Capítulo 10: Forgiveness.

2.6K 168 4
                                    

Caminaba por el patio escolar para llegar al pasillo principal donde se encontraba el casillero de ____. Esta mañana había decidido levantarme mucho más temprano de lo habitual para llegar antes que ella y así sorprenderla. 

Aún era muy temprano, y ____ solía llegar con 15 minutos de anticipación. Así que mi plan iba perfecto. Pero al doblar en una esquina, la vi abriendo su casillero con un poco de dificultad debido a los cientos de libros que llevaba en manos. Pero aún así podía sorprenderla, ¿no?.

Me iba a acercar, cuando vi que Brittany llegó a su lado. ____ la miró, y alzó una ceja. Opté por esconderme, quería escuchar de lo que hablaban. Soy un chismoso, lo sé.

—¿Qué pasa? -le preguntó la rubia.

—Oh, nada, sólo guardo unos libros y le hablo a una enferma mental. -le respondió mi novia con la misma expresión.

—Ugh, ya supéralo, ____. -dió un rápido vistazo hacia atrás. —Piénsalo, mira lo de las últimas semanas, tenías razón en todas y cada una de tus sospechas, pero Sam no pudo creerte. -hizo un puchero falso y luego sonrió.

—Voy a desfigurar esa maldita cara plástica.

—Hazlo, golpéame, ¿crees que Sam te querría si acabas con la chica que ama? -se quedó callada y bajó la vista, ¿pensaba que no la quería?. —Por fin me deshice de ti.

Esa fue la gota que derramó el vaso. Salí de mi escondite y a paso rápido fui donde ellas. Puse mis manos en los hombros de ____, mientras que Brittany me miraba con los ojos abiertos como platos.

—¿Qué acabas de decir, Brittany?

—¡Sam! -sonrió nerviosa.

—Oops. -murmuró ____ con una sonrisa.

—¿Trataste de deshacerte de ____? -que idiota fui.

No, eh... fuimos novios, yo sólo quería recuperarte, ¡te sigo amando!

—¡Escucha, eres una...! uh...

—Arpía. -completó ____.

—¡Una arpía! -abracé a mi chica.

—Sammy. -chilló.

—Y yo no siento nada por ti, pero sí por esta hermosa y asombrosa chica. -besé su frente. Miré a Brittany, estaba cruzada de brazos, y con una mueca de disgusto.

—Ugh. -rodó los ojos. —Bien, disfruten de su estúpido noviazgo, esto no se acaba aquí.

Se giró, y se fue por el pasillo, claramente, molesta. Miré con vergüenza a ____, debe estar odiándome.

—Debí haberte creído. -murmuré.

—Sí, así es. -me miro seria.

—¿Estás molesta?

—¿Cómo te atreves a preguntarme eso, Sam? Pasaste mucho tiempo con ella y a mí me dejaste de lado, no te prohíbo que tengas amigas, pero a tus ex novias, bórralas de tu cabeza.

—En serio lo siento. -tomé sus manos. —Y yo... esperaba sorprenderte hoy, pero, se dió todo esto, y no pude hacerlo, así que no sé cómo dártelo. -suspiré. —Feliz primer mes, princesa.

Le tendí un gran oso panda de felpa, junto a una pequeña caja que contenía otro par de regalos. 

Primero tomó al enorme panda y sonrió al momento que lo abrazó. Juro que fue una de las escenas más tiernas que he presenciado en mi vida. Luego tomó la caja, la abrió, y tal como en la noche en que le pedí que fuese mi novia, se llevó una mano a la boca sorprendida.

—¡No me lo creo! -exclamó con una enorme sonrisa, provocando que yo también sonriera. —¡Disneyland en París! ¡Sam, por dios!

—Eres mi novia, te mereces lo mejor. -me abrazó. —Entonces, ¿me perdonas? 

Y con mencionar esas dos palabras, se fue separando poco a poco, y cuando estuvo alejada, noté que ya no tenía su sonrisa.

—Sam, fue realmente lindo de tu parte, pero aún sigo molesta, quiero decir, no confiaste en mí, yo sí lo hubiera hecho si estuviese en tu lugar, ¡y no sólo tú! también los chicos. -si que es bipolar.

—¿Estás terminando conmigo? -ahora era yo el que no me la creía.

—No, yo jamás dije eso, te quiero, Sam, ella sólo quería separarnos pero no lo logró y tampoco voy a darle el gusto, no voy a dejar que esto se arruine por una tontería. -suspiró. 

Y la besé. Por fin después de casi un par de semanas volvía a besar sus labios. Me sentí como cuando lo hice por primera vez, muy bien.

—¿Me perdonas? -la besé desde su frente hasta su nariz, haciéndola reír.

—Espero que Disneyland sea divertido.

Lo repito. Que bipolar era.


Good Enough (Sam Pottorff)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora