O6

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Jungkook dejó escapar un gimoteo de sorpresa, sus ojos se abrieron junto con su boca, brillando morado intenso y observando al hermoso hombre frente a él.

El olor estaba nublandolo, ya no pensaba correctamente y menos con Park Jimin mirándolo como lo miraba, deteniéndose en sus labios y luego a sus ojos, lamiendo los suyos.

Y se acercó.

Se acercó lentamente, respirando sobre su boca, Jungkook degustando su aliento, su calor.

Tenía una erección.

Ambos tenían una erección, la de Jimin rozaba con la ropa de Jungkook, la cual quemaba, ardía, necesitaba sacarla de su cuerpo. Necesitaba tener la piel de Jimin sobre la suya.

Y entonces sintió como su lobo se movía en su interior.

Caliente, rugía, llamaba, imploraba ser sometido por el otro lobo, estaba rasguñando su interior y aullaba muy alto.

¡Dejate poseer!

─ ¿Jimin?

Jimin rosó sus voluminosos labios con los de Jungkook.

─ Sí, Jungkook-ssi. Soy Jimin, ¿no me recuerdas?

Jungkook guardó silencio cuando las manos de Jimin tomaron sus caderas, cuando la erección del otro se sintió más cerca, cuando el estaba demasiado caliente y necesitaba al ardiente lobo arriba de él.

─ Jimin... ─ Gimió. ─ ¿Pu-puedes fo-llarme?

Pero el de cabellos oro se separó, rápidamente, de un jalón, dejando al de ojos morados en el suelo.

El ceño de Jimin era burlesco, tenía una sonrisa ladina y una tienda de acampar en sus pantalones. Algo estaba mal.

─ Lamento dejarte así, Jungkookssi. Pero no tengo ni idea de que mierda has hecho conmigo. ─ Soltó el de cabellos rubios, confundiendo a Jungkook de sobre manera. ─ Ven mañana a las 3:00 de la tarde, justo aquí, como cuando eramos niños.

Y desapareció.

Se esfumó.

Jimin había corrido tan rápido que Jungkook apenas pudo ver su hinchado trasero y entonces la ola de calor estaba pasando. Volvía en sí y recordaba como había sonado, lo que le había pedido.

Jodida mierda, se había comportado como un omega.

Sus cejas se juntaron y se levantó del suelo, aún con la polla dura y los ojos morados.

Pero se sentía diferente.

Sentía a su lobo.

Y que le llevaba la chingada.

[...]


Jungkook abrió los ojos del golpe, su audición demasiado atenta a los sonidos, su cuerpo extrañamente preparado, al punto de que tenía contra la pared al intruso, tomando su cuello con fuerza y gruñendo con dientes feroces.

─ ¡Jungkook!

Jungkook abrió sus ojos de sobremanera, soltó el cuello ajeno y se alejó, pasó su mano por su rostro y suspiró.

─ ¿Estás bien, mamá?

La mujer tomó su cuello con expresión dolorosa, sobándolo y mirando a su hijo con recelo.

─ ¿Qué pasa contigo? ¿Qué pasó en tu habitación?

Jungkook tomó sus cabellos y miró su habitación, la cama estaba desecha, habían plumas por todos lados, tierra, huellas, habían huellas hasta en las paredes.

Be or Not | JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora