Los personajes de Masashi Kishimoto no me pertenecen. Más la historia a continuación es de mi autoría.
AVISO IMPORTANTE
Publico sensible leer bajo su responsabilidad, la historia contendrá escena fuertes, con contenido sexual, violaciones, violencia física, maltrato psicológico, muerte de personajes, insultos a la religión, discriminación racial y lenguaje soez.Los personajes tendrán personalidades muy distintas a las del anime.
Antes de empezar a leer aviso que habrá una escena de orgía.
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-Naruto esa niña no tiene la marca de la bestia, como es posible que te hayas confundido tanto-. Dijo la rubia golpeando el escrito frente a ella.
-Vamos Tsunade, te digo que yo vi la marca de la bestia. Dios sabe que jamás mentiría sobre algo asi-. Su semblante era serió. -Sabes que el mal se oculta, cambia su forma y Lucifer no descansará hasta obtener lo que busca-.
-Pero esa niña, no creo que ella sea quien pensamos, talvez sólo sea otra alma atormentada por un demonio menor o talvez una alma en pena-. Se levantó para dirigirse a la ventana de su oficina y mirar hacia el centro del convento, la paz reinaba en el lugar, ahí se encontraban algunas novicias con algunas monjas. Junto a la fuente del lugar. Algo en su interior le dijo que pronto esa tranquilidad ya no sería posible. -Oh talvez su hermano tiene razón y sólo no está en todas sus capacidades mentales-.
-Tsunade estoy seguro que ella es quien buscamos. Y si dejamos que salga de este lugar Santo sabes que todo está perdido si ella es quien pensamos, sólo Dios sabrá lo que suceda con estas pobres almas mortales-. Empezó a caminar fuera de la oficina pero antes de salir y de espaldas en voz alta dijo. -Tsunade está vez no es un pedido, es una orden, manten a esa joven aquí e informarme sobre todo lo que ocurra a su alrededor-. Sin más salió de la oficina dejando a una rubia furiosa.
"Pero que se ha creído ese mocoso engreído, venir a querer mandar en mi territorio". Furiosa apretó sus puños al verse impotente, sabía que no podía llevarle la contra al rubio, al final era el designio divino. Pero aún se preguntaba porque no mejor matar a la joven y así evitar la catástrofe que se profesaba.
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La noche estaba en su apogeo, daba vueltas y vueltas en la cama pero la incomodidad en su cuello no la dejaba dormir, sumada una sensación de asco en si estómago que le quería hacer vaciar todo lo que había comido, decidida encendió la vela en si cómoda y se colocó una salida de cama encima, talvez caminar o ir a la pequeña capilla la ayudaría.
A medida que transcurre por el pequeño pasillo las sombras se cernían por la tenue luz de su vela, sintió que todo su cuerpo se paralizaba un momento y una penetrante mirada traspasaba su nuca, con gran temor y como pudo guro si cuerpo para observar a una monja detrás de ella, no llevan el velo, dejando ver su hermoso cabello color rojo y unos ojos del mismo color que parecían fuego líquido. -Bu...buenas n..noches-.
-A caso no sabes que horas son, no deberías estar por el pasillo a estas horas-. Miro a la joven con un semblante muy déspota y superior. -Mirate pareces un conejito asustado. A dónde te diriges?-.
-y...yo no podía dormir, me dirigía a la capilla-. Miro temblorosa a la mujer frente a ella.
-Regresa a tu habitación, no son horas de ir a la capilla-. Paso su camino de largo dejando a una ojiperla asustada y con escalofríos que recorrían todo su cuerpo.
Iba de regreso a su habitación cuando sintió que le aire se hacía pesado y la poca luz que daba su vela se apagaba, quedó en tinieblas en ese pasillo y debía admitir que le aterraba estar allí, miro en el fondo del pasillo había una puerta por la cual se podía ver un poco de luz, así que corrió hacia ese lugar. Abrió la puerta si siquiera tocar pero nada la preparó para lo que vería.
En medio de ese cuarto estaban seis personas cinco mujeres y un hombre con el cabello color blanco, las mujeres estaban completamente desnudas, dos besaban al pelo blanco mientras las otras tres se acariciaban entre ellas, vio como sus penetrantes ojos morados la veían, para luego sonreír, sus dientes eran afilados, tanto que parecían los de un tiburón, de pronto sintió como algo la sostenía en el suelo, no dejándola escapar. De pronto sintió alguien detrás suyo, que sostuvo con una mano sus brazos y con la otra su rostro, haciendo que no retirar la mirada de lo que en esa habitación pasaba.
Estaba aterrada, quería soltarse de el agarre, quería escapar lejos de ese lugar, miro como una de las jóvenes sacaba el miembro viril de ese ser frente a ella para empezar a lamerlo y dar pequeños besos, mientras que besaba a un de las mujeres que allí estaban, miro como descaradamente tocaba el los pechos de una de las chicas hundiendo sus uñas el ellos y haciéndola sangrar, para después acercar su lengua y lamer la sangre, la joven sólo emitió un gemido de dolor, pero en su mirada se podía aprecias la lujuria, vio como la mujer entre las piernas del peliblanco subía y bajaba su cabeza mientras una rubia tocaba la parte baja de la mujer que realizaba la felación, la mujer que estaba tras el peliblanco se restregaba tras el mientras besaba y acariciaba su cuello. Vio como la joven que estaba entre las piernas del peliblanco quedó cubierta de un líquido blanco, el cual lamió.
Sentía el miedo y el asco recorrer su ser, quería dejar de mirar, quería alejarse, más no podía su cuerpo era sujeto, por algo u alguien. Y sus ojos simplemente se negaban a dejar de mirar lo que ahí acontecía, "Lo deseas" dijo una voz que puso todos sus sentidos alerta, ella sabía quién era, a su mente vinieron esos fríos y vacíos ojos negros con los que se topó en la iglesia y esa fría voz. -N...no-. dijo en un susurro. -E...esto es un pecado una ofensa hacia Dios-. Sintió como unas garras se clavaban en sus costillas.
"Te he dicho que no menciones a tu Dios en mi presencia". La ojiperla sintió como era apretada más fuerte y el como esas garra la lastimaban más. "Tu sola vendrás rogando a entregarte a mi, hasta mientras disfruta el espectáculo Hinata". Sintió la voz cada vez más lejana, susurrando esas palabras en su mente.
La joven miro como las personas frente a ella se habían convertido en una masa de miembros donde todos se tocaban todos se manociaban, mientras el peliblanco fue poseyendo a cada mujer hasta saciarse. Para después ella caer inconsciente.
Despertó sobresaltada era ya de mañana pues se podía vislumbrar los pequeños rayos de sol. Intento levantarse pero le dolió el lado derecho de su tórax, entonces los sucesos de la noche agolparon en su mente, pero como ella llegó a sus habitaciones, eso no lo sabía, pero tocó su lado derecho no había sangre, solo dolor, así que miro el lugar y ahí había hematomas en forma de dedos. Su piel se puso pálida, no sabía si fue un sueño o enserio vivió lo de anoche.
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Aquí otro, capítulo más de esta historia, como dije trataré de actualizar más seguido además aprovechó que me llego un instante de inspiración, espero les guste este capítulo y si es así dejenmelo saber eso me anima a seguir escribiendo.
Perdón por las faltas de ortografía o las palabras mal escritas.
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El Suplicio De Una Inocente
ParanormalUna joven doncella prometida en cuerpo y alma a Dios es tentada hasta caer al más profundo abismo, llevándola al límite de su cordura, logrando que poco a poco sea ella mismo la que entregué su alma al Diablo.