Introducción

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¡Eh, Policía! Era la típica palabra con la que llamaban a Deborah, una becaria en el cuerpo de policía.

¡Eh, Policía! Era la palabra con la que Daian salía corriendo, el joven criado en un orfanato y que desde hacía dos años solo sabía meterse en líos, ya fuera para sobrevivir o para divertirse.

Pobre de Deborah cuando Daian se cruza en su camino.

Derechos de autor reservados. La copía parcial o adaptación esta prohibida.

Atte: Stacy Moreno

□■▪■□

- Illo pasármelo ya.

- Espera, eres más seguío que una paja.

- Xino, pasalo ya, te lo estas fumando a cara perro.

- Que pasao eres tío.

Me fui para él y le arrebaté el porro de Marihuana, que yo había comprado.

- Daian, ¿Te hace un negocio?

- Siempre que me propones algo termino durmiendo en comisaría.

- Hachís.

- Prefiero seguir con la Marihuana.

- No digo fumar, sino trapichear.

- Tío por eso nos pueden caer una buena y yo tengo una gran lista de delitos por robos menores y por llevar algún que otro miligramo de Marihuana y eso que es para consumo propio.

- No seas gallina.

- Déjame que lo piense, ahora tengo que irme.

□■Deborah■□

- ¡Eh, Policía! ¡Aquí!

- Hola, buenas tardes, ¿Qué ocurre señora?

- Unos maleantes se ponen a merodear por aquí.

- Señora pero ¿hacen algo?

- Fumar.

- Señora eso no es delito.

- Fuman porros.

- Señora tenemos que pillarlos y aún así solo le podemos quitar lo que lleven encima, solo si lleva más cantidad de lo que se puede consumir puedo llevarlos a comisaría.

□■Daian■□

Llegué a mi mini piso, era oscuro, las paredes esconchadas y resquebrajadas, pero a penas tenía para esta pocilga y para comer.

Miré el frigorífico y solo tenía una botella de agua y un paquete de salchichas.

Cerré la nevera y me tiré al suelo, estaba cansado, desde que salí de aquel mierda de orfanato mi vida fue a peor, no hay forma de encontrar empleo y el quitar un par de carteras a los putos empresarios no me daba para mucho.

Me levanté del suelo y decidí ir al supermercado, tenía que coger el descuento de los 5 dedos.

Entré en el lugar y miré que podría coger y cuando, el segurata estaba demasiado pegado a mí, cuando lo despisté cogí un par de manzanas y un paquete de salchichas rellenas de queso, era lo más rápido de quitar.

Salí sin que se dieran cuenta de nada.

□■Deborah■□

Estaba haciendo mi ronda de cada noche, cuando me choqué con un chico, cuando levanté la vista, me miró a los ojos desafiante.

- ¿Qué miras?

- ¿A usted no le enseñaron a tratar a los agentes con educación?

- La verdad que no Rubia.

- ¿Me estás vacilando?

- Rubia estarías mejor sin ese uniforme. -Sonrió de lado y me guiño un ojo.

- Póngase contra la pared ¡Ya!

Se volvió para ponerse contra la pared, pero en un abrí y cerrar de ojos salió corriendo, corrí detrás de él, era realmente rápido, se saltó unas vallas como si nada, se metió por callejones, hasta que en uno había una gran verja que se saltó como si fuera un gato.

¿Cómo mierda ha saltado la verja?

□■Daian■□

Salté la verja y seguí corriendo, no quería que me quitaran la cena y mucho menos acabar en comisaría por conseguime la cena.

Volví a mi cuchitril, me preparé las salchichas de queso y me corté una de las manzanas para freírla.

Luego de cenar fui en busca del capullo del Xino.

- ¿Te lo has pensado?

- Dime que tengo que hacer.

- Vender esto. -Me enseñó unas 5 piedras de hachís- la mitad para ti, la otra mitad para él.

- ¿Dos euros y medio me ganaría?

- Sí tío.

- No creo que me convenga, pero venderé estas.

Me las guarde y fui a buscar a la peña.

□■Deborah■□

Aún estaba patrullando cuando vi a dos chicos trapicheando, me acerqué ellos.

- ¡Manos arriba!

El chico de la chupa de cuero se volvió, mientras el otro había ya levantado las manos.

¿Otra vez él?

- Me pierdes y encuentras en los callejones.

- Levanta las manos.

- Rubia tú y yo sabemos que no vas a pillarme.

Me fui para él y lo puse contra la pared.

- Tú, ni te muevas que te vuelo los sesos. -Le dije al otro chaval.

- No me muevo.

- ¡Y tú chulo de mierda, no me vaciles que te meto la pistola por el culo!

- Calma Rubia.

- Tú cállate mejor, que la cicatriz de tu ceja va a ser chica con la que te dejaría yo.

- ¡Vale! -Me respondió.

- Las manos en la pared, en alto y no te muevas.

Me hizo caso sin abrir su bocaza.

- Una cosa Rubia, me tienes hasta los huevos, cruzarse dos veces con la misma Policía es una putada, y hablando de huevos vas a dejar de parparlos. -Cogí y se los apreté para que hablara con motivos- ¡AUCH!

- Callate la boca, pon las manos para atrás.

- No tengo nada.

- Por vacilar a quien no debes.

□■Daian■□

Le hice caso solo por que no quería quedarme sin huevos, que mala ostia tenía la tía, me colocó las esposas, por suerte le había vendido lo último a ese tío, el cual se le escapó mientras me las ajustaba.

- ¿Dónde está?

- Eres pésima como agente.

Se volvió hacia mí y me pateo mis pelotas.

- Sí abres de nuevo la boca te la meto por el culo, jurado. -Dijo señalando la porra.

- Calma.

- Camina que nos vamos a comisaría.

¡Eh, Policía!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora