No supo qué hacer, solo atinó a salir corriendo, olvidando todo dolor de la pierna y de la caída. Pasaban los segundos y no miraba hacia atrás, pero escuchaba al monstruo que lo perseguía a pocos metros atrás. Se dirigió a los casilleros, pues se podría encerrar allí y el ente al ser tan grande, no podría pasar por la escalera de descenso, pero justo antes de llegar se percató que la puerta metálica estaba cerrada con candando, siendo que solo hace minutos atrás, había salido de ahí y él nunca puso candado. Pensó rápidamente que era obra de la maldita pesadilla que estaba viviendo. No pensó más y cambió su rumbo a la plaza central del parque, un poco más grande que la otra. Esta poseía árboles grandes y más arbustos y plantas.
Se lanzó de cabeza detrás de un gran árbol y permaneció agachado unos segundos. Miró. El dolor de su pierna había desaparecido y su herida también, se inspeccionó muy bien por todos lados, pero ningún signo de haber sido mordido tenía, fue otra ilusión. El ente parecido a un perro gigante, llegó a la entrada, dónde comenzaba el pasto. A cada paso que daba, la superficie se tornaba de un color negruzco y el joven podía observar eso con mucho asombro y pavor. Pensó por un momento en la suerte que tuvo al correr semejante distancia y que el enorme ser no lo hubiese alcanzado, era como que nunca lo quiso atrapar. Una idea se asomó a su mente por un momento. Que el monstruo fuera una ilusión igual que las demás cosas. Así que pensó que realmente estaba en una pesadilla, o dentro de un mundo o dimensión paralela. La única forma de poder entenderlo y salir de todo esto, pensó, era hacerle frente a la criatura y ver qué sucedía. Un acto arriesgado, donde la probabilidad era 50% sobrevivir, pues era una ilusión y el otro 50% era morir devorado de una manera horrible. No quiso pensar los detalles, solo quería acabar con todo, así que valientemente se levantó, dio un paso y mostró su posición al lado del enorme árbol. El ser ya lo había olido, sabía de dónde iba a aparecer, así que no fue sorpresa para ella ver al hombre salir de repente.
Se miraron mutuamente. El hombre no pudo sostener la mirada por mucho tiempo, pues el miedo lo consumió, así que apretó los ojos fuertemente y sus puños igual. El monstruo llegó frente a él y abrió su hocico enorme. El joven al sentir su real aliento, pensó en lo tonto que había sido para pensar que era una ilusión y abrió los ojos decidido a morir. Vio horrorizado los enormes dientes alborotados del animal, bañados de sangre por la presa que había devorado hace minutos. Se fijó como en cámara lenta cuando el ente bajaba su cabeza y él ingresaba a su hocico, vio al detalle cómo todos los dientes filosos lo rodeaban y la húmeda y asquerosa lengua le comenzó a tocar la cara y el cuerpo. Pensó en que todo era más grande, o él se había achicado o el ser había crecido. El tiempo retomó su curso normal y cerró la quijada. El joven sintió con horror cómo fue perforado por todas partes del cuerpo por los enormes, duros y puntiagudos colmillos. La sangre lo envolvió y dejó de ser.
Apareció súbitamente dentro de un salón oscuro, con el piso muy frío. Pensó que estaba muerto, hasta que levantó la vista y vio a través de un gran ventanal sin cortinas, que estaba al interior del departamento que tanto evitaba. Esto lo supo porque reconoció las plantas y el muro de afuera. Pensaba que estaba en un limbo, que la muerte ocurrida al ser devorado, había transportado su alma a un lugar transitorio similar a lo que él conocía y le aterraba. Todos estos pensamientos acabaron cuando desde las sombras apareció la mujer desnuda, pero esta vez con su rostro normal.
—Haz llegado bastante lejos amor...
—¡¿Qué demonios es esto?!
—Estás en un lugar que tenía preparado para ti desde hace mucho tiempo.
—¡Déjame en paz!, ¡¿qué deseas de mí?!
—Deseo todo de ti... tu compañía... tu sabiduría... tu devoción... tu gobernanza... tu sumisión... tu placer...
—¡Estás loca!, esto es una maldita pesadilla y no sé cómo despertar —se lamentaba el joven con gesto de estar sentenciado.
—Ven a mi... ven.
El joven fue atraído, estando sumergido en un hechizo. Se arrimó a la mujer y ella lo obligó a que la deseara. Él obedeció y se sometió en un vaivén y sinfín de dolor y placer. El tiempo afuera se detuvo, estuvo en este estado por horas o días, pero aún seguía estando de noche.
Le gustó lo que vivió, ella descansaba apoyada en su muslo que le había mordido anteriormente. Siguió pensando que todo estaba en su mente o que había muerto realmente. Ella le dijo las palabras más terroríficas que había oído.
—Ahora eres un nuevo diablo, este será tu infierno.
No pensó muy bien en cada una de las palabras, ni en su vida, solo disfrutaba el poder que ella le había traspasado a través del acto. El departamento vacío resultaba ser la puerta pequeña que entraba al infierno, o algo así pensaba él. La mujer no era más que un demonio elegida para atraer un nuevo líder que gobernara el lugar. Ella había sido atraída allí hace décadas, ya que un convento de monjas se irguió en el mismo lugar del condominio tiempo atrás.
—Ahora tu misión es atraer a alguien más acá, si no quieres estar para siempre... o puedes quedarte conmigo disfrutando en esta oscuridad por la eternidad...
El joven con su débil mente, cayó en la seducción de las palabras del ente, que ahora se mantenía de pie al lado de su bestia negra, que tenía un tamaño menor. Le gustó el poder y lo que sintió, jamás permaneció tan lleno, era una sensación de placer. Miró su cuerpo y estaba envuelto en el líquido azul, no le asustó, lo vio normal. Miraba a la mujer como hechizado y ya no le temía, sino que le pedía más.
La mañana llegó, todos buscaban al guardia nocturno. La policía estaba en el lugar, pues la sangre de la señora asesinada fue vista por todos y se alarmaron de inmediato. El condominio se hallaba repleto de personas curiosas. Los residentes del condominio eran entrevistados por montones. Revisaban los casilleros, el comedor y cada rincón del parque, excepto bajo el árbol con acceso a la ventana del misterioso departamento, donde se encontraba aquel joven, devorado por el infierno, gobernando una pequeña oscuridad, disfrutando del placer con la demonio y perdido para siempre en un limbo eterno. Él sentía poder, pero no era nada más que otra ilusión. El verdadero trabajo para su alma era este, su trabajo de noche.
Fin.

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Trabajo de noche.
ParanormalAlgo raro se esconde... está al acecho... quiere una nueva víctima...