A Love Film •Scarlett Johansson & Chris Pratt• (PRATSSON)

Capítulo 2

Scarlett Johansson.-

Salí de mi camerino, ya con el maquillaje y vestuario correspondiente; me presenté al lugar indicado, esperando las indicaciones de aquel director.

— Bien, Scarlett, ya debes conocer a Pratt, Chris, tú debes conocer a Scarlett...

Estiré mi mano en forma de saludo, él la aceptó devolviendo la acción.

— Claro que lo conozco, es parte del elenco de Guardianes de la Galaxia.

Él esbozó una sonrisa que reflejaba arrogancia.

— Vaya, no creí que fuera tan famoso para que la misma Scarlett Johansson supiera quien soy.

— Ni te emociones. — solté una pequeña y casi imperceptible carcajada. — no eres el único chico Marvel por aquí.

Grabamos un par de veces la misma escena, al parecer, Pratt no se encontraba en el mismo canal, su concentración al grabar era muy tenue.

— ¡Y corte! — gritó el director dando fin a aquella grabación. — Hemos terminado por hoy, los quiero mañana aquí a la misma hora.

Se levantó de su asiento tomando su vaso de café, el cuál comenzó a beber mientras abandonaba la sala.

Miré a mi al rededor por última vez y decidí caminar hacia mi camerino, no pensaba mal gastar mi tiempo en no hacer nada en ese set.

Cambié mi atuendo por el inicial, tomé mis cosas de nuevo y caminé hacia afuera por los largos pasillos que el lugar proporcionaba. Me detuve justamente fuera del set, me coloqué los lentes de sol, aunque en realidad fuese ya algo tarde, y saqué un cigarrillo de mi bolsa, del cual comencé a fumar con lentitud.

Un toque en mi hombro hizo despertar mis sentidos. Me giré para mirar de donde provenía aquello y me encontré con nada menos que Chris Pratt, quien tenía una simple sonrisa en su rostro.

— ¿Sola, Johansson? — se recargó sobre la puerta de su auto para mirarme con atención.

— Siempre lo estoy. — inhalé el contenido del cigarrillo.

— ¿Y qué fue aquello que hizo una mujer tan linda para terminar sola? — alzó una ceja.

— Nada de tu incumbencia. — saqué el humo en su cara, él inmediatamente comenzó a toser.

— Eres rara, Johansson, pero me agrada.

— ¿No tienes algo más que hacer que no sea intentar crear una conversación conmigo? 

— No, parece que hoy estoy libre. — se acercó un poco más a mi.

No respondí, en cambio lancé el cigarrillo al suelo para pisarlo.

— ¿Esperas a alguien? — miró a su al rededor.

— Un taxi, si eso cuenta.

— ¿No te gustaría que este atractivo hombre te llevara a tu casa?

— Te lo agradezco, pero no me gusta causar molestias. — me estiré un poco para mirar por las calles, esperando a que algún taxi cerca pasara.

— No es ninguna molestia, ahora sube.

Rodeó su auto y abrió la puerta del acompañante. Lo miré por unos segundos hasta que finalmente decidí entrar. Subió a su asiento y puso el auto en marcha.

— Y bien, ¿Dónde vives?

Mierda, ahora un extraño sabría mi dirección.

— Ammm...¿Beverly Hills?