Lovely things

Mario Kart.

#OQPromptParty2019

¡Hola, hola! Bueno, este es un nuevo One-Shot con temática de una nueva semana OQ. Espero que lo disfruten mucho; el tema de cada uno se mostrará antes de iniciar dicho capítulo.

Henry, Roland y Robin juegan Mario Kart
———

— ¡Será divertido! —Henry sonrió cuando sentó a Robin en el sofá mientras Roland prendía la consola.

—Yo seré Yoshi. —se escuchó la elección de Roland cuando tomó los dos controles para jugar.

Robin, quien estaba viendo y escuchando cada una de sus acciones tuvo que prestar atención para poder jugar a este Mario Kart como ambos le estaban diciendo.

Prometió cuidar a los muchachos en este día libre de escuela mientras Regina mantenía la paz en Storybrooke.

Lo que nunca se imaginó es que ambos niños estuvieran ansiosos por enseñarle un poco más de la tecnología extraña que poseía este mundo sin magia.

—Roland, no puedes ser un dinosaurio, eres un pequeño Merry Men. —dijo el ladrón con su ceño fruncido.

—Entonces quiero ser Iron Man.

Henry comenzó a reírse cuando le explicó que todos esos eran personajes ficticios y, que, así como no creían que Robin Hood o la Reina Malvada existía, Mario y Yoshi tampoco.

— ¿No son reales entonces?

—No, pero ese no es el punto, el punto es que tienes que jugar Mario Kart con nosotros. —el niño de doce años le recordó cuando Roland se acercó con ambos controles.

— ¡Será divertido, papá! Puedes ser Luigi.

— ¿Que es un Luigi? —Robin cuestionó.

— ¡Es el súper amigo de Mario! —Roland respondió emocionado, se sentó en las piernas del ladrón y entonces Henry escogió un nivel –la senda arcoíris era el favorito de ambos a pesar de que el niño más pequeño cayera todo el tiempo– para mostrarle a Robin de que se trataba todo esto.

Había carritos de carreras, distintos mundos de colores, personajes y también artículos extra para incluirle –como paracaídas o distintos logos– y Robin estaba seguro de que jamás había visto algo así.

Estaba fascinado por lo que la caja mágica –ese era el nombre destinado para el televisor–

— ¿Que son esos? —cuestionó a ambos niños cuando Henry al parecer estaba escogiendo un simio extraño para conducir.

— ¡Esos son los personajes, papá! Henry siempre escoge a Bowser o Wario porque dice que son más veloces.

—Pero yo siempre gano. —Henry presumió antes oprimir con su control el inicio de la partida.

El ladrón quien logró apreciar aquella extraña tortuga con picos en su caparazón solo pudo reducirlo a que era bastante extraño, pero pronto sintió como estaba a punto de presenciar una pelea entre ambos niños, así que, para evitarlo, se le ocurrió. —Yo podría ganarles a los dos muy rápido.

—Papá eres muy mentiroso, eso no es posible. —Roland aseguró soltando una risa mientras oprimía el botón que aceleraba en la pantalla.

— ¡Roland, no hagas eso! —Henry reclamó.

— ¿Qué hiciste Roland? Deja jugar a Henry.

—Le puse una trampa porque quiero ganar. —respondió el pequeño niño como si fuese lo más normal del mundo.

Estaba claro que Roland se había adaptado muy bien a la tecnología andante que para Robin no era más que complicado y extraño.

Pensó, mientras veía la caja mágica y sus múltiples colores, que debía aceptar la ayuda tanto de Henry como de Roland. Ellos lo ayudarían a adaptarse más rápido; además de que sorprendería a Regina en algún momento con los conocimientos que comenzaba a poseer.

— ¡Sí! ¡Lo hice, Henry! ¡Te vencí y Yoshi es el ganador! —Roland sacó de sus pensamientos al líder de los Merry Men's al escuchar todas las exclamaciones del Locksley más pequeño.

—Oh... Bueno, supongo que es turno de Robin, quizá él pueda ganarte. —Henry dijo como si estuviese triste, pero el rubio lo conocía mejor que eso, sabía que había fingido y estaba dejando que Roland ganará.

Regina había criado al muchacho de la mejor manera.

— ¿Qué? No. Definitivamente yo perderé contra Roland o contra ti. No sé jugar esa... Cosa.
—apunto al televisor como si se tratara de magia negra o algo parecido.

—Mario Kart, papá.

— ¿Como dices?

—Su nombre del juego es Mario Kart, no "cosa". —Roland hizo una seña con sus manos y entonces le dio el control, dio un brinco para estar en el piso y posterior a eso, subió al sofá para no cubrir con sus rizos alborotados la vista de su padre a la hora de comenzar la competencia.

Robin estaba renuente, sabía que perdería y no sería divertido que los muchachos le contarán aquello a Regina, pero al menos podría intentarlo, ¿no es así?

—Quiero a Mario, pero que no tenga bigote, se ve extraño. —dijo.

—Robin, Mario tiene bigote porque así es el diseño, no puedes quitarlo. —Henry explicó e incluso tomó el control para demostrarle qué era imposible.

—Entonces... Quiero a ese hongo.

— ¡Ese es Toad! —Roland sonrió emocionado y enseguida escogió a Yoshi, pues pensó que eran una buena pareja.

Henry entregó su control a Robin y tomó asiento en el piso esperando ver la partida que estaban por tener padre e hijo.

Aunque probablemente era una injusticia poner al ladrón a jugar en senda arcoíris teniendo en cuenta que jamás había tocado si quiera una consola de videojuegos.

Robin intentó concentrarse, pensó que presionando los botones con más fuerza lograría algo, pero no era así como realmente funcionaba.

— ¿Dónde estoy? —preguntó Robin intentando buscar el carro de carreras. —No puedo ver al hongo de manchas rojas.

Roland soltó una pequeña risa mientras esquivaba un obstáculo y dejaba dos trampas para sus jugadores.

— ¡Caíste al vacío desde el principio, papá!

— ¿Qué? —no podía creer que fuese posible morir y volver a revivir, era todo muy extraño.

—Es un juego, Robin, tienes tres vidas o en ocasiones distintas son ilimitadas.

— ¿Y porque no puedo ganarle a Roland?

— ¡Porque has caído al vacío cinco veces desde que inicio el juego! —exclamó y soltando el control se acercó hasta su padre para dar dos palmadas en sus mejillas. —Tranquilo papá, vamos a jugar todo el día hasta que dejes de caerte sin razón en la senda arcoíris.

Henry se rió y decidió que debería ir por una dona con relleno de chocolate para poder aguantar lo que su pequeño hermano le había propuesto al mayor.

Robin simplemente suspiró y lo último que supo es que estaba presionando el botón de play nuevamente para está vez tratar de vencer a un niño.

Maldito Mario Kart.