Devuélveme Mi Don [ChanSoo]

Capítulo 1

El sol brillante sobre la pegajosa arena del mar, se sentía como un reflejo afrodisíaco que se perdía entre una brisa y un suave olor a avellanas. Leía un libro sobre la muerte, quien nos observa desde las sombras y decide cuando llevarnos con ella. Un beso efímero que te roba el alma y la vida. Cerré mis ojos, pensando en mi propia existencia. Hasta que sentí como la arena se había colado entre las hojas de mi libro, en mi ropa y también en mis ojos.
Quise limpiarme de inmediato, pero entonces lo vi. Chanyeol se ríe junto con sus amigos de mí.

ㅡ¿Quién trae un libro a la playa?

Me desperté sudando frío y con una respiración agitada. Tallé mis ojos tratando de afrontar la realidad, no estaba en la playa leyendo un libro mientras era molestado por personas nefastas, estaba en la alcoba que se había vuelto fría desde que Seungsoo se había marchado. No quería interpretar ese sueño como un mal presagio, pero ya era demasiado tarde para el positivismo.

Bajé las escaleras esperando que papá no hubiese preparado aún el desayuno, y así poder salir sin ser visto. Me sentía tan presionado últimamente que no quería hablar con ellos, sin embargo, el olor de unos huevos refritos me estaba matando las expectativas de que el día comenzara bien. Papá era un chef increíble, después de todo, siempre que podía usaba su don para cocinarnos algo. Él me sonríe dulcemente y yo me acerco a la barra de la cocina para tomar mi lugar.

ㅡBuenos días, Soo.

Puedo sentir su nerviosismo con solo verlo. Se pregunta si ya he descubierto en lo que soy bueno. La respuesta es obvia, si no, no me molestaría exisitir tanto como lo hace. Todas las personas que conozco, ya saben en quiénes se convertirán. Papá, domina el fuego, por eso jamás se le ha quemado algo en el horno. No lo necesita, al fin y al cabo. Mamá, tiene una memoria excepcional, jamás ha perdido sus llaves o su teléfono. Y supongo que también le es útil en su trabajo. Quien sabe, siempre se reserva con ese tema. Seungsoo tiene una habilidad enorme con los cuchillos, las armas y todo eso. Papá no estuvo de acuerdo en que se alistara en la policía militar... desde entonces el tema está betado. Hasta que alguno de los dos se disculpe o... tal vez así seguirán las cosas por cierto tiempo. Yo, por otro lado, sigo escribiéndole a Seungsoo por correspondencia. Le deseo salud y lo mejor, siempre que puedo, y sigo esperando que algún día me responda.

ㅡBuenos días ㅡdije escondiendo mi rostro en la taza de café. Mamá apareció en la otra puerta. Ni siquiera quise imaginarme qué estaría pasando por su mente, pero no tuve que esperar demasiado para saber.

ㅡSoo, cariño... ¿ya conoces tu don?

ㅡ¿Cómo le preguntas eso, Ellen? ㅡpapá se indignó muchísimoㅡ. Debes de tener tacto, es obvio que es difícil para él.

Genial, ahora se hablan y se miran como si yo no estuviera.

ㅡ¡También es difícil para mí! Kyungsoo no nos habla sobre esto ㅡrealmente se miraba preocupada, yo no quería decepcionarlos y ser el único en el mundo que no tuviera su don. Hace cientos de años, los dioses esparcieron regalos a toda la humanidad, dando a las personas ordinarias, dones extraordinarios. Según la mitología, los dones considerados violentos se asocian al dios de la guerra, Poh, mientras que los dones de la naturaleza, a la diosa Nan. Aunque existen ciertos dones cuya procedencia es desconocida.  Desde entonces la forma de vida ha cambiado y solo sobresalen los más fuertes. Mientras todos los demás tienen facilidades, magia, comodidades, lo peor que puede suceder es no tener un don. Los "no-bendecidos" son segregados, viven por ahí, luchando contra la corriente. A los dioses no parece importarles lo que los humanos hacen con sus dones, pero en esta vida, donde todos tienen algo que los hace especiales, ser un segregado es el camino más difícil que existeㅡ. Seungsoo tiene un don peligroso, y si Kyungsoo también...

No me iba a quedar en esa habitación a escuchar cómo se preocupaban por mí, no quería saber que también sentían lástima. Me robé un pan tostado y salí sintiéndome un poco decaído y desesperanzado. ¿Qué iba a ser de mí? ¿Y si nunca obtengo un don?

Por suerte, Seulgi ya estaba esperando por mí en la entrada. Corrí directo a abrazarla, la única persona que me daba paz entre el caos causado por mi hermano ausente y mis padres y su turbulenta relación causada por la preocupación por nosotros, sus dos hijos.