Devuélveme Mi Don [ChanSoo]

Capítulo 4

Se desmayó en mis brazos y era tan pesado que tenía que maniobrar mi cuerpo mientras trataba de no herir su tonta cabeza. La verdad, estaba aterrado. ¿Qué había sucedido? ¿Y si yo lo había... matado? Empujé el cuerpo de Chanyeol hacia una de las paredes del baño mientras pedía al cielo que por favor despertara.

Lo intenté todo. Le salpiqué agua y no alcohol porque tenía mucho miedo de pedir ayuda y que terminaran culpándome. Le pegué fuerte en la cara para que se reanimara, pero nada dio resultado y tampoco lo pude disfrutar debido a la preocupación que sentía. ¿Qué debía hacer? Porque comenzaba a entrar en pánico.

ㅡChanyeol ㅡdije intentando tranquilizarme. Me quedé de rodillas frente a su cuerpo inmóvil y coloqué su cabello ébano para poder ver su rostroㅡ, es verdad que me pareces una persona terrible, molesta, desquiciante ㅡme obligué a bajar el tonoㅡ. Pero nunca quise que murieras, tal vez que te llevaran a un lugar lejos de mí. No puedes morir aquí. Tengo que interrumpirte al menos una vez en clase y... debo poder humillarte en destreza física algún día.

Al verlo ahí, inerte, inofensivo, sentí una opresión en el corazón. Prefería verlo molestando, existiendo tal y como es... a haberlo herido.

ㅡDespierta, por favor ㅡsujeto su chaqueta azul y lo sacudo lo más fuerte que puedoㅡ. ¡Por favor! ㅡacerqué mi rostro a su uniforme y hasta pude sentir su olorㅡ. Por favor...

No sé cuánto tiempo pasé esperando que reaccionara, pero poco
después, él comenzó a moverse. Se llevó las manos a la cabeza y yo me alegré tanto de no haber matado a alguien. Alzó la mirada y actuó casi tan confundido como yo.

ㅡ¿Qué sucedió? ¿Estás bien? ㅡpregunta preocupado, tratándome casi con amabilidad hasta que vuelve a su actitud de persona sin sentimientos, excepto por la altanería e indiferenciaㅡ. ¿Qué hiciste?

ㅡ¡Nada! ㅡrespondo sin contar la verdad. Ahora todo el coraje y odio volvía a mí como río en una cuenca. Sin freno y a todo lo que daㅡ. Te desmayaste y te cuidé. Se dice "gracias".

Chanyeol me mira perplejo un segundo y luego se acomoda el cabello. Yo lo veo ponerse de pie, e inmediatamente me pongo en contra, él debía reposar. Por lo que, le sugerí que se quedara más tiempo en el suelo, que me quedaría también por si tenía alguna otra crisis.

ㅡSé que quince minutos de mi compañía es como una bendición para ti, pero yo sí tengo ocupaciones ㅡno puedo evitar girar los ojos. ¿Por qué es tan odioso? ¿Podría alguien explicármelo? ㅡ Además, me siento excelente.

Chanyeol era mi antítesis. En él cabía todo lo que odiaba, alguien cuya vida parecía demasiado perfecta para ser real. Alguien increíblemente inteligente, audaz, atractivo, con una capacidad física grandiosa y sobretodo una destreza para agradar o ligar. Menos a mí, claro. En primer año, fue considerado un novato condecorado, incluso fue ascendido a cadete de segunda antes de las fechas establecidas debido a su rendimiento "ejemplar". En segundo año, salió con Irene, la cadete más hermosa y talentosa de toda la generación. Implacable en las pruebas físicas e inalcanzable en las aulas de clase. Hasta que ella se graduó, por su puesto. Hubieron rumores de que la ruptura sucedió antes de que ella se fuera. Algunos opinan que ella no quería ataduras para comenzar su nueva vida. Otros piensan que él tenía a alguien más. Una opinión impopular, la mía, dice que simplemente él no estaba a su altura. En este año, Chanyeol se volvió amigo de la élite de la élite, cadetes que siempre llegaban a los 10 mejores cada fin de año y que debido a su popularidad, abusaban de su posición de poder, molestando o aprovechándose de los menores para realizar sus tareas o mandados. Chanyeol usaba su poder de vez en cuando para lo mismo. Él solía convertirse en otro cadete, quizá para avergonzarlo con sus amigos o maestros.

Seulgi me preguntaba porqué había faltado a la presentación de dones, pero yo no la escuchaba, solo lo veía reír a él en la mesa del otro lado. Chanyeol comenzó a transformarse frente a todos. Odiaba que tuviera inmunidad, que pudiera tener todo lo que quisiera con ese don tan asombroso, y sentía impotencia porque yo ni siquiera tenía uno. No podía hacer nada para evitar que suplantara la identidad de alguien más. De la rabia, me ardían los ojos y vibraban mis venas. Continúe viéndolo caminar hacia la salida. Y nuevamente, Chanyeol comenzó a convulsionar, como lo había hecho en el baño hace unas horas y en este mismo lugar hace 3 años. Todos se quedaron en silencio mientras él yacía en el suelo.