Capitulo seis: ¿Felicidad?

240 9 1
                                    

Narra Jesús;

Allí estaba Inés, llorando con Ale en brazos. Era una vista penosa, ver como empapaba mis brazos con sus lágrimas.

- ¿Porqué te has ido así?- pregunté, separandome de ella.

Las lágrimas luchaban por salir, pero yo no tenía porqué llorar. Yo no quería llorar.

Inés me miró a los ojos, secandose las lágrimas abrazó a Ale.

La conocía bien y sabía perfectamente que lo hacía para esconder su rostro. Se avergonzaba. Y eso era más que normal.

- Yo... Intentarón matar a Ale- su voz temblaba. - No podía... Estaba en pánico-

- Pero no me mandaste ni un mensaje- reclamé.

Ni un mensaje.

Eso era todo lo que tenía que decir. Mi niña... Si hubiese muerto... No solo me habría dejado marcado, si no también se habría llevado el "matrimonio" de Inés y yo por delante. No podría seguir viendo a la mujer... A la madre de una muerta. Acabaría como el padre de Carla.

- Yo lo siento tanto... No he podido dejar de pensar en tí en todo este tiempo- susurró abrazandome. - Estoy tan feliz de verte-

Finalmente me ablandé.

La abracé y dejé que algúna lágrimilla se asomará. Por mucho que lo odiase... No podía hacer otra cosa. Ella estaba llorando... Y yo, aún por un segundo, había tenido la sensación de perderla.

- Te quiero- le besé lae mejilla. - Te quiero, aún que seas tan... Casinista-

Ella río, contagiandome la risa.

- Estamos en la habitación al lado de las bestias- río ella.

- ¿Las bestias?- pregunté preocupado.

- En la cama- me guiñó un ojo.

Solté una carcajada, y mucha mucha gente me miró.

- ¡ES JESÚS OVIEDO!- chilló una niña.

Una marea de gente se me acercó corriendo. Chillando, abalanzandose. Suspirando saqué un boli.

- ¡VOY A MORIR! ¡TAMBIÉN ESTA SU HERMANO!- chilló otra al ver que Dani entraba.

- Eyyy ¿Que hay?- Dani obviamente no sabía que decir.

Noté que Inés se alejaba con el bebé corriendo en cuanto aparecío la primera cámara.

- Ha sido agotador- reí dandole un golpe amoroso a Dani en el hombro.

Se le veía más encendido, divertido... Sus fans era lo que había necesitado. Sinceramente yo también. Tanto trabajar en una cocina apestosa nos daba la sensación de ser básura. Que suerte que siempre quedaba la inmensa familia Gemelier.

- Ya te digo- suspiró Dani abriendo la habitación. - Pero era lo que necesitaba para sentirme bien-

Asentí sonriente. Una sonrisa que se me heló en la cara al ver a Inés y Gin, apresuradas, haciendo la maleta. Era obvio que algo había pasado.

Preocupado busqué a Ale. Por suerte seguía allí, mordiendo su muñeco azúl mientras subía los pies a la cara. Que rica que era... Todo un amor.

- Eh- me acerqué a Inés cariñosamente. - ¿Que haces?-

Inés me lanzó una mirada llena de lágrimas. Se veía su miedo y su desesperación.

- Es obvio- gruñó. - Apenás llegas hay problemas. Y tu no entiendes nada de esto-

- Inés...- suspiré. - ¿De que estas hablando, amor?-

- Tu y tu manera de ver la vida y de reaccionar ante mi rabia... ¡Me pones enferma!- chilló. - Había huido hasta aquí ¿entiendes?-

La realidad entró en mí como una bofetada del destino. Inés había huido. Había huido de mi. Se había fugado. Probablemente tuviese un amante.

- ¿Que?- solté. - Tu... ¿No me quieres?-

- ¡¿Que?!- su cara expresaba una sorpresa única. - ¡Claro que si! ¡¿Como piensas algo así?!-

- Es que...-

- Da igual. Alguien ha intentado matar a Ale. Ale, mi niña... Y me fuí hasta aquí con la esperanza que no nos encontraran. Pero ahora que TU, don importancias, sales por todas partes... Tenemos que irnos-

- Yo...-

- No hay nada más que hacer-

- Pero...-

- No, Jesús. Estamos acorralados-

- ¡Pero lo lamento muchisimo!-

- El daño ya esta hecho-

Me dío un beso en la mejilla.

- Haré mi maleta- suspiré abatido.

- No. Tu te quedarás aquí- exigío.

- ¡¿COMO?!-

- Atraes a la prensa-

- No pienso dejarte marchar-

- Jesús... No. Tu te quedarás aquí-

- No, Inés. Te quiero demasiado. Tu no entiended que en esto... No. No no y otra vez no. Nunca olvides que soy el padre de la niña. ¡Te lo prohibo!-

- ¡YA BASTA! ¡NO TE QUIERO CONMIGO! ¡LO ÚNICO QUE TRAES SON PROBLEMAS!-

¿Para qué recordarte? (Jesús y Daniel Oviedo) II 2.a temporada Para no olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora