doble por hacerlos quedarse un poco más.

- Y... ¿Se han adaptado al bosque? - pregunté para iniciar una conversación.

- Sí - respondió Jungkook, con sequedad.

- ¿Qué hay de ti, Taehyung-ah? - me dirigí al otro.

No me había dado cuenta antes por todo el alboroto de la cena, pero Taehyung había estado llorando. Cuando me voltee me miró a mí, luego a Jungkook y luego a mí de nuevo. Arrugó su barbilla haciendo un puchero y los ojos se le llenaron de lágrimas.

- Si me disculpan - dijo con voz temblorosa -. Tengo que usar el baño.

Él definitivamente no sabía dónde se encontraba el baño, pero se levantó de la silla y salió corriendo del comedor, dejándonos a mí y a la sangre de atleta solos.

Él una bolsa de sangre codiciada y yo un vampiro harto de sustitutos, sentados uno al lado del otro, sin ninguna otra persona en la habitación que pudiera interrumpir: la fantasía de todo vampiro en existencia. La tentación era demasiada para controlarla.

Jungkook se sentaba con postura derecha, mirando al frente, inmutable y serio. Pero su serenidad era fingida, podía ver las gotas de sudor en su nuca y su garganta tragar saliva. El nerviosismo que presentaba atraía mi atención hacia su cuello, que se volvía más y más apetitoso a cada respiración.

Empecé a pasear mi mirada por todo él, admirando con gran deleite cada centímetro de su cuerpo. Sus manos, su pecho, hasta sus labios rosados: una verdadera obra de arte culinaria. Mis colmillos empezaron a crecer y la boca se me llenó de saliva, la sangre corría tan rápido que podía sentirla quemando mis venas. Los reflejos se apoderaron de mí y fui dominado por una sed insoportable.

Mi mente enfocada y mis sentidos de depredador despiertos, me preparé para atacar. La presa estaba quieta, vulnerable y muy cerca de mí: un sólo golpe bastará, pero debe ser preciso y rápido. Fijé la mirada en mi blanco, ajusté la dirección y me disparé contra él.

Por supuesto, un cuerpo de atleta trae también consigo excepcionales reflejos, algo que no tomé en cuenta al hacer mis cálculos. Jungkook no sólo esquivó mi ataque, sino que me tiró al suelo y me inmovilizó con brazos y piernas antes de que lo tocara. Cuando pude reaccionar, me encontré con toda la fuerza de su cuerpo sobre el mío y su mirada determinada fijada en mí.

- Pudiste engatusar a mi amigo - me dijo, con firmeza y esfuerzo - pero te equivocas mucho si crees que tus trucos funcionan conmigo.

Forcejear con humanos no es algo que disfrute particularmente, me parece una pérdida de tiempo. Pero es cierto que los más difíciles de cazar suelen ser los que tienen la sangre más deliciosa.

Reuní toda mi fuerza en mis brazos y con dificultad logré que rodáramos por el suelo hasta que quedara yo encima. Cuando intenté acercar mi boca a su cuello, él empujó mi cara para impedir que lo mordiera.

- ¡¿Puedes quedarte quieto por un segundo?! - reclamé, con la paciencia perdida - ¡Si no te muerdo en el lugar preciso podría lastimarte, ¿sabes?!

- ¡Ni creas que te permitiré beber mi sangre, bestia hipócrita! - me gritó a la cara, casi escupiéndome.

No entiendo qué tienen los humanos con su sangre. Cada uno posee doscientos seis huesos con una médula ósea que produce sangre a cada minuto, no es como que unos 250 mililitros les vayan a hacer falta. Debe ser algo cultural...

Bangpire || YoonJin / NamSeok / VminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora