Capítulo 13: Disneyland.

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—¿Seguro que vamos en la dirección correcta, Sammy?

—Que sí, tengo un GPS.

—¡Pero llevas media hora conduciendo! -me quejé.

—¿Y qué esperabas? si no estaba a la vuelta de la esquina, cariño. -tomó mi mano. ―Ya llegaremos, según esto sólo faltan 10 minutos.

—¡Mira! ¡ya lo veo! ¡acelera, Sam!

—Tranquila. -dijo riendo.

Sam aceleró, por lo que llegamos en poco tiempo. Agradecía que fuera temprano, ya que pudimos encontrar estacionamiento fácilmente. En lo que revisaba que todo estuviera en mi bolso, Sam se bajó, rodeó el auto, y abrió mi puerta. Le sonreí, y tomé su mano para bajar.

—¡Es tan lindo! -exclamé.

—Hey, toma, compré esto en la entrada. -dijo Sam y puso unas orejas de Minnie con un moño en mi cabeza. —En mi opinión, creo que mi Minnie es más linda que la original. -me sonrojé.

—Vamos, quiero conocer a los personajes. -tiré de su mano.

—Espera, quiero una foto.

Sam le pidió a un chico que nos tomara una foto. Al devolverle el celular, miré la foto. Él me abrazaba por la cintura y recargaba su barbilla en mi hombro, mientras que yo tomaba sus manos, y sonreía.

—La pondré de fondo. -comentó.

—Lo haces luego, ¡vamos!

Comenzamos a caminar por una larga avenida. Yo iba admirando cada detalle y construcción que tenía a mi alrededor. Después de una larga caminata, llegamos a la plaza central donde se ubicaba el enorme castillo de la bella durmiente. Este estaba rodeado de una laguna, y a sus costados tenía un hermoso jardín verde. Ahí se encontraba Mickey, y claro, la bella durmiente. Nos acercamos a ellos y los saludamos, fue divertido. Ahí tomamos tres fotos. La primera, era yo besando la nariz de Mickey, la segunda era Sam espalda con espalda con él, y la última, nuevamente yo, pero ahora con la princesa posando como una.

Seguimos paseando por esos jardines tomados de la mano hasta que llegamos a la zona de Frontierland. Decidimos subirnos primero a una atracción llamada «Gran Montaña del Trueno».

—¿Estás segura, cariño? -preguntó Sam por centésima vez.

—Sí, Sam, ya estamos a unas pocas personas. -besé su mejilla. —Te tomaré la mano todo el tiempo, ¿está bien?

—Pero...

—Pueden pasar. -dijo el empleado interrumpiendo a Sam. Pude ver como Sam hacia una mueca.

Tomé su mano entrelazando nuestros dedos. Él me sonrió. Caminamos hasta los vagones que nos llevarían por la atracción. Subí con Sam en el tercero. Mientras nos ponían las barras de seguridad, nos decían las reglas. Yo en realidad no les presté atención de lo emocionada que estaba. En un momento, sentí como el juego se comenzaba a mover, y consigo, obtuve un apretón por parte de Sam.

—¡Me arrepiento! ¡esto es muy divertido! -gritó Sam mientras que yo reía.

—¡Te lo dije!

Al cabo de unos 10 minutos, el juego terminó. Podía sentir mi corazón latir un poco más rápido. Después fuimos a otros juegos, como: «las tazas giratorias», «"es un mundo pequeño"», «el laberinto curioso de Alicia», «el carrusel de Lancelot» y «la mansión embrujada». Y a eso de las cinco y media fuimos al restaurante "Pizza Planeta".

—Une pizza et deux sodas, s'il vous plaît. -habló Sam otra vez con su intento de acento, y la cajera asintió.

—Sabes que aquí también hablan nuestro idioma, ¿verdad? -le pregunté con una ceja alzada.

—Claro, pero no pierdo nada con hablar en francés. -se encogió de hombros.

Será tonto si no se da cuenta de lo mal que se escucha.


Yo no hablo francés, también usé el traductor de google just if you wanna know B)


Good Enough (Sam Pottorff)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora