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El silencio vuelve a reinar en la monotonía de mí vida, sé que tengo la vista enfocada en algo pero a la vez no veo nada, es algo particularmente inexistente, o eso creo. Alguien está conmigo, pero no puedo ver quién es, no puedo correr la mirada de en frente, de esa extraña figura brillante que se pasea por la habitación con total libertad.

—TaeHyung.

Oí que susurró a mí oído, y todo a mí alrededor empezó a cobrar sentido nuevamente. El mundo entero volvió a moverse para mí, como si sus mecanismos hubieran empezado funcionar de manera automática. Ya no estoy en el cuarto blanco, de hecho, ésta es mí habitación.

—¿BaekHyun?— musite entrecortado, cuando ví su delgada figura sentada en la cama, a un lado mío.

—Tae— sonrió cohibido mí hermano, con las lágrimas asomándose por sus bellos ojos oscuros—. Volviste— murmuró como si no pudiera creerselo, como si él hecho de que yo estuviera aquí fuera un cuento de fantasía.

—¿Donde está?— pregunté con rapidez, con los ojos recorriendo de esquina a esquina mí cuarto, sin poder encontrarla.

—¿El qué?— inquirió BaekHyun con la voz ahogada en un océano profundo, borrandose las lágrimas con la manga de su suéter azul, pero sin dejar de sonreír felizmente.

—La luz que andaba por aquí— observe como mí hermano gemelo negaba con la cabeza sin enterderme en lo absoluto, y luego acarició mí rostro con total delicadeza, como si fuera capaz de romperme con solo tocarme.

—Te extrañe mucho.

—Siempre estuve aquí.

—Lo sé.

R E S E T »KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora