Dr.R [Terminada]

Capítulo 16 parte II

River
Actualidad...
Hora: 10.55.30
Mientras hablo con Canfeza, aparece un hombre alto muy formal. Dice conocerme pero dada las circunstancias no puedo afirmarlo o negarlo. Canfeza se retira y me deja solo con él.
—Señor River—inicia con una sonrisa forzada—quizá usted no me recuerde pero yo fui su jefe durante su trabajo en la Torre Norte—me enseña una foto donde estamos varias personas. Reconozco a Drew entre la gente junto a mí y a él en el centro.

Asiento como si recordara, obvio no.
—No iré con muchos rodeos. Quería que habláramos de ciertas anomalías que pasaron durante su estadía. Drew Lamana dijo que usted realizaba llamadas un tanto sospechosas. Quiero saber qué hacía usted en ese edificio y cómo sabía por dónde salir durante el atentado.

Estoy como un libro en blanco. Lo miro durante unos segundos y subo mis hombros en señal de no saber.
—No juegue conmigo, Señor River.
—No juego con usted. No sé. Dígame usted porque quisiera yo recordar algo de mi pasado.
—¿Me está tomando el pelo?—dice levantándose de manera brusca—Señor River ¿Quiere ver como el caos toma su forma? ¡Dígame qué hacía usted en ese edificio!—me sujeta bruscamente mi brazo.

Veo a la Dr.R dirigiéndose a mí a grandes zancadas con dos policías. Finalmente, la Dr.R se acerca. Y se llevan al tipo de manera brusca. Lo último que escucho que dice es:
—Doctora Olympia Rosenzweig, nos veremos pronto.

Miro a la Dr.R.
—¿Es ese su nombre?
—Sí—me responde ella afligida.
—¿Conoce a mi jefe?
—¿Su jefe?
—Sí, mire—le enseño la foto que mi jefe me enseño.

Ella se queda viendo un rato la foto. Y dice:
—River. Tienes que tener cuidado con él. Prométeme que vas a tenerlo. En 2 semanas te daremos la salida y quiero que te cuides. Promételo.
—Pero no entiendo ¿de qué debo tener cuidado?
—Se nota que el coma además de amnésico te ha hecho estupido, River

La miro con los ojos como platos.
—Doctora Olympia Rosenzweig no me hable así.
—Odio mi nombre. No lo repita más.
—Es un hermoso nombre.
—¡River! Solo hazme caso. Ten mucho cuidado. Él no es una persona buena. Prométeme que tendrás cuidado. No soportaría que lastimen a alguien a quien aprecio.
—¿Usted me aprecia?—digo con una gran sonrisa.

Ella se sonroja. Se nota que dijo que eso sin pensarlo. Me gusta saber que significó algo para Olympia.

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