07.- Siete Sirenas Nadando

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En El Séptimo Día De Navidad, Mi Verdadero Amor Me Envió...
Siete Sirenas Nadando
Seis Serpientes Empollando
Cinco Snitches De Oro
Cuatro Cervezas De Mantequilla
Tres Veelas Francesas
Dos Hipogrifos
Y Una Perdiz En Un Peral

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La séptima esfera llegó en medio del invierno, pero después de navidad. Severus no sabía exactamente por qué apareció en su mano, justo cuando Potter debía tomar la espada de Gryffindor.

Albus estaba "revivido" (al "morir", la maldición se desactivo porque "técnicamente" Albus murió y Severus pudo sanarlo) y oculto en el castillo mientras el lobo y el perro estaban escondidos en Grimmauld Place y Harry fue enviado a una cacería de patos por un hombre, supuestamente muerto.

Severus observó como Harry se lanzó al lago y esperó... y siguió esperando. Empezaba a preocuparse, el chico estaba tardando en salir y el agua estaba fría, y con los encantamientos alrededor de la espada...

La esfera apareció en el momento en qué decidió ir a buscar al chico idiota. Sin tener tiempo de analizar su aparición, Severus la metió en su bolsillo y corrió a salvar al muchacho. El agua estaba más helada que el clima afuera.

Severus observó que a su alrededor había siete sirenas que brillaban como luces de hada y parecían nadar hacía un punto en el fondo. Harry no había alcanzado la espada, algo lo estaba ahogando a centímetros de la espada y Severus se lanzó a rescatar al Gryffindor.

Una vez que arrastró a Harry hacía la superficie, y convocó la espada, los desapareció a ambos en de ahí. Las sirenas habían desaparecido dentro de su esfera.

Una figura pelirroja no sabía si era cierto lo que había visto en el bosque ¿El Murciélago Grasiento había rescatado a su amigo?

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Harry despertó cómodo, seco y cálido en un lugar desconocido. Se veía deprimente pero era mucho mejor que la tienda donde estaban durmiendo él y Hermione. La colcha era cálida aunque de colores oscuros, verde y azul en parches. Linda, a pesar de todo. Severus los había aparecido en su casa de Spinner's End.

Al lado de la cama donde estaba, estaban sus lentes, el guardapelo y la espada de Gryffindor.

¿Dónde estaba?

Conjurado por su pensamiento, quizás, Severus apareció con una bandeja que traía una taza de té caliente y algo que olía a sopa de pollo.

—Veo que esta despierto, Potter—Harry se levanto de un salto y buscó a tientas la varita de Hermione que llevaba consigo—¿Buscando la varita de la señorita Granger? —Severus no se inmuto ante la sorpresa de Harry.

—Déjame ir—Harry se obligó a sonar más valiente de lo que se sentía.

Severus levantó una ceja—¿Y por que debería hacer eso? —.

—Déjame ir—Repitió Harry, con el cerebro embotado de pensamientos confusos.

Quería matar al hombre que había asesinado a sangre fría a Dumbledore, que siempre fue un espía para Voldemort y que en general, había sido un verdadero bastardo con él. Pero otra parte de su mente, solo pensaba en lo bien que se veía el hombre sin sus túnicas. Severus estaba vestido de negro, pero a la usanza muggle.

—Lo dejaré ir, una vez que sepa que está en óptimas condiciones de partir. Mientras tanto, le sugiero que coma la sopa y tomé el té—Harry se acercó de frente a Snape, sin darle la oportunidad de atacarlo al darle la espalda y olfateó la sopa y el té—Por Merlín Potter, si quisiera envenenarte, no usaría un veneno con aroma—.

12 Snowglobes For ChristmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora