Capitulo siete: Ginger miente más que habla

210 8 4
                                    

Narra Dani:

- Vale, Gin- dije agarrandola del brazo. - Ya esta bien-

Había escuchado bastante de la discusión de Jesús y Inés, lo que descubriría más tarde que no era la parte más drámatica. Escuché que pretendían irse sin nosotros y no dudé en sacar a Gin.

En realidad por parte ya no sabía lo que era esto: ¿Amor? Lo dudaba. Yo por mi parte... ¿Que sentía? Tan solo una represión.

- ¿Que quieres?- su voz estaba enfadada.

¿Ahora que era eso? Estaba enfadada con el mundo. Y eso no lo aguantaba... A saber a donde iría a parar.

- Gin, esto no es normal- suspiré. - Ya no eres tu-

Me dío un empujón que me tiró contra la pared. Abrí los ojos como platos. ¿Que ahora?

- Eso es cierto- me dío otro empujón. - No es normal que alguien con él que no hablé durante meses me entienda mejor que mi propio novio-

Puse los ojos en blanco.

Eso no valía, ese alguien era Inés.

- Vosotras os conoceis- me froté los ojos con desesperación. - Aún que no entiendo a que viene-

Cruzó los brazos mandandome tanto odio cómo podía mediante una mirada. Se apoyó en la pared, poniendo los ojos en blanco.

- Tu ni siquiera me miras. Ni siquiera te das cuenta de... Nada- su voz mansa parecía estar dirigida al final del pasillo, ya que era allí donde miraba. - A tí no te importa la realidad. Me preguntas que tal y te conformas-

Me apoyé en la pared enfrente de ella. El ambiente era tan frio... Tal vez tansolo un cigarrillo hubiese podido hacerlo parecer más asqueroso.

Un cigarrillo. Nunca había provado uno...

- Si te pregunto- murmuré. - Es porque me preocupo. Me intereso por tí y... ¡Claro que te hago caso! Cada día-

- Tus palabras no tienen sentido- negó con la cabeza y finalmente me miró a los ojos. - Yo... He estado haciendo cosas ¿sabes? Cosas de las que Inés se ha dado cuenta incluso antés recoinciliarnos. Pero contigo... Mi dolor pasó por alto-

¿Que quería decir?

Cosas.

Eso me sonaba mal. Muy mal.

¿A caso me había engañado?

- Es decir que...- cogí aire. - Que me has engañado-

Me dío una bofetada. Me cogío por sorpresa, ya que no estaba en la posición para hacerlo.

¿Quién era la víctima aquí?

¿Ella? ¡Porfavor!

- ¡Ahora también me tomas por una...!- chilló. - ¿A que nivel me has puesto? ¡Yo nunca te engañaría!-

Después hubo un silencio en el que me agarraba la cara golpeada con cierta vergüenza. En el fondo tiene razón... En el fondo soy yo el imbécil. Siempre acabo siendolo yo...

- ¿Entonces que cosas has hecho?- pregunté bajando la mirada.

Apretó los labios. Siempre lo hacía. Yo lo hacía. Jesús lo hacía. Todos lo hacían. Y yo lo odiaba.

- Esto- dío la vuelta a sus brazos y ví una cantidad de cortes.

Oh. Santo. Cielo.

Esa no podía ser la Ginger de la que me enamoré. Quiero decir... ¿Desde cuando? Desde hace tiempo... Dios ¿Cómo es que no lo he notado? O las veces que tenía la sensación que hubiese estado llorando... O cuando me mandaba mensajes diciendo:

¿Para qué recordarte? (Jesús y Daniel Oviedo) II 2.a temporada Para no olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora