Devuélveme Mi Don [ChanSoo]

Capítulo 2

Seulgi descubrió su don cuando tenía 11 años, ella es una impresora 3D, es una linterna verde, es... increíble pero modesta. Puede crear objetos, siempre y cuando los entienda, por lo que no puede crear una bomba... si no sabe cómo funciona. A veces, suele crear sillas cuando está cansada de estar en pie y alguna que otra sombrilla cuando llueve.

Es amable con todos aunque tenga varias opiniones negativas sobre ciertas personas. No suele molestarse con facilidad y siempre quiere conocer personas para hacer amigos. Así fue como terminó a mi lado, un introvertido, que ama los musicales, los postres y es totalmente gay.

Últimamente, ella veía mucho al chico que le gusta. Lo espiaba cuando entrenaba, cuando ingería sus alimentos o cuando se la pasaba atormentando a otros chicos con sus amigos. A mí no me simpatizaba tanto como a ella. Es más, hasta tengo pesadillas con él. Chanyeol es un cambiante, de los mejores dones que existen, si me preguntan, puede convertirse en lo que y quién quiera.

ㅡ¿Crees que sepa que existo? ㅡme preguntó una vez en entrenamiento con armas. Volteé a verlo. El uniforme azul marino le quedaba relativamente mejor que a los demás. Además, tenía un peinado para morirse. ¿Qué se siente ser Park Chanyeol? No podía ni imaginarlo.

ㅡNo lo creo ㅡdije siendo sincero.

La academia me parecía un gran lugar para conocer toda la clase de dones que existían. Cada año realizaban una exposición de talentos selectos y hacían presentaciones donde todos los presentes podíamos ser expectadores de los dones más extraños y asombrosos que podría imaginar. Baekhyun, de último año podía crear ilusiones, tanto individualmente como de manera colectiva. En la presentación pasada, sumergió a todos los presentes en el fondo del mar. Pudimos ver tortugas, peces y hasta una enorme ballena azul que nadaba plácidamente sobre nuestras cabezas. Jongin, el primer novato en presentarse demostró una gran habilidad de teletransportación trayendo una planta originaria del amazonas y arena del desierto del Zahara en menos de un minuto. Claro, que tuvo que devolver todo lo que había transportado. Los cadetes son seleccionados cada año para la presentación. Aunque existen otros dones como el de Junmyeon, que podía saber todo de ti con tocar la palma de tu mano, cualquier cosa que quisieras ocultar u olvidar, él podría obtenerla en segundos. Seguramente, será reclutado para el espionaje del régimen. El año pasado reveló que la sargento Sohyun tendría trillizos, lo cual, en su momento causó sensación. El poder de Yoora era recuperar los recuerdos perdidos y también era capaz de borrarlos. Jongdae podía utilizar su voz en distintas frecuencias para romper objetos y Minseok manipulaba el tiempo a su conveniencia sobre objetos o personas. Una vez me acerqué a preguntarle qué tan lejos había ido. Él se erguió y me dijo con una voz siniestra y seria, que solo usaba su don en emergencias. Algo que sigo sin entender. ¡Por Dios! Podía mantenerse joven para siempre si quisiera. ¿O es que ya lo hacía?

Todos tenían dones asombrosos, eran fuertes, ágiles, podían controlar ciertos aspectos de la mente y del espacio y yo... y yo...

ㅡ¿Está presente, cadete Do?  ㅡel mayor Cho, me dirigió la palabra, pero yo no hice más que asentir. Rogué internamente para que no me preguntara sobre el asunto. Todos los cadetes se callaron para escuchar el nombre de la persona seleccionada para presentar su don. Después de todo, nos encontramos en tercer grado, todos deberíamos conocer nuestro poder a estas alturas, por eso no me siento bien al comer o dormir. Esta ceremonia, es tradición. Recuerdo sentirme emocionado, porque algún día iba a presentarme ante todos mis compañeros. Ahora solo siento como se me revuelve el estómagoㅡ. Cadete Oh Sehun. Un paso al frente.

Volteé en seguida a ver a Seulgi y me miraba con compasión. Comencé a sentirme terrible, sentirme tan inútil, tan... minúsculo y sin importancia. Tal vez ni siquiera debía de tener un lugar aquí. Solicité permiso para ir al sanitario y en cuanto obtuve una respuesta afirmativa, salí a pasos agigantados, no podía ver con claridad a través de los pasillos buscando el baño de los hombres. Me encerré en un cubículo y me propuse recuperar mi respiración normal. ¿Qué voy a hacer? No puedo esconderme para siempre.

Cuando me sentí mejor y estaba dispuesto a salir, oí que alguien se acercaba con pasos firmes. Escuché el agua correr del lavabo y acerqué mi vista a la ranura de la puerta. Una pequeña línea me dejaba ver a mi peor enemigo lavándose la cara.