Tercera Parte 2/2

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—Puse la cámara en automático para que tome fotos de cada momento— le explicó antes de que pudiera preguntarle —. De ese modo podrás ver todo lo que hacemos.

Su mirada se dirigió hacia el monitor y veía con fascinación cómo las fotografías cambiaban luego de un momento mientras la cámara capturaba sus imágenes. Era como estar en una sesión pornográfica privada. Su pene se endureció aun más ante esa idea tan traviesa. ¿Cuándo se había convertido en un chico malo?

Louis le lanzó una lenta y sexy sonrisa a Harry.

—Entonces, montemos un espectáculo para la cámara.

Levantándose sobre sus rodillas frente a Harry, pasó sus manos por debajo de su camiseta y la jaló hacia arriba. Alzó la mano hasta su cabeza y lo ayudó a quitársela, arrojándola a un lado, y dejó su magnífico torso desnudo ante su hambrienta mirada. Él lo observó con apreciación, absorbiendo el six-pack que tenía por abdominales y sus pectorales bien definidos, preguntándose otra vez porqué diablos él pasaba su tiempo detrás de la cámara en vez de estar frente a ésta. Maldita sea, si estaba bien formado.

Él pasó sus manos por los músculos lisos de su pecho y sobre sus hombros, suspirando por la manera en que se flexionaban bajo su caricia. No podía recordar la última vez que tuvo sexo con un tipo simplemente porque era un bombón. El pensamiento de tener su dura polla dentro de él prácticamente le tenía jadeando de necesidad y envolvió una mano alrededor de su nuca para jalarlo en busca de un beso. Esta vez, fue él quien tomó la iniciativa, hundiendo la lengua en el interior de su boca.

Harry hizo un sonido profundo en su garganta. Pasó una mano por su cabello y, con la otra, acarició suavemente su pecho. Louis gimió en contra de su boca mientras él tomó su pezón entre el pulgar y el dedo índice y le dio un gentil apretón. Él siempre había tenido los pezones sensibles, pero esta noche parecían estar más receptivos ante las caricias. O quizás Harry sabía cómo hacerles el amor mucho mejor que cualquier otro hombre que conociera. Podría dejarle hacer esto toda la noche.

Fue por ese motivo que casi protestó cuando quitó su mano. Pero entonces se dio cuenta que había dejado de jugar con su pecho para poder recostarlo gentilmente en el suelo. Le miró, observando cada centímetro de su cuerpo desnudo.

—Dios, eres hermoso.

El halago calentó a Louis por todo el camino hasta la punta de los dedos de sus pies. Le habría dado las gracias, pero Harry ya se había inclinado hacia delante para besar lentamente a lo largo del interior de su pierna extendida. Él se lamió los labios con anticipación mientras él se acercaba más y más a su miembro. Pero, para su sorpresa, pasó de largo su sexo y fue directamente a su pecho otra vez. Él jadeó cuando cerró su boca en el mismo pezón con el que antes había estado jugando.

Él echó un vistazo al monitor mientras él le chupaba uno de sus pezones, sin poder creer lo sexy que se veía. Había robado una rápida mirada ocasional al espejo de su habitación mientras tenía sexo con otros hombres, pero esto era mucho más caliente.

Louis gimió, alzando su mano y pasando los dedos por su pelo mientras él arremolinaba su lengua una y otra vez alrededor del pequeño y rígido pico. Si bien lo que estaba haciendo se sentía maravilloso, también era suficiente para conducirlo a la demencia y no estaba muy seguro de sentirse aliviado o consternado cuando finalmente alzó la cabeza. Antes de poder decidirlo, él se inclinó nuevamente para tomar el otro pezón con su boca y prodigarle la misma atención, volviéndole loco otra vez.

Cuando finalmente terminó el festín con su pecho, besó, de manera lenta y pausada, su vientre hasta llegar a su ombligo. Él hizo pequeños círculos perezosos alrededor de la hendidura con su lengua antes de sumergirla en su interior. Nunca antes tuvo a un hombre haciéndole eso, pero ante el estremecimiento de placer que le recorrió, él decidió que podría haber descubierto toda una nueva zona erógena. Sin embargo, Louis se olvidó completamente todo lo relacionado con su ombligo cuando Harry fue descendiendo. Su respiración se aceleró mientras él se acercaba más y más a la unión de sus muslos. Algo le dijo que sabía exactamente cómo practicarle el sexo oral a un chico. Y si su lengua se sentía la mitad de bien en su miembro como en su pecho, entonces él iba a tener un orgasmo alucinante.

Tomando su culo con las manos, Harry alzó los ojos para sostener la mirada por un largo instante, antes de inclinarse para pasar lentamente su lengua a lo largo de toda la longitud. Louis gimió, automáticamente echando un vistazo al monitor otra vez. Ver el cabello de Harry enterrado en su miembro, foto tras foto, hizo que el acto del sexo oral fuera incluso más erótico y no podría haber quitado los ojos de la pantalla incluso si lo intentaba.

Harry no metió su miembro en su boca de inmediato, sino que enfocó su atención en lamer como si de un chupetín se tratara, hasta que él estuvo tan excitado, que estuvo seguro que iba a explotar en el momento en que finalmente metiera su pene a la boca. Se preguntaba si él iba a sentir misericordia por él en algún momento, cuando puso su cálida boca en toda su longitud. Louis se quedó sin aliento.

Harry lamía como todo un profesional y no había nada más excitante que ver como su miembro se perdía entre esos rosados labios.

—Oh Dios— suspiró —. Justo así. No te detengas.

Harry dejó escapar un gemido y se aferró aún más a su culo, su boca se movía firmemente mientras continuaba lamiendo su miembro. Mantuvo un ritmo lento y calmado, elevándolo más y más alto con cada minuto que pasaba. Cuando el orgasmo finalmente le golpeó, comenzó justo en el la punta de su miembro y le recorrió el cuerpo por completo.

Louis intentó mantener sus ojos fijos en el monitor mientras se corría, pero eso rápidamente se volvió imposible cuando empezó a retorcerse bajo su implacable lengua. Renunciando a la pantalla, él cerró los ojos, echó la cabeza hacia atrás, y se rindió ante el placer mientras Harry le envolvió en un arrebatador clímax tras otro hasta dejarlo completamente mareado. Se sentía tan bien, que no quiso detenerlo.

Pero en algún momento las sensaciones se hicieron demasiado intensas y él apretó el agarre de su cabello, instándolo a levantarse. Aunque dejó de lamerlo, no levantó su cabeza. En cambio, él recorrió el interior de su tembloroso muslo con tiernos besos, luego el otro, antes de mirar en su dirección.

Él lo observó a través de sus pestañas a medio cerrar. Había estado con tipos que eran buenos para lamer pollas, pero ese tuvo que ser el mejor sexo oral de su vida. Él era un artista con su lengua. 

—Te necesito dentro de mí— le rogó.

Harry no contestó, sino que simplemente se levantó y abrió su cinturón, desabrochando luego sus vaqueros.

El fotógrafo |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora