El extraño.

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Un estruendoso sonido me despertó.

Y era mi alarma. Aún era temprano y la pantalla del teléfono era lo único que alumbraba en la habitación.

En medio de aquella penumbra estiré mi brazo hacia la pequeña mesa de noche, y apagué la alarma de los mil demonios. Suspire en cuanto al sonido seso, y me quede unos cuantos minutos quieta, aún tratando de encontrarle sentido a los recuerdos de anoche que habían llegado de repente, como una ola.

Separe la colcha que me apresaba, y el sentimiento de familiaridad me recorrió entera, haciendo me recordar que la noche anterior lo había hecho ante la extraña silueta.

No quería pensar más en el asunto, aunque fuera casi imposible, ya que habían entrado a mi habitación en medio de la noche, haciendome sentir desprotegida y que en cualquier momento vendrían y me apuñalarían. No tenía tiempo para esto, suficientes problemas tenía ya como para lidiar con esto, así que solo trate de pasarlo por alto y prestarle atención solo si algo más interesante pasaba.

Me abrace a mi misma y frote mis brazos con mis palmas al notar el frío glacial que hacia en el cuarto, reflejo de el clima otoñal de nuevo hampshire.

Me sorprendí de que en todo este tiempo el sol ya hubiera salido, y de que ya no necesitaba prender el foco para poder ver, eso si, no podía ver el sol, solo una luz blanca y neutra. Reflejo de las nubes que habían en el cielo. Significaba que no había nada lindo que ver por mi ventanal.

O al menos eso pienso yo.

Sin demasiados ánimos, tome mi celular y revise la hora.

6:54

Aun tenía tiempo, agradecí a mi yo del día anterior, que hubiera decidido cambiar la hora de la alarma, dándome más tiempo de lo normal.

Tome una ducha, y me vestí de acuerdo con el clima que hacía, lo que significaba un atuendo completamente otoñal.

En cuanto estuve lista, me mire al espejo rectangular que apenas había sido instalado junto con un tocador la tarde de ayer, alise la blusa de manga larga a cuadros, y como si de una revelación horrorosa se tratase el espejo quedaba en un perfecto ángulo en el que la ventana lateral de mi habitación se reflejaba, y la idea que deseche en mi mente la noche anterior surgió de nuevo.

«Hazlo. Hoy no hay asesino que te maté.»

Como no encontré una razón para no hacerlo lo suficientemente rápido, caminé lento en busca de la ventana y la vista, de la que no estaba segura sobre cual sería. Cuando finalmente me armé de valor, mire a través de ella. Lo primero que vi, fueron los arboles, y el inmenso bosque que formaban y fue ahí cuando me percaté de 3 cosas...

1. La altura.

¿Cómo era siquiera posible hacer eso? no había ni un solo peñasco por el cual sostenerse, y la altura era de al menos unos 5 metros. ¿Cómo había subido?

2. Las pisadas.

No fue lo suficientemente listo como para borrarlas, a menos de que no estuviera asustado de ser encontrado, lo que no mejoraba las cosas, pero como dije no iba a sobrepensar las cosas. No necesito más problemas de los que ahora tengo. Pero si debiera opinar al respecto, tendría que bajar y verlas por mi misma, era ahora o nunca, pues era lodo fresco, la huella se perdería en unas cuantas horas.

3. Esto era real.

Aún no podía creerlo por completo y mucho menos por la irónica situación de que apenas había llegado aquí como un ''Descanso'' y ya había alguien detrás de mi. Por supuesto no se lo diría a nadie que obviamente, solo complicaría las cosas, lo sabía por experiencia propia, hay muchas cosas de las que callé y lidie por mi misma, y esta no será la excepción.

Un Secreto...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora