Capítulo 8

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Me muevo el pelo para atrás acomodándolo por última vez, bien, tranquila, Emily respira, todo es bien, solo sé tú misma, miro a mi hermana, y estaba preciosa como de costumbre, pestañeaba lento porque empezaba a quedarse dormida. Toco el timbre. Y siento unos pasos rápidos a la puerta.

-Hola preciosa – dice Manuel cuando abre la puerta y me quedo sin aliento un minuto, hasta que toma a mi hermana en sus brazos y levanta, ella se ríe y mueve las manos. Avanzo y frunzo el ceño, él aún la mira.

-Hola, también me agrada verte – le reto mientras cruzo los brazos en mi pecho y me hago la enojada, Manuel me mire y suelta una risita.

-Me gusta verte – me dice en forma de saludo y me da un beso en la frente, mi actuación de enojo llega hasta aquí, porque soy incapaz de enojarme con él por más tiempo.

Entramos a su casa y la encuentro distinta  a la primera vez que la vi, y las circunstancias son distintas, llegamos a una sala enorme y hay muchos sillones de estilo moderno, una gran televisión y un alfombra gigante, todo es decorado en colores blanco, negro y plateado.

-¿Quieres una soda? – me pregunta él mientras camina a la cocina con Augusta aún en sus brazos.

-Claro – grito mientras me siento, bueno me tiro en el sofá, y luego pienso que quizás debería comportarme mejor en otra que no es mi casa. Manuel se sienta a mi lado y me pasa una lata de 7up, mi hermana se sienta en su regazo y lo mira, creo que está igual de fascinada que yo. Luego de un rato así, se gira y me mira.

- Emily - suelta con una vocecita juguetona y risueña, mi nombre sale claro de su boca.

-¿Dijo tu nombre? – me pregunta mirándome emocionado Manuel.

-Si – le sonrío mientras abro la lata – es la única palabra que dice hasta ahora, mamá aún está enojada porque su primera palabra no fue mamá – le cuento, él suelta una ligera risa.

Comienza a jugar con ella nuevamente, y ella se toma de sus manos, está en confianza con él.

-¿Por qué te gustan tanto los niños? – le pregunto,  él me mira y esboza una sonrisa linda, de esas que me mataban.

-Pues, tengo una sobrina, de 2 años, y no la veo mucho, entonces, la extraño – me confiesa.

-¿Y por qué no la vez? -Le pregunto rápido y luego me arrepiento porque creo ser muy entrometida.

-Peleé con mi hermana hace un año y no hablamos desde entonces, pues no sé – me dijo mientras jugaba con sus dedos y mira a Augusta dormir – se llama Effy y es una dulzura, igual que tu hermana – sonreí ante el comentario

Me paro del sofá y comienzo a recorrer su sala y encuentro una colección enorme de películas en Dvd, comienzo a mirarlas con dedicación, y tal concentración que se me pasa un buen rato.

-No te gustan esas románticas como The Notebook o esas cosas ¿cierto? – me pregunta Manuel con una mueca de desagrado en la cara que se me hace muy graciosa.

-Claro que no, son muy mierda – le contesto con una sonrisa cuando me giro y mi hermana yace dormida en el sofá, con una manta azul cubriéndola.

-Me gustan los clásicos – le confieso – y las de apocalipsis zombies – termino riéndome.

Él se levanta del sillón y camina donde mi.

-Rara combinación – me molesta – bien... - su voz se pausa mientras busca con los ojos una película, y pone esa cara de concentrado que ya le he visto (y me encanta) – ¿que tal ésta?.

Me acerco a la película que tiene en sus manos y la miro. 

-¿Antes del amanecer? – leo preguntándome a que me suena el titulo a mi misma – suena a historia de amor tonta – le reclamo.

Me gusta todo de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora