Capítulo 8: Lies.

2.6K 180 7
                                    

Los días pasaron, consigo las semanas. Exactamente tres. Y yo seguía sin creer el hecho de que Sam, aún no me hablara. Es como... si no nos conociéramos. Me dolía que mañana se cumpliría un mes de nuestro noviazgo, y tal vez ni lo celebraríamos. Pero ni siquiera eso me haría perder mi orgullo.

Las cosas cambiaron. Mucho. Para nada bien. Y con eso me refiero a los chicos. Nash, Matthew, Taylor, Carter, los Jacks y Sam, son los únicos que van conmigo en el mismo instituto. ¿Qué pasó? pues me dejaron de lado, eso pasó. ¿Cómo?, en realidad no lo sé. Un día llegué a mi salón, y Brittany ocupaba mi lugar, lo cual era extraño puesto que ella un grado mayor. Lo dejé pasar, hasta la hora del almuerzo. Donde pasó lo mismo, entonces me senté con Lox en otra mesa. Pensé que sería cosa de un día, pero no, fue diario. Así que se puede decir, que ellos no me hablan, ni yo a ellos. Oh, y déjenme contarles algo vergonzoso que me pasó el otro día. Iba caminando por el pasillo principal, cuando vi a Jack G, él levantó la mano en gesto de saludo, claramente imité su acción. Entonces comenzó a correr en mi dirección, y me pasó por un lado. Confundida y sonrojada a la vez, miré hacia atrás, y lo encontré abrazando a Brittany. El dolor de un nudo en la garganta me indicó que si seguía ahí, probablemente lloraría y toda la gente me vería. Así que salí corriendo.

Por otro lado, aún tenía a mis pequeños amigos, mis mejores amigas, y mi hermano menor, ah, y a Cameron.

—¡Aaron, vas a tirar las palomitas! -gritó Lox al entrar a la sala del cine.

—¡Pues ayúdame, mujer! -exclamó él de vuelta.

—¡Hey, mis dulces! -gritó ahora Hayes.

—Aaron, deja de botar la comida, harás que nos echen. -habló Cameron haciéndonos reír.

—Es que no veo nada. -susurró Aaron. —Gracias a su torre de comida. -al terminar de decir eso, el pobre se tropezó.

—¡Las palomitas!

—¡Mis dulces!

—¡Aaron! -grité junto a Shawn, Cam y Madison.

—Los odio. -murmuró levantándose. —A ustedes, a las palomitas, y tus malditos dulces.

—Nos amas, anda, vamos por otra torre de comida. -dijo Mahogany tomándolo del brazo. En lo que Aaron y Lox iban por más comida, Madison, yo, Shawn, Cameron, y Hayes buscamos los asientos. 

Tuvimos que sentarnos en una fila que estaba enfrente de unos chicos fastidiosos.

—Ugh, ¿quién me está lanzando palomitas? -se quejó Maddie.

—Seguro los idiotas de atrás.

Hubo un momento, que no soporté la comida que nos lanzaban. Me levanté molesta, y me giré lista para gritarles. Pero me encontré con la sorpresa de que todo el clan estaba aquí. Incluyendo a Sam y Brittany, y esta última era quien nos lanzaba las jodidas palomitas. Ambos pararon de reír cuando se dieron cuenta de que era yo. Pero aún podía ver una pequeña sonrisa en la cara plástica de esa chica.

—Así que... después de todo decidiste irte con ella. -afirmé.

—____...

—No, Sam. -le interrumpí. —No quiero escucharte, o, o verte. -tartamudée. —Y mucho menos a ustedes, ¿saben lo que se siente que tus amigos ya no te quieran?

—Te queremos. -se apresuró a decir Matt.

—Pues gracias por demostrarlo, eh. -me crucé de brazos. —Creí que éramos amigos, y tú... -señalé a Nash. —Puede que seamos hermanos, y no tengamos que estar cada segundo juntos, pero...

—¿Entonces? -murmuró interrumpiéndome.

—Quiero a mi hermano de vuelta, quiero pasar tiempo con él, y con los que eran mis amigos... y con el chico del que me enamoré. Suspiré y caminé entre los asientos. 

Cuando salí completamente de la fila, me dirigí a la salida. Pero antes, escuché un gran quejido de dolor, y un chillido agudo. Aún sin darle importancia, seguí mi camino fuera de la sala. Apenas salí, choqué con Lox y Aaron, provocando que la comida, nuevamente se le cayera.

—¿Es enserio? -murmuró. —No vengo más al cine con ustedes.

Sentí la mirada de Mahogany sobre mí, así que decidí alzar la vista, y noté como se sorprendió al verme con los ojos seguramente algo rojos y cristalizados. Ella rápidamente me abrazó.

—¡____! ¡hubieses visto! ¡Hayes golpeó a Sam en sus bolas y Madison abofeteó a Brittany! ¡fue genial! -exclamó Cameron emocionado detrás de mí. Pero al verme sollozando en los brazos de mi mejor amiga, se calló. —Hey, no llores.

—Sí, Kayla, no lo hagas por un gran y estúpido grupo de idiotas. -dijo Madison.

—Y la perra.

—Hayes Grier, ¿qué clase de vocabulario es ese? -reí un poco por la pequeña broma de Cam. —¿Ves? así te queremos ver, con una sonrisa.

Sonreí un poco más, ante el hecho de que era afortunada por tenerlos, y porque sé que no me dejarían sola.  


Ya sé que me Madison no es así de golpear a las personas en la vida real, sólo lo puse porque mi imaginación me lo dictó así haha. Bai.



Good Enough (Sam Pottorff)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora