Capítulo 2

95 8 3
                                    

Una lista? Si definitivamente era una lista de chicas. Todos nombres de chicas que suponia que eran del colegio. El título era "los besos prohibidos". Pero lo que más me sorprendió es que al final decía "la chica nueva".

Jajajaj. Solo risa venía a mi mente. No podía creer como ese chico creído pensaba que me iba a conquistar. Eso no iba a suceder. Cerré el libro rápido antes de que vuelva el chico y justo cuando lo hice entro por la puerta. Nervios. Tuve miedo por un momento pero no llego a verme. Y me fui rápido. Sentí su mirada en mi nuca en el pasillo, pero logré irme rápido a mi casa.

Al llegar a casa llame a Juliana. Ella siempre fue mi mejor amiga de toda la vida. Pero ni la distancia pudo separarnos. Hablamos de todo un poco hasta que decidí sacar el tema que me importaba. Lo que había leído en esa libreta. Juliana me dijo que no entendía como mi primer día se había vuelto tan interesante y ella no había hecho nada hoy.
-Y si le tiendes una trampa- propuso Juliana.

-¿Como sería eso?-le pregunte.

-Simple. Has lo que haría él pero sin que se de cuenta. Hacele creer que estás perdidamente enamorada de el. Pero que se enamore de vos y cuando lo haga lo has quedar mal con todos sus amigos.-

Wow pensé. Fue una idea inteligente. Yo pensaba divulgar la lista, pero la palabra venganza sonaba mejor. Le di las gracias y le dije que me tenía que ir a Juliana.

La semana transcurrió tranquila. Ni rastros de Martín, ni de sus amiguitos . Con el paso de los días me hice más amiga de Lucas y Martina. El viernes, que era el último día de clases de esa semana, les decidí contar mi plan y todo lo que había visto.

-No lo puedo creer. Ósea sabía que el grupito este siempre fue famoso por estar con un montón de chicas, pero pensé que era porque le gustaban no como si fuera una conquista- dijo Martina.

-No me extraña igual. Solo piensan en ellos. No les importa lastimar a los demás. - agregó Lucas.

-Estás segura que ¿queres hacer eso?-me dijo Martina.

-Obviamente. Tu no harías eso me imagino.- apunte hacia Lucas.

-No. Por muchas razones: una porque no soy capaz de lastimar a la gente así como ellos hacen conmigo y dos no se si te enteraste pero las chicas no me van.- me dijo, en sus últimas palabras su voz se fue cortando como si temiera decirme eso y que lo juzgara.

-No le digas a nadie por favor. Lucas prefiere mantenerlo en privado- me dijo Martina mientras Lucas ya se había levantado y se estaba yendo.

-Ey. Se que todavía no me conocen bien pero yo no les fallaría la confianza. Y menos a ustedes que me salvaron el primer día.- le dije- aparte no creo qué hay que juzgar a un libro por su portada. O a una persona que no conozca sus características no sepa como es. Gustos son gustos ¿no? Y hay que aceptar a la gente tal cual es.-

Martina me miro con los ojos brillosos como si se estuviera poniendo a llorar. En su mirada vi que el pobre Lucas había sufrido por no poder mostrar como era realmente.

-Gracias. Significa mucho para nosotros- me dijo.

Después de eso tuvimos clase y todo transcurrió como lo normal. En esa semana también me había hecho nuevos conocidos y hasta una chica me había invitado a una fiesta mañana, el sábado. Al principio me dije que no. Que todavía no era la hora de fiestas, recién había llegado. Pero? Y si lograba empezar mi plan? Cambie de opinión cuando escuche a Martín hablando con uno de sus amigos diciéndole que iba a la fiesta.

En el medio de la clase de Literatura, escuche un susurro que venía de Martín.
-Ey ¿vas a la fiesta?- me pregunto Martín.

-No se, no estoy segura- le respondí moviendo un poco las pestañas.

-Veni. Por favor. Nos vamos a divertir. Te lo prometo.- me dijo Martín con voz de súplica.
Pero yo sabía que todo esto era una farsa. Que el era un mentiroso y que yo iba a lograr mostrar la realmente persona que era.

-Bueno dale- le dije con una sonrisa.

Ahora todo lo que había que hacer era esperar a mañana.

Irreversiblemente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora