Capítulo 1

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Mañana era el día que empezaba en un instituto nuevo el Santa Bárbara. No quería hablar de cómo había llegado hasta acá, porque el camino había sido difícil y nunca se lo pude contar a nadie. Hubo decisiones y acciones que lograron que mi personalidad cambiara y ya la persona que había sido antes se había alejado mucho. Ahora mis sentimientos estaban encerrados en una caja fuerte con candado y nadie lo había podido abrir por ahora.

Era muy temprano cuando salí a caminar hacia el instituto que estaba a unas cuadras de mi casa. Decidí que mi madre no me acompañara porque me metería presión y me pondría incómoda. Sabía que iba  a ser un día agotador. Pero tal vez todo esto sería un buen cambio para algo bueno. O eso creía en ese momento...

Había chicos por doquier. Mucha gente caminando todos con el mismo uniforme con camisa, corbata y pollera verde y blanca. Había chicos que recién parecían haber llegado a la secundaria y otros mucho más grandes. No tenía ni la más mínima idea de que clases tenía. Así que fui a buscar al director o alguna secretaria.
Cuando caminaba miraba para abajo porque sentía la mirada de muchas personas por el gran pasillo. Aunque fue un error porque no veía quien venía delante mío y me choqué con un chico de piel Morena y pelo castaño. Cuando me miro con sus ojos verdes y marrones y su cara enojada, me maldije dentro mío por no mirar hacía adelante.
-Perdona- le dije al chico moreno.
-No importa- me respondió pero con una voz ronca -Pero deberías tener más cuidado.-
Y luego se fue con un grupo de chicos sin mirarme ni a la cara. Imbecil pensé. Los chicos de esta escuela parecían ser así. Que ellos se creían más que los demás, pero este año alguien les iba a demostrar que esto no era así.

Minutos más tarde salí de la oficina del director y me dirigí a mi primera clase, matemática. Genial! Si había algo que me gustaba eran las matemáticas y los números. Cuando llegue había un solo asiento vació y lo era al lado del chico de antes. Me senté sin mirarlo y tomé nota de la clase mientras hacía los ejercicios. Gracias a dios, el profesor no me presento a los alumnos,  y la clase dentro de todo fue llevadera. Hasta que alguien me había tirado una bola de papel. Mi cara demostraba todo. ¿Ya no estaban grandes los chicos para seguir tirando papeles en cuarto año? Al parecer no. Abrí la carta y parecía ser letra de un chico. Está decía "Oye se que eres nueva y debe ser difícil para ti empezar porque no vienes con nosotros" y estaba firmado por Lucas y Martina. Conteste con una cara feliz porque la verdad es que nadie tiene el valor de mandar cartas a una chica nueva en tu colegio. Cuando sino el timbre, empecé a guardar mis cosas y una chica y un chico se pararon delante mío. La chica que debería ser Martina tenia el pelo largo y rubia con unos ojos azules y el chico era muy lindo, de pelo marrón y ojos azules.
-Supongo que serán Lucas y Martina- les dije.
Se rieron y se presentaron. No les miento eran graciosos. Me mostraron el colegio y me llevaron hacia la cafetería ya que era la hora del almuerzo.
-Gracias, enserio por hablarme. No creí que nadie hablara conmigo hoy.- dije.
-Es que nos pareciste copada y bueno no somos de los más populares así que necesitábamos a alguien nuevo- se rio Martina.
-Bueno si le decís eso la vas a asustar che.- le dijo Lucas a Martina.
Y así nos pasamos hablando hasta que toco el timbre y nos tuvimos que volver a clases pero antes nos pasamos nuestros números.

En mi siguiente clase, me crucé de nuevo al chico moreno pero hice que no lo vi. En un momento de la clase, sentí un sentimiento de incomodidad como si alguien me mirara. Cuando me di la vuelta disimuladamente me estaba mirando con cara seria. Rodé los ojos y miré para adelante, no sabía que le pasaba a ese chico.
-Ey- escuche al chico raro llamándome.
Moví la cabeza como diciéndole qué pasa.
-Como te llamas?-
-Sabrina ¿y vos?-
-Martin-respondió-Asi que eres la nueva. ¿Tenes novio?.
Este chico se ve que estaba mal porque quien te pregunta si tener novio el primer día que te conoce.
-No, no tengo pero que te importa- Todos los hombres eran igual solo se interesaban en salir con una chica y cuantas más mejor.
-Esto va a ser divertido entonces...- dijo en un susurro.
Me di la vuelta porque ya no entendía ni de que me hablaba. Cuando termino la clase, Martín se había olvidado su cuaderno pero antes de devolvérselo se me ocurrió espiar porque la curiosidad me podía. Cuando vi lo que decía no lo pude creer.

Irreversiblemente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora