Cuando te encontré.

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Hola, hola, bienvenidos a un nuevo fic. La verdad es que tenía demasiadas ganas de hacer algo así y solo espero que lo disfruten muchísimo, como pudieron leer en la descripción serán One Shots con historias súper tiernas y súper cutes de OQ. Déjenme una estrellita si este #1 fue de su agrado, bai.

...

Un lago frente a un parque, una banca de madera y el canto de los pájaros hacían que Regina se sintiera como en casa, era maravilloso la forma en la que este lugar le traía un buen recuerdo.

El lago de Storybrooke estaba en su memoria gracias a que Robin ahí le había dicho que la escogía a ella, ella sabía que su amor sería infinito gracias a ser almas gemelas aunque sus actos de ese hombre siempre la enamoraban más.

Justamente hoy, en el aniversario de su muerte la morena lo visitó y habló con él dejando una flecha decorada nuevamente por una flor mientras le hablaba; después quizo visitar aquella banca llena de recuerdos sin saber lo que estaba a punto de encontrarse.

Una mano callosa se extendió frente a ella notando como pelos rubios adornaban la muñeca del inicio de aquel brazo, Regina entonces trago duró al sentir como el dedo índice de un extraño levantaba su mentón.

—¿Robin? ¿Eres tú? Pero...

—Soy yo, no importa como, logre volver a ti, Regina. —su amor verdadero, su alma gemela estaba ahí, estaba con ella y ella ahora se sentía más completa que nunca, fue entonces cuando por instinto se puso de pie tan solo para sentir sus labios chocar nuevamente comenzando con aquellas sensaciones que había creído muertas por un tiempo indefinido.

Regina se acerco más a él permitiendo que sus fuertes brazos del hombre hombre rodarán su pequeña cintura haciendo que ella rodeara su cuello sintiéndose como en casa nuevamente.

La morena alcaldesa finalmente supo que ambos necesitaban respirar y fue entonces cuando se separó poco a poco notando un color pálido en Robin.

—¿Robin? ¿Que sucede? —ella tomó su mejilla con la palma de su mano trazando el hoyuelo que tanto amaba.

—No temas, no debes temer. Estaré aquí siempre, vendré y debes tener en cuenta que algún día nos volveremos a encontrar.

—No, no, Robin estarás bien, vas a estarlo.

El dolor se hizo presente y aún más profundo cuando lo vio negar con su cabeza, entonces desapareció; ella nuevamente se quedó sola.

—¡Robin! ¿¡Robin!? —gritó despertando de un sueño que había comenzando tan hermoso como algunos anteriores pero esta vez había sido trágico y aún más por el hecho de que el vacío en su pecho se prolongó.

Solía sentirlo cada noche cuando tenía que seguir fingiendo esta doble vida en Hyperion Heigths con su hijo adulto luchando por descubrir la verdad, con una hermosa niña como su nieta y ahora con esto.

Ella necesitaba a Robin, lo extrañaba y siempre que tenía estas recurrentes pesadillas se tenía que preguntar noche tras noche, ¿Porque ese maldito ladrón tuvo que desobedecer su petición y cruzarse en su camino?

Aquella mañana se dio cuenta que al despertarse de ese sueño ya eran las seis de la mañana y aunque Roni podía levantarse más tarde, Regina sabía que no podía seguir durmiendo.

Lo intentó cuando se puso de pie para lavar su rostro y cepillar aquellos rulos demasiado alborotados que arreglaría más tarde pero aún así, no consiguió dormir, una vuelta en la cama, luego dos y con la tercera estaba decidida a salir corriendo del departamento tan pequeño al que su versión maldita se había acostumbrado.

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