11.- Once Escoceses Cantando

2.1K 383 5
                                    

En El Onceavo Día De Navidad, Mi Verdadero Amor Me Envió...
Once Escoceses Cantando
Diez Lores Saltando
Nueve Ladies Danzando
Ocho Elfos Limpiando
Siete Sirenas Nadando
Seis Serpientes Empollando
Cinco Snitches De Oro
Cuatro Cervezas De Mantequilla
Tres Veelas Francesas
Dos Hipogrifos
Y Una Perdiz En Un Peral

~~~~~~~~~~*****~~~~~~~~~~

Harry estaba feliz. Su hija estaba creciendo maravillosamente y ya tenía seis meses. Él y Severus estaban bien y en general, su vida estaba encausada. Iba a tomar sus EXTASIS en el ministerio dentro de 3 meses y Severus era buen maestro cuando se aplicaba a la tarea de no desesperarse.

Harry estaba seguro de que pasaría sus EXTASIS sin problema.

Sus amigos estaban aceptando su relación con Severus, más o menos. Hermione aún pensaba que él era bastante grande para Harry y Sirius todavía le gruñía, pero todos adoraban a Lily. Harry escogió a Remus como padrino de Lily. Severus le gruño a Remus pero aceptó la decisión de Harry.

Todo parecía estar bien.

~~~~~~~~~~*****~~~~~~~~~~

Severus estaba nervioso. Había una pregunta rondando su cabeza desde hace tiempo. Estaba enamorado de Harry, pero a veces, pensaba en aquella persona que se suponía, era el amor de su vida. Las esferas no revelaban nombres, solo que aquella persona existía.

Entonces, Severus estaba pensando en formalizar con Harry y casarse, pero esa pequeña semilla de duda lo carcomía.

¿Qué sucedería con aquella otra persona? Las esferas no decían nada sobre la otra persona, la nota fue clara, lo ayudarían a él en un momento de necesidad, no a quién se las envió.

Estaba pensando en eso mientras envasaba una poción que enviaría a un cliente (Severus había iniciado un negoció de pociones por envió de lechuza), y Hedwig, que sobrevivió soló porque Harry logró enviar un Protego sin varita a tiempo, ya estaba lista para que le ataran la botella, cuando un lobo plateado se apareció en su campo de visión.

"Harry en San Mungo, se desmayó, ven pronto".

Se suponía que Harry iba a tomar sus EXTASIS ese día, y debía haberlos terminados hace una hora. Había quedado de almorzar con el lobo y Black antes de regresar a casa y él tenía a la pequeña Lily bajo un Hechizo de Monitoreo mientras tomaba una siesta.

Ató la botella a la pata de Hedwig y la envió en su camino, mientras cargaba a su pequeña y se iba por flu a San Mungo.

Cuando atravesó las llamas verdes, se encontró en la sala de recepción del Hospital Mágico y ahí estaban los dos canes, Black le gruño y Lupin suspiró.

—Severus, Harry está en observación—Dijo Lupin. Black inmediatamente tomó a la pequeña y empezó a hablarle con voz idiota mientras Lupin le explicaba a Severus la situación.

Al parecer, Harry ya había acabado los exámenes y estaban todos en un restaurante muggle para almorzar, cuando Harry olió el café recién hecho que le ofrecía el mesero y corrió al baño a vomitar y se desmayo al salir de ahí.

Severus se relajó. Sabía lo que estaba pasando.

—¿Familiares del señor Potter? —Llamó una sanadora—Ya pueden verlo—.

Los tres hombres se movilizaron, Lily en los brazos de Black y llegaron hasta la cama de Harry donde una sanadora estaba dándole a Harry los hallazgos de sus análisis.

—¡Sev! —La sonrisa de Harry era tan grande como un sol—¡Tendremos otro bebé! —.

—Será un niño—Declaró sin más, Severus, dándole un casto beso a Harry.

Esa noche, mientras Harry y la bebé dormían, Severus miraba al techo sin poder dormir y fue a la cocina a tomar una taza de té.

La onceava esfera apareció y a su alrededor había once escoceses que se parecían a una versión masculina de McGonagall cantando "Drunken Sailor". Severus les llamó la atención.

—Hey, si van a cantar, canten algo más familiar—.

Entonces las pequeñas figuras empezaron a cantar villancicos, "Adeste Fideles", "El Buen Rey Wenceslao", y "Adornad Vuestra Morada".

Severus no sabía como callarlos, así que simplemente los ignoro, pero esto no amedrento a los cantores y empezaron a perseguirlo, cantando cada vez más fuerte, hasta que Severus se enojó y les gritó—Cállense, mi familia está durmiendo en la otra habitación—No se callaban—Mi futuro esposo y mi hija están durmiendo ¡Silencio! —Eso los calló y uno a uno se disculparon con una ligera reverencia y entraron a su esfera.

Una vez que retornó el silencio, Severus se maravilló de lo que había dicho en voz alta. Su futuro esposo.

12 Snowglobes For ChristmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora